Novecientos cincuenta y cinco mil euros y una plantilla al día de pago tienen la culpa de que el Real Murcia no apareciese el pasado mes de diciembre en la lista de clubes denunciados ante la Asociación de Futbolistas Españoles por impago a sus jugadores, algo que no se lograba en la entidad murcianista desde el año 2009. Y es que el pasado mes de julio, Jesús Samper, quien siempre se ha sentido muy incómodo apareciendo entre los clubes que no cumplían con lo pactado con sus plantillas, decidía saldar las deudas de aquellos jugadores que en su momento se marcharon de la entidad murcianista sin percibir el total de sus emonumentos, en la mayoría de los casos después de confiar en la palabra del empresario y dar el OK al pago en varios plazos. Para ello, y con el objetivo también de frenar las presiones de la Liga de Fútbol Profesional y de Javier Tebas, muy pendientes de lo que adeudaban los murcianistas, el máximo accionista destinó 955.105 euros al pago de las remuneraciones pendientes tanto con el personal deportivo como no deportivo (empleados del club), según aparece reflejado en la Memoria del Ejercicio 2013-2014, presentada por el consejo de administración en la Junta de Accionistas celebrada el pasado mes de diciembre en Nueva Condomina.

Ese pago, añade el informe de gestión, permitió reducir significativamente las deudas con vencimiento a corto plazo.

A ese importante desembolso económico hay que unir que esta temporada, pese el varapalo sufrido tras el descenso administrativo a Segunda B y, por tanto, la reducción considerable de los ingresos en una categoría que nada tiene que ver con el fútbol profesional, el Real Murcia está consiguiendo cumplir en el pago de las nóminas tanto de los futbolistas y del cuerpo técnico como de los empleados de las oficinas de Nueva Condomina. O por lo menos así lo expresaba hace unas semanas José Manuel Aira, quien en rueda de prensa decía que «la plantilla, cuerpo técnico y empleados estamos al día con la forma de pago que nos ha dicho el club que iba a adoptar. En este sentido no hay problema».

El compromiso de Jesús Samper consiste en pagar a mes vencido, algo que ya dio sus resultados la pasada campaña, cuando los futbolistas fueron recibiendo lo pactado prácticamente conforme se iban cumpliendo los plazos. De hecho, a final del curso, apenas hubo denuncias ante la AFE de los futbolistas que ese año habían vestido la elástica murcianista. En cambio sí las hubo de jugadores de otras campañas, que también en el mes de diciembre reclamaron al sindicato que el club presidido por Jesús Samper no estaba cumpliendo con los pagos que anteriormente ya se habían aplazado y que en la mayoría de los casos se arrastraban de la campaña 12-13, cuando, después de la falta de compromiso de la plantilla sobre el terreno de juego, el madrileño, con dificultades económicas desde hace ya tiempo, se relajó en los pagos hasta el punto de llegar a acumular hasta cinco meses.

Por lo tanto, la no aparición esta vez del Real Murcia en la lista de clubes denunciados ante la AFE es nueva para una entidad que desde 2010 ha sido incapaz de llegar al cierre de cada campaña con los deberes hechos. Fue en ese año 2010 -una veintena de futbolistas reclamaron el impago de las dos últimas nóminas- cuando las cosas comenzaron a torcerse para un Jesús Samper que desde su llegada a Murcia había conseguido evitar que la entidad apareciese en la lista de morosos de la AFE. De hecho, la única ocasión que el madrileño se había visto en esa situación que tanto detesta fue a la conclusión de la campaña 98-99, cuando nada más aterrizar tuvo que pagar doscientos millones de pesetas que evitaron el descenso administrativo del club.

Después de diez años, en los que, unas veces pagando al día y otras aplazando los pagos -muchos jugadores forman parte de los acreedores que aparecen en el convenio del concurso-, fue salvando la situación, el Real Murcia pasó de ser ajeno a las denuncias a convertirse en un habitual. Por lo menos en este diciembre de 2014, Jesús Samper ha conseguido quitarse un pequeño peso de encima, ya que las miradas están puestas ahora en que los acreedores acepten la quita del 50% y la ampliación de los plazos de pago con el fin de que la entidad pueda tomarse un respiro en el complicado momento económico que vive.