El Real Murcia, que visita encaramado en la tercera plaza el domingo al CD Logroñés (17.00 horas, 15 TV) después de volver a saborear la victoria en el último partido ante el Valladolid tras cuatro jornadas sin ganar, todavía tiene tareas pendientes con vistas a una segunda vuelta del campeonato que comenzará este fin de semana y que promete las mismas emociones fuertes que la primera, como mínimo. Generar más ocasiones de gol y transformarlas, conseguir que Nueva Condomina sea de verdad un fortín del que no se escapen puntos, dar algún golpe sobre la mesa ganando a alguno de los 'gallitos' de la categoría y sacar mejor rendimiento de algunos jugadores que deben aumentar su aportación son los complicados retos que afronta desde el banquillo un José Manuel Aira que va a necesitar el mismo compromiso de todos en el último tramo de la competición para cumplir los objetivos previstos.

El debate 'estrella' de la primera vuelta ha sido el de que al Murcia le cuesta un mundo hacer goles, centrando la mayor parte de las veces el foco en los delanteros de la plantilla, Carrillo y Oliva. Sin embargo, los retoques del centro del campo murcianista, a bote pronto, han propiciado que el equipo genere muchas menos ocasiones que en las primeras jornadas de la competición, por lo que el entrenador leonés continúa buscando ese equilibrio que, de primeras, pueda garantizar que se mejore en este apartado concreto. Aira ya sabe desde hace algún tiempo que la situación económica de la entidad no permite acudir al mercado de invierno y en este sentido el técnico no ha tenido problemas en utilizar hasta seis jugadores del equipo filial de Tercera División a lo largo de la temporada.

Otro punto rojo sería conseguir mayor fiabilidad en Nueva Condomina. Los números a orillas del Segura no han sido desastrosos, pero se han colado dos empates y dos derrotas que nadie esperaba en el coliseo grana, donde además todavía falta por culminar alguna goleada que aporte mayor tranquilidad tanto a los propios jugadores como a los aficionados. El murmullo constante en el que se ha convertido Nueva Condomina no parece ser el escenario donde más cómodos se encuentren unos futbolistas que se han caracterizado en el primer tramo de competición por completar unos verdaderos números de escándalo lejos de casa, algo debe cambiar en la segunda vuelta, ya con el equipo jugándose jornada tras jornada mantenerse en la zona que permite pelear por el salto de categoría.

Tanto el líder Oviedo como el Logroñés, rivales que comparten con los murcianos la zona noble de la clasificación, han conseguido doblegar a los granas en los partidos más exigentes hasta el momento. También el Guijuelo, segundo clasificado, se llevó un punto de la Nueva Condomina. El reto para la segunda vuelta queda fijado. Hay que obligar a que clave la rodilla alguno de los rivales directos, en los que los puntos pasan a estar en juego ante adversarios que persiguen el mismo camino que los granas, el de luchar por regresar al fútbol profesional.

Si importante es generar ocasiones de gol, hay equipos que también se sobreponen a sus carencias ofensivas aportando una dosis extra de resultados a través de las jugadas de estrategia. De hecho, el balón parado ha sido un aliado de mucha confianza para el equipo de José Manuel Aira hasta la mitad del campeonato, pero hace ya varias jornadas que ni la pierna de Albiol ni la cabeza de Acciari han aparecido para darle brillo a una faceta que ha terminado por perder todo el encanto que tenía al inicio del campeonato.

La última asignatura que le falta para aprobar a Aira es la de tratar de sacar más rendimiento de jugadores que hasta el momento no han cumplido las expectativas, como pueden ser los casos de Garmendia y Jairo. Todavía queda mucho y las sanciones y las lesiones van a obligar al entrenador a ir moviendo un banquillo en el que, más o menos, todos están teniendo la oportunidad de demostrar su valía. El domingo en Las Gaunas se presenta una ocasión de lujo para que el equipo empiece a cobrarse cuentas pendientes.