La Hoya Lorca y Villanovense empataron a un gol en un partido bastante aburrido. Los locales mostraron demasiados altibajos, más bajos que altos, y continúan sin romper una racha negativa. El empate hizo justicia en el marcador por los méritos de ambos. Una mañana nublada con amenaza de lluvia pero muy buena temperatura recibió a lorquinos y extremeños en un terreno de juego pesado por la resiembra llevada a cabo hace unos días.

La Hoya Lorca despedía el mes de septiembre contra el mismo equipo que lo empezó aunque distinta competición. Aquel choque acabó con igualada a dos y el de ayer a uno. El técnico, José Miguel Campos, introdujo cuatro cambios en el once con respecto a la última jornada. La principal novedad fue la presencia de Pina seis meses y doce días después de lesionarse. El citado jugador tuvo que intervenir en el centro de la defensa ante las lesiones de Antonio López y Sergio Castillo. Otro dato destacado fue el estreno como titular del calasparreño Higinio.

El Villanovense salió sin complejos. Planteó un partido valiente con una presión agobiante desde muy arriba, poniendo en serias dificultades la salida del balón de los de casa. En la parcela ancha, Campos cambió los cromos. El hasta ahora habitual David Cuerva se quedó en el banquillo y Álvaro Muñiz volvió a la titularidad, pero la cosa no mejoró, aunque el cartagenero abrió la lata al marcar un golazo. Sergio Ortiz y Nico permutaban las posiciones de medio centro ofensivo y enganche. Ortiz, muy flojo. Campos decidió colocar dos delanteros, aunque Higinio caía a la banda izquierda.

Los lorquinos cargaban mucho su juego por la banda derecha aprovechando la subidas de Marcos Pérez y buscando alguna genialidad de Hugo Rodríguez. Un centro de este, en el minuto trece, a punto estuvo de convertirse en el primer gol de la mañana, pero Higinio no estuvo acertado en el remate cuando estaba en boca de gol. Los visitantes metían miedo a los espectadores lorquinos cada vez que se acercaban al área de Raúl Moreno, sobre todo cuando Salvi cogía el cuero. En los minutos dieciséis y diecinueve pudieron marcar. En la primera acción, Álvaro pudo adelantar a su equipo al aprovechar las indecisiones de una insegura zaga local, pero se entretuvo demasiado. Y después, Espinar disparó dentro del área y batió a Raúl Moreno, pero apareció Pina, salvando el cantado tanto, en la misma línea de gol.

Los lorquinos no tenían claridad con el balón en los pies, aparecían en ataque con cuentagotas y siempre por mediación de Hugo Rodríguez. En el minuto treinta y dos, un buen centro de este fue cabeceado por Higinio, pero el balón lamió el larguero.

Una primera parte sin historia, muy mal jugada por los lorquinos, sin ideas y sin fútbol. Bagaje muy pobre. El Villanovense se mostró con las ideas mucho más claras, mejor asentado en el campo, defendiendo con orden y contundencia, buscando sorprender con velocidad. El empate sin goles al descanso reflejaba lo ocurrido en el campo, aunque los extremeños estuvieron mejor.

Los técnicos no movieron ficha en el inicio del segundo acto. La Hoya dio la impresión de mejorar algo sobre todo porque buscó un juego más vertical. El entrenador local lo estaba viendo tan oscuro como todos los presentes y a los diez minutos decidió meter a David Cuerva en lugar de un desafortunado Sergio Ortiz. Muñiz adelantó su posición y el equipo lo notó. En el minuto cincuenta y nueve, Hugo Rodríguez recortó en el costado derecho, centró perfecto con la zurda y Muñiz, llegando desde atrás, cabeceó picado junto a la base del poste de José Fuentes. Gran centro y golazo. El entrenador mazarronero de la Hoya Lorca retiró del campo a un combativo pero sin fortuna en el remate,Higinio, y dio entrada a un hombre más específico de banda como Marcos Torres.

El entrenador visitante, Cobos, se la jugó. Ordenó a su equipo adelantar líneas y puso en liza a dos hombres más ofensivos como Jairo y Carlos. En muchas fases del juego defendió solo con tres hombres. No es que el Villanovense apabullara a su rival, pero las veces que llegaba a las inmediaciones del área lorquina, se escuchaba el murmullo en la grada, más por las facilidades de la zaga local que por las acciones de los visitantes.

En el minuto setenta y nueve llegó la igualada. Otra vez la defensa lorquina no se mostró contundente en el despeje, controló Salvi dentro del área y cayó al suelo ante Marcos Pérez y Nino. El colegiado entendió que el jugador extremeño fue derribado y señaló un riguroso penalti. Lo lanzó Espinar y batió por bajo a Raúl Moreno. La Hoya no supo jugar el tramo final del partido. Se precipitó en exceso, demasiado previsible en las acciones, no dando la impresión de que podía quedarse con los tres puntos.