La Hoya Lorca sigue sin saber lo que es ganar fuera de casa, aunque esta vez perdió con todo merecimiento por dos goles a uno ante el Córdoba B en un partido muy decepcionante de los lorquinos, quienes mostraron escasos argumentos para llevarse los tres puntos ante un rival entusiasta e ingenuo, pero que fue capaz de aprovechar los errores garrafales, inocentes y cada vez más preocupantes de la defensa hoyera.

La principal novedad que se pudo apreciar en el equipo lorquino es la llamativa equipación. En esta ocasión lució por vez primera esta temporada en competición oficial el llamativo color rosa del racimo de uva impresa en la camiseta. Otro dato significativo es que el técnico, José Miguel Campos, repitió alineación por vez primera esta campaña. Siguió dando confianza al canterano Ortuño en la banda derecha, con Nico por delante del pivote defensivo, que fue David Cuerva y dos delanteros; Antonio Pino, uno un poco más atrasado y Pau Franch como hombre más adelantado.

El partido empezó con buena pinta para los lorquinos, ya que la primera llegada acabó en gol. La Hoya Lorca botó un saque de esquina, controló Hugo Rodríguez en la frontal, penetró en el área y fue derribado. El claro penalti lo lanzó el propio Hugo Rodríguez y el balón entró en la escuadra de Villanueva. Las cosas habían empezado mejor que imposible para los visitantes.

Pero la Hoya no supo guardar ese resultado ni jugar con él a favor. Los locales, heridos en su orgullo, se lanzaron abiertamente sobre la meta de Raúl Moreno y empezaron a mostrar sus armas. El peligro del filial cordobesista llegaba con velocidad y provocó algunos lanzamientos de esquina. De forma incompresible, todos eran rematados por los locales, pese a las torres que tiene la Hoya en defensa. Esta temporada parecía que no habría problemas en el juego aéreo lorquino, pero cada vez que le botan saques de esquina o faltas laterales, se convierte en un quebradero de cabeza para el brócoli mecánico. El meta Raúl Moreno tampoco aporta demasiado por arriba.

En el minuto catorce llegó el empate. Una acción muy veloz de José Fran provoca que Nino le derribe dentro del área. Lanza Damián y bate a Moreno. En pleno desconcierto hoyero, José Fran estuvo a punto de deshacer la igualada tras otro despiste defensivo lorquino.

A partir de ahí no hubo un dominador claro. La Hoya quería el balón pero no lo tenía. Buscaba combinar, pero no lo conseguía. Las imprecisiones en los pases en las zonas de riesgo provocaban algunos contragolpes muy rápidos y peligrosos que no terminaron con disgusto para los lorquinos por la ingenuidad de los jóvenes jugadores cordobesistas. Es lo que ocurrió en el minuto treinta y cinco, pero en esa acción Moreno estuvo muy acertado.

Cuando La Hoya Lorca tocaba el balón, se veía una clara superioridad técnica sobre su rival. Hugo Rodríguez marcaba diferencias y Nico aparecía con cuentagotas. Ortuño defendía más que atacaba y en defensa había demasiadas fisuras en los balones aéreos.

Cerca del descanso, el equipo de Campos dispuso de la ocasión más clara. Se llegaron a producir hasta tres disparos consecutivos a cargo de Nico, Antonio Pino y Pau Franch, pero en todos los casos apareció Villanueva, providencial para evitar que su equipo terminara el primer acto en clara desventaja.

La Hoya Lorca mostraba más galones sobre el campo,pero la intensidad y sobre todo velocidad de los de casa, daba la impresión que estaban más cerca del gol. El resultado de empate a uno tras los primeros cuarenta y cinco minutos fue justo.

La charla de Campos en la caseta surtió efecto. Los primeros diez minutos de la segunda parte fueron impresionantes de La Hoya Lorca. Los lorquinos apabullaron a su rival y merecieron el gol. Los visitantes salieron muy enchufados. A los dos minutos, Pau Franch desmarcado, disparó duro pero el balón salió rozando al palo derecho de Villanueva. Solo cuatro minutos después, el canterano Ortuño estrelló un remate en el larguero. El Córdoba B intentaba achicar balones como podía, se defendía con orden y buscaba su principal arma, la velocidad.

El gas de los lorquinos le duró un cuarto de hora, ya que a partir de ahí, el Córdoba B equilibró el partido y a base de arreones llegaba con peligro a las inmediaciones de Moreno. A medida que pasaban los minutos, el filial cordobesista se crecía y la Hoya Lorca dejaba de tener presencia en el terreno de juego. Un disparo de Marcos Torres, cuyo esférico salió cerca de la meta de Villanueva, en el minuto veintinueve, fue otro lance. Pero otro error de la zaga lorquina, y ya son unos cuantos, hizo que el Córdoba le diera la vuelta al marcador. En el minuto setenta y cuatro, los centrales lorquinos no se entienden, dejan solo a Juanfran y este agradeció el regalo marcando. Si al escaso fútbol que ofreció la Hoya, se le suma la pésima seguridad defensiva, es normal que el Córdoba, con muy poco, lograra marcarle dos goles al equipo lorquino. Solo a balón parado pudo empatar el equipo de Campos. Hugo Rodríguez botó una falta cerca de la frontal del área, pero su envenenado lanzamiento con márchamo de gol, lo repelió Villanueva con una gran intervención. Muy pocos argumentos para decir que la igualada hubiera sido justa. En este partido, el equipo de Campos estuvo muy por debajo de lo que se le esperaba antes del pitido inicial.

Campos: «Nuestros fallos han sido claves»

«Los errores que hemos tenido en defensa no son propios de un equipo de Segunda B. Hemos sido muy condescendientes en los goles encajados. Nos hemos puesto por delante en el marcador, estábamos muy bien en el campo, hemos tenido nuestras opciones para llevarnos los tres puntos, pero hemos regalado el penalti y luego en el segundo gol no hemos ajustado como deberíamos». Así explicó José Miguel Campos su frustración por salir derrotados de Córdoba. «Si hubiéramos estado más centrados atrás, los tres puntos hubieran sido para nosotros. Es cierto que aparecemos y desaparecemos, nos falta más regularidad, pero esto también es normal teniendo en cuenta que es una plantilla nueva. Tenemos que mejorar y seguro que lo vamos a hacer, aunque el resultado de hoy haya sido una verdadera lástima por cómo hemos empezado».