La vie en rose (la vida en rosa). Son las cuatro palabras que se pueden leer en la descripción biográfica de Mireia Belmonte (Badalona, 1990) en su cuenta de Twitter. Porque el rosa siempre ha estado y está muy presente en su vida. Hasta su coche tiene el techo y algunos detalles de este color. Por eso, a nadie extrañó cuando la estrella mundial de la natación se presentó en la Universidad Católica San Antonio con pantalones vaqueros, tacones y una camiseta rosa de la UCAM. Coqueta, como le gusta ser fuera de la piscina, Mireia no se separó de su sonrisa -la misma que luce después de cada prueba- durante el homenaje que ayer le rindió la UCAM por su última gesta en los Campeonatos de Europa disputados hace un mes en Berlín, donde ganó seis medallas (dos oros, dos platas y dos bronces).

Con esa estampa irrumpió en el campus de Los Jerónimos, derrochando simpatía y fotografiándose con todos los alumnos que aguardaban pacientes con su móvil en mano. Sin rehuir ninguna cámara. Sin decir que no a nadie.

«Para mí es un placer volver a estar aquí, en la que considero mi casa», reconocía Mireia antes de recibir un homenaje que congregó en el templo del Monasterio de los Jerónimos a más de 300 estudiantes y deportistas de la Universidad Católica. En la celebración, bajo el lema #OrgulloUCAM, estuvo presente el presidente de la universidad, José Luis Mendoza, quien consideró a la catalana como «la mejor deportista española de todos los tiempos» y añadió que contar con ella como estudiante (actualmente cursa el Grado de Publicidad y Relaciones Públicas) y deportista de su institución «es un regalo muy grande». «Nunca pensé en tener a una deportista tan grande como Mireia entre nosotros. Ella ha abierto camino en la UCAM y es un modelo de ejemplo para todos», apuntó Mendoza.

Los éxitos de Mireia no aplacan su sed de triunfos. Después de colgarse seis medallas en los Europeos de Berlín, sus miras ya están puestas en los Mundiales del próximo año, que se celebrarán en la ciudad rusa de Kazán, y, cómo no, en los Juegos Olímpicos de Rio 2016. «Siempre quieres más. Mi objetivo cada año es superar lo hecho el año anterior. Buscar otras motivaciones o intentar hacer cosas diferentes», afirma la nadadora de 23 años, que en Berlín, por ejemplo, compitió por primera vez en la modalidad de aguas abiertas para buscar otros retos y probarse en una disciplina diferente a la que nos tiene acostumbrados. Y no le fue nada mal. «Me llevé un bronce que para nada esperaba. Fue una grata experiencia», recuerda.

En Berlín, engrandeció su figura y se coronó como una de las mejores nadadoras del mundo. Su receta es bien sencilla: trabajo, trabajo y trabajo. Al margen de una alimentación sana y un descanso adecuado, claro. Pero los éxitos de Belmonte, un prodigio fisiológico para competir dentro de una piscina, no se entenderían sin el entrenador que hay detrás. Fred Vergnoux, el técnico que la dirige desde hace cuatro años, día tras día, también quiso acompañarla en su homenaje en la UCAM. Y reconoció que todavía no conoce el techo de su pupila: «Hay mucho trabajo para seguir adelante y abarcar más pruebas. Siempre se puede mejorar. Cada vez estoy más convencido de que el deportista puede aguantar mucho más de lo que piensa. Es lo que veo cada día. Y Mireia no es una excepción».

La explosión de Mireia es difícilmente imaginable sin la exigencia del entrenador francés, cuyo programa de entrenamientos lleva a la catalana a romper su zona de confort diariamente. Su jornada de entrenamientos abarca entre ocho y nueve horas diarias. En total, puede llegar a nadar más de 100 kilómetros a la semana. De la piscina al gimnasio y del gimnasio a la piscina. Una rutina estricta que jamás se salta hasta el punto de que, para ella, su vida gira en torno a los entrenamientos y después está todo lo demás. Ayer, sin ir más lejos, entrenó varias horas con los deportistas del CN Fuensanta, club al que pertenece desde que ingresó en la UCAM, y después se fue directa al homenaje. Por eso, el descanso es básico en su vida. Aunque, como bien reconoce, después de los Europeos apenas ha tenido unos días de vacaciones: «Ha sido poco menos de una semana de descanso, pero esos días me han servido para desconectar y para comenzar con fuerza la nueva temporada».