El Plásticos Romero Cartagena ha trabajado durante las últimas semanas en la sombra, sin hacer demasiado ruido para cerrar un traspaso de competencias que ha culminado con la desaparición del Futsal Cartagena -que ha perdurado durante 20 años, de los que 14 militó en División de Honor-, y la consiguiente creación de un nuevo equipo, el Cartagena Fútbol Sala, que se convierte desde hoy en el nuevo referente del fútbol sala cartagenero.

Esta desaparición tiene como único argumento no pagar las deudas que la entidad albiazul había generado hace cuatro temporadas -alrededor de 200.000 euros-, cuando el club no pudo asumir los costes de una plantilla demasiado cara.

De esta manera, los futbolistas que denunciaron -entre ellos Serpa y Cobeta- se quedarán sin cobrar, ya que no hay ahora nadie que asuma este compromiso. Lo mismo le sucederá a Antonio Mínguez, el expresidente de la entidad y el que más pierde en esta operación, pues era a la persona que más dinero adeudaba la entidad -120.000 euros- y ahora entiende que era una inversión a fondo perdido y sin capacidad de repescarla. «Ya lo habíamos hablado con Antonio y sabía que iba a ser muy difícil recuperar su dinero», esgrimía el propio Roberto Sánchez, hasta ayer presidente del Futsal.

«Se me debía una cantidad importante, pero también había asumido en su momento que no lo iba a cobrar. Creo que la medida que se ha tomado es la única solución viable. Se ha llegado a un acuerdo con la Liga y la operación asegura la continuidad de un equipo de fútbol sala en Segunda División», advertía ayer Antonio Mínguez a LA OPINIÓN, que aclaraba que la única herencia que ha recibido en los últimos años del fútbol sala es una póliza a la que tiene que hacer frente cada mes para pagar el dinero que trajo para la supervivencia de su entidad.

Otro de los afectados, en este caso Miguel Ángel Cobeta, explicó que si el acuerdo para finiquitar la deuda no llegó fue porque «me ofrecían una cantidad irrisoria», por lo que seguirá peleando por lo que considera suyo «está en manos de mi abogado, vamos a intentarlo a través de la Federación y esperar a ver qué ocurre», y advierte que «cuando ves que se declaran insolventes y que no acuden al acto de conciliación, te das cuenta que es como pegarte contra un muro. Era consciente de que esto iba a suceder, pero es mucho dinero el que se me debe».

Una vez llevada a efecto la desaparición del Futsal Cartagena, Plásticos Romero -patrocinador principal- apostó por crear un nuevo equipo que heredase la categoría -Segunda División- y los jugadores. Negociaron con la Liga Nacional de Fútbol Sala, que valoró varias propuestas para dar definitivamente la plaza al nuevo Plásticos Romero Cartagena FS, tras abonar 20.000 euros de fondo de previsión, fianza e inscripción en la competición.

El principal cambio que se produce en esta transacción es la presidencia. Roberto Sánchez abandona el cargo -se dedicará a partir de ahora a entrenar a un equipo de División de Honor juvenil de fútbol sala- y entra Ricardo Ibáñez, conocido como Richard, muy ligado a este deporte, pues llegó a jugar en División de Honor.

Guillamón se mantendrá al frente del equipo y espera tener cerrado su plantel esta misma semana. Jordi y Paco Pepe son, de momento, las únicas bajas.