Ana Carrasco Gabarrón (Cehegín, 10 de marzo de 1997) va a hacer historia en el motociclismo mundial. El próximo mes de marzo, quince días después de alcanzar los 16 años, la edad mínima exigida para competir en el Campeonato del Mundo, se convertirá en la mujer más joven que alcanza el gran circo de las dos ruedas. No es de extrañar que ella, que con tres años ya estaba subida a una moto, haya alcanzado el sueño que muchos persiguen tan joven. El equipo JHK T-Shirt Laglisse ha confiado en Anita para conducir una de las dos KTM oficial en el Mundial de Moto3, la nueva categoría nacida de los antiguos 125 centímetros cúbicos.

Carrasco, ya que es conocida como ´la bala rosa´, no ha dejado a nadie indiferente desde bien joven. Su padre, Alfonso Carrasco, quien durante muchos años fue mecánico del único murciano que ha subido a un podio del Mundial en la historia, el también ceheginero José David de Gea, le regaló a su hermana, que tiene dos años más, una moto. Pero fue la pequeña Ana la que desarrolló ese amor por las motocicletas de su padre: «La primera moto que tuve se la regalaron a mi hermana. Pero a ella no le gustó y fui yo quien empezó a conducirla. Desde que tenía tres años siempre he estado subida en una moto y llevo doce compitiendo. Primero con las minimotos y después pasé por las de 70, 80 y 125 centímetros cúbicos», recuerda la joven ceheginera, que en el Campeonato de España de 2012 ha deslumbrado a todos y por ello se ha ganado un puesto en el Mundial en uno de los equipos que serán referencia para todos. Junto a ella competirá uno de los candidatos al título, el catalán Maverick Viñales, una joven promesa que ya ha demostrado ser una realidad. Y el mismo camino quiere recorrer ahora esta murciana que está rompiendo moldes, que no tiene miedo a nada y que compagina su actividad deportiva con sus estudios de cuarto de la ESO en el Instituto Vega del Argos ceheginero.

Su carrera deportiva es tan veloz que no le ha dado aún tiempo a asimilar la oportunidad que tiene por delante: «Estar en el Mundial es el sueño de todo piloto. Me ha hecho muchísima ilusión que me den esta oportunidad, pero soy consciente de que voy a competir con los mejores pilotos del mundo y que hay que tener los pies en el suelo, trabajar más que nunca para que los resultados nos vayan acompañando», dice Ana Carrasco, quien demuestra una madurez muy superior a su edad. Sus jornadas son maratonianas. Por las mañanas estudia -su expediente académico es incluso más brillante que su potencial deportivo- y por las tardes dedica unas seis horas a trabajar en el gimnasio. Los fines de semana los dedica a montar en moto: «Utilizo una de 70 centímetros cúbicos para trabajar el paso por curva, una de supermotard de 450 para ensayar las frenadas y hacerme a un motor más potente, y un kart que me ayuda a conseguir reflejos, ya que voy muy cerca del suelo y da sensación de ir muy rápido. Además, me refuerza el cuello y los brazos», explica la murciana. A su vez, cuenta con el asesoramiento del doctor Villegas, quien le ayuda a controlar la alimentación y que controla su preparación física con pruebas de esfuerzo periódicas.

Está acostumbrada a vivir en un mundo de hombres, a competir con chicos a los que en muchas ocasiones supera en las carreras. Y eso es lo que peor llevan sus contrincantes: «Que les gane una mujer no lo llevan muy bien, pero yo no pienso en ello», dice. De hecho, ella no se conforma exclusivamente con competir en el Mundial, quiere más, convertirse en la primera mujer que sube a un podio en el campeonato. Pero para ello sabe que aún falta mucho, puesto que la temporada 2013 va a ser de aprendizaje: «Lo más difícil va a ser conocer nuevos circuitos, porque excepto los españoles, todos los demás serán nuevos para mí. De momento no estoy trabajando en ello, me estoy centrando en la preparación física, pero cuando se vaya acercando el inicio del campeonato, empezaré a verlos en la Play. Ahora estoy realizando una pretemporada muy exigente. Tengo dos preparadores físicos, uno que se encarga de reforzar mi fuerza y resistencia, y otro que se ocupa del trabajo funcional, que es el equilibrio y los ejercicios isométricos», añade.

Ana Carrasco sabe que tiene que ir paso a paso, sin prisas pero sin pausas, por ello, en estos momentos el «objetivo principal es que me respeten las lesiones en la pretemporada y llegar a la primera carrera al cien por cien. Estoy deseando subirme a la moto para ver exactamente las diferencias reales con los otros pilotos y a partir de ahí ya sabremos dónde podemos estar aproximadamente», explica la ceheginera, que en la primera toma de contacto que tuvo con la KTM, en el circuito de Almería, mejoró en más de un segundo su anterior registro. No será hasta febrero cuando pueda probar la moto oficial de la marca austriaca que pilotará.

Otro aliciente que tiene la murciana es compartir equipo con Maverick Viñales: «Estoy muy contenta de compartir box con él porque es el máximo candidato a ganar el Mundial, pero como siempre se dice, el mayor rival es tu compañero de equipo, con lo cual me da una motivación extra saber que cuanto más cerca esté de él, más delante estaré en el Mundial».

El sueño de Ana Carrasco también se va a realizar gracias al apoyo de una empresa murciana, Gobayu Fruits, que es su patrocinador personal y que se dedica a la exportación de fruta: «En estos momentos, con la que está cayendo en España, están haciendo un gran esfuerzo para seguir apoyándome. Julio Domingo Moratalla ha sido uno de los artífices de que yo pueda competir en el Mundial», termina diciendo.