­Alberto Tomás Botía Rabasco (Alquerías, Murcia, 27 de enero de 1989) alcanzó ayer en el Campeonato de Europa sub-21 el primer gran éxito de su carrera deportiva. Además, el campeonato danés ha servido para confirmar que el defensa central derecho del Sporting de Gijón, es un jugador que llama con fuerza a ´La Roja´.

Criado en La Masía del Barcelona, club que aún tiene un derecho preferencial sobre el alqueriense en las próximas temporadas, es el hijo menor de los cuatros que han tenido Francisco y María. Dio sus primeros pasos en el Beniel, después jugó en el Real Murcia y con apenas trece años se marchó al Barcelona, donde tuvo el privilegio de jugar a las órdenes de Pep Guardiola en su equipo filial y de participar del título de Liga de Campeones de hace dos temporadas, aunque fuera sólo desde el banquillo. Esta campaña, la segunda completa en Primera con el Sporting de Manolo Preciado, ha dado un gran salto de calidad, que le ha permitido convertirse en el ´jefe´ de la defensa española sub-21 en el Europeo de Dinamarca. Ha jugado todos los minutos a las órdenes de Luis Milla, que ha convertido al murciano en el referente de la zaga.

Vicente del Bosque lleva siguiendo desde hace tiempo a este espigado murciano, que mide 1,87 metros de estatura, que disputó su primer partido con la camiseta de la selección española sub-19 en la Copa del Atlético de 2007. Después llegó su convocatoria para la sub-20, con la que ganó en 2009 en Pescara (Italia) de los Juegos del Mediterráneo. Y ahora saborea las mieles de la gloria con una excepcional generación de jugadores, liderada por Juan Mata y Javi Martínez, que han puesto a España en los Juegos Olímpicos de Londres, donde Botía estará dentro de un año si las lesiones le respetan.

Es comparado por muchos analistas, tanto por su juego como por su parecido físico, con el barcelonista Piqué, y mantiene una estrecha relación de amistad con otro campeón del mundo, el canario Pedro, con quien coincidió en Tercera División en el Barcelona B.

Ahora, lo primero que le pedirá a su madre cuando regrese mañana lunes de Dinamarca, será un arroz con conejo. Las vacaciones serán cortas, ya que en apenas un par de semanas tendrá que volver a hacer las maletas para regresar a Gijón, donde le espera una temporada ilusionante.