El expediente que la Comisión Europea, a instancias de Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales, abrió a España el pasado mes de mayo por considerar que el marco de contratación, denominado cupos, en el baloncesto español choca con la libre circulación de trabajadores dentro de la Unión Europea, ha provocado que cuando ya ha concluido la temporada, los clubes no saben a qué atenerse para confeccionar sus plantillas.

Y en esa tesitura está el Club Baloncesto Murcia. Después de asegurar su pagar el canon y asegurar, de esta forma, su participación en la categoría, apenas puede mover un dedo. Puede mirar, pero no ´tocar´ jugadores: «Hemos visto muchos jugadores, pero todavía no podemos movernos», afirmaba ayer a esta redacción Paco Guillem, director deportivo del club murciano. «El precio varía mucho en función de los cupos que se establezcan y los límites encarecen el producto», añadía.

Las próximas horas van a ser decisivas. En la ACB hay dos corrientes. Una, la que lidera Josean Querejeta, presidente del Baskonia, apuesta por la apertura casi total, con sólo dos jugadores de los considerados extracomunitarios. «Las opiniones de Querejeta a veces van a misa», advierte Guillem. Por otro lado están los clubes modestos, que pretenden contar, como antaño, con tres extracomunitarios además de otra serie de cupos destinados a jugadores seleccionables o de formación. «En función de la normativa que finalmente se imponga, nos moveremos, ya que no sabemos ni siquiera cómo van a quedar los jugadores que denominados cotonous (jugador con pasaporte de países africanos o caribeños que fueron colonias de países europeos)», añadió el responsable de la parcela deportiva murcianista.

En los próximos días la ACB definirá el marco de contratación para la próxima temporada, que en estos momentos es un galimatías, como también lo son las luchas de poder que van a acabar hoy con la ´era Eduardo Portela´.