El Barcelona deberá pagar la cláusula de rescisión del murciano Alberto Botía, 20 millones de euros, si quiere hacerse con los servicios del central del Sporting tras cumplirse la medianoche del miércoles el plazo en el que el conjunto catalán podría repescar al jugador por 1,8 millones de euros. El Barcelona tiene una temporada más para poder recuperar a Botía pagando en este caso 2,5 millones de euros, pero esa opción sólo podrá ejercerla entre el 15 de mayo y el 15 de junio de 2012 y si quisiera hacerlo antes debería pagar la cláusula de rescisión como cualquier otro club, que se eleva a 20 millones.

La continuidad de Botía supone un alivio para Preciado ya que podrá mantener la línea defensiva que fue clave en la reacción del Sporting la pasada temporada en la que el club gijonés acabó como el tercer equipo menos goleado tras Barcelona y Real Madrid. «Si se queda Botía no quiero más centrales... para qué, si ya tengo al mejor», explicaba Preciado hace unos días.

Alberto Botía se encuentra actualmente disputando el Campeonato de Europa sub-21 con la selección española en Dinamarca. El murciano explicaba ayer que si España está luciendo a buen nivel defensivo en el Europeo es porque todo el equipo colabora en la presión y eso facilita la tarea. «Es todo un conjunto. Ya desde la parte de arriba la presión que se hace al equipo rival es asfixiante, y para nosotros es mas fácil», dijo ayer el zaguero español en la concentración de la selección española en Silkeborg.

Botía sostuvo que España ya dio una buena impresión en su debut contra Inglaterra y que lo único que faltó entonces fue tener más ocasiones. La diferencia es que contra la República Checa el equipo español jugó «más de cara a portería, las oportunidades llegaron y el segundo gol también llego», algo que no ocurrió en el primer encuentro, en el que los ingleses lograron empatar en los últimos minutos, resaltó.

España encabeza ahora el grupo B con 4 puntos y afronta el último encuentro frente a Ucrania en una posición ventajosa para lograr el pase a las semifinales, pero Botía no quiere que la selección peque de exceso de confianza.