Si la Liga fuera un curso escolar, el boletín grana debería ir acompañado de un sobresaliente después de que la plantilla que dirige Iñaki Alonso lograra ayer el título de Campeón de Campeones de Segunda B tras darle la vuelta a la eliminatoria contra el Sabadell y teniendo que llegar a la estresante tanda de penaltis. Un tanto del canterano Dani Aquino permitió a los murcianistas igualar la derrota de la ida por la mínima y tener opciones hasta el final.

Aunque el partido de ayer era el colofón a una temporada que ha terminado con el ascenso a Segunda División, lo cierto es que en juego estaba un título oficial, la Copa de Campeones de Segunda B. A los pupilos de Iñaki Alonso les tocaba darle la vuelta a la derrota por la mínima cosechada en el encuentro de ida en Sabadell y asumieron la iniciativa desde el pitido inicial. Aún así, el equipo titular que confeccionó el preparador vasco estaba ´cargado´ de jugadores que muy probablemente no van a seguir el próximo curso vistiendo la centenaria camiseta.

Carles, Cañadas, Urzaiz y Cámara no las tienen todas consigo de que vayan a continuar y encima hubo ausencias más que notables. Richi y Aguilera estaban lesionados y Pedro vio el choque desde la grada, algo que limita las posibilidades de este equipo. Chando sí fue titular por eso de tratar de aumentar las estadísticas goleadoras.

El Sabadell cedió todo el protagonismo a los locales, quienes encontraban muchas dificultades para aproximarse a la meta defendida por De Navas. Hasta el punto que los primeros en avisar con cierto peligro fueron los catalanes con un centro de Eneko que desbarató Cámara in extremis. El propio Cámara estuvo a punto después de regalar un tanto y el Murcia se marchó al descanso con un disparo lejano de Cañadas y un mano a mano desperdiciado por Chando justo antes de tomar el camino de los vestuarios. Antes de finalizar el primer acto, en el minuto cuarenta, se vivió una situación peculiar cuando el colegiado Ramos Rodríguez señaló penalti por una mano de Cámara dentro del área, pero su asistente levanto acto seguido el banderín y el trencilla le dio validez a la decisión de su ayudante. Iñaki Alonso protestó de primeras la decisión al entender que la mano era involuntaria (es lo que le pareció a todo el mundo) pero se quedó luego un tanto contrariado cuando vio la discusión ´matrimonial´ entre el colegiado y su asistente. No hubo penalti y el Murcia, con el resultado en contra de la ida, necesitaba un gol como mínimo en la reanudación para igualar la eliminatoria.

Nada más volver al césped, ambos equipos parecieron dispuestos a no aburrir al personal con el espectáculo ofrecido en los primeros cuarenta y cinco minutos y los dos se descorsetaron. La entrada al campo de Isaac y Kike ofrecían otras variantes al Murcia. Aún así el Sabadell se acercaba sin puntería, pero avisando. Luego dos latigazos de los granas. Primero una falta ejecutada por Cañadas que obligó a lucirse al cancerbero visitante y luego un disparo al palo de Isaac. Se calentaba Nueva Condomina porque el tanto que igualaba la contienda parecía cada vez más cerca. Acto seguido Kike García cayó dentro del área y se reclamaba penalti desde los graderíos y Chando volvió a fallar un nuevo remate tras una jugada de estrategia. Un nuevo balón de Kike desperdiciado y la misión comenzaba a tornarse casi imposible.

Pero apareció Dani Aquino para firmar su mejor página como grana. Su futuro está lejos del Murcia, pero su despedida tuvo un matiz importante. Uno de los goles más bellos que se han visto en este estadio. Una falta escorada desde la derecha la aprovechó el canterano para batir al meta rival con un golpeo directo e imparable. La pena es que goles así los tenía que haber marcado hace tiempo. Nadie sabe si su futuro a corto plazo volverá a estar en esta tierra, pero el gol significaba el premio a un equipo que se merecía algo más, sobre todo, por las ocasiones de la segunda mitad. Y sirvió para llegar a la prórroga.

Fue un milagro que los locales no se pusieran por delante en cuestión de segundos. Primero Chando la mandó al larguero y luego Kike envió fuera un cabezazo tras un gran centro de Isaac. Al final, la tanda de los dichosos penaltis. Ya no era cuestión de justicia porque los once metros son igual de injustos que un gol mal anulado. Se marcaron dieciocho penaltis y al siguiente falló el Sabadell. Cogió la pelota Chando para lanzar el más importante y marcó. La locura se instaló en una plantilla que cierra una campaña como verdaderos campeones. Y haciendo historia. Todo un logro.