El Palacio de los Deportes de Murcia ha sido desde su inauguración en 1994 escenario de infinidad de partidos de baloncesto y de fútbol sala. También ha albergado acontecimientos como una fase final de la Liga de Campeones de voleibol femenino. Por su pista han desfilado los mejores jugadores de pádel del mundo y patinadores espectaculares. Por supuesto, también ha pasado la selección de baloncesto con Pau Gasol a la cabeza o la sempiterna campeona mundial de fútbol sala. Pero ayer fue la primera vez que albergaba un partido de balonmano. Por ello se tuvo que traer expresamente desde Madrid una pista especial sobre la que deslumbraron los chicos de un deporte sin tradición en la élite en Murcia, pero que siempre es una baza segura para el deporte español cuando llegan unos Juegos Olímpicos. Ya no están David Barrufet ni Talant Dujshebaev, pero los actuales no desmerecen. Es un placer ver en acción al espectacular Albert Rocas, al cañonero Iker Romero o admirar la clase de un chico, Eduardo Gurbindo, llamado a ser una estrella.

Unos dos mil quinientos espectadores poblaron las gradas del Palacio. No está mal si tenemos en cuenta que el choque se jugaba un viernes a las siete de la tarde, y que ayer era el primer día de rebajas en El Corte Inglés. Para hoy se espera a mucha más gente en una jornada en la que habrá de todo. Entre los seguidores había muchos ex jugadores, como la actual consejera de Presidencia de la Comunidad Autónoma, María Pedro Reverte, quien fue una destacada balonmanista en la década de los setenta. En el palco estuvo acompañada por Juan de Dios Román, presidente de la Federación Española, Juan Francisco Cutillas, de la Murciana, y Miguel Cascales, concejal de Deportes del Ayuntamiento.

El torneo, por cierto, comenzó con anécdota. En lugar de sonar en primer lugar el himno de Bielorrusia, arrancaron las notas del español. Rápidamente se solucionó el problema y ese deporte tan espectacular que en nuestra Región apenas tenemos la suerte de admirar, se encargó de enganchar al público.