El día y la noche se citan el próximo sábado en los banquillos de Nueva Condomina. Toca recibir al Real Jaén, equipo dirigido desde el banquillo por el mazarronero José Miguel Campos, quien el año pasado comenzó entrenando al conjunto grana, pero que finalmente fue despedido en la jornada nueve después de que no hubiera conseguido ni una victoria. En el otro banquillo tendrá a Iñaki Alonso, el preparador que ha tomado este año las riendas del centenario club y quien tiene un estilo diametralmente opuesto al de Campos, ya que las filosofías de ambos van a propiciar que el sábado se vean dos equipos totalmente diferentes sobre el césped.

Lo que tienen ambos en común es la necesidad de ganar, ya que aunque los granas tengan un presupuesto mucho más elevado que el de los jiennenses, el club de José Miguel Campos también está obligado a pelear por los primeros puestos de la clasificación.

Aunque haya pasado ya una temporada completa, el sábado la presión volverá a estar en el tejado de Campos. Más que nada porque el entrenador mazarronero fue uno de los grandes culpables de que el equipo terminara descendiendo tras una temporada para olvidar. Es verdad que José González, un técnico con un estilo de juego muy parecido al de Campos, también aportó su granito de arena para que todo se fuera al traste, ya que no arriesgó lo suficiente como para que el equipo pudiera haber salido de los puestos peligrosos, en los que estuvo deambulando durante todo el campeonato.

Ahora bien, la responsabilidad del gaditano es distinta porque el error de Campos llegó en la planificación. Desde Madrid se le dieron plenos poderes para confeccionar un equipo que tenía que luchar por volver a Primera División, y consiguió conjuntar un equipo sin alma en que el vestuario inició la pretemporada ya dividido y en el que costaba mucho trabajo ver jugadores implicados. Algunas de sus ´campanadas´ fueron fichar a Mario Rosas cuando le habían advertido de antemano que se equivocaba, y encima tuvo como suplente a Sergio Escudero, que este verano se ha marchado al Schalke 04 alemán dejando dos millones de euros en las arcas murcianistas.

La grada de Nueva Condomina todavía tiene cuentas pendientes con Campos, quien se tuvo que ir por la puerta de atrás sin ofrecer muchas explicaciones. Por su parte, Iñaki Alonso también puede comprobar la ira de los aficionados si su equipo no es capaz de doblegar el sábado al Jaén. Lo primero será que no expulsen a ningún jugador del Murcia. Después tocará ganar, o seguir poniendo excusas.