Si la preocupación de confeccionar el pasado año una plantilla que fuera capaz de dar la cara esta temporada y mantener la categoría era grande, la responsabilidad del grupo encargado de hacer los fichajes en el FC Cartagena es mucho mayor ahora que se ha acabado en quinta posición.

El gran problema con el que deberán lidiar el director deportivo de la entidad, David Buitrago, y el entrenador cartagenerista, Juan Ignacio Martínez, es que la exigencia colectiva -sobre todo de los aficionados- será mucho mayor. El preparador albinegro, consciente de lo que se avecina, ya ha lanzado en varias oportunidades un mensaje en el que trata de convencer que el objetivo único es mantener la categoría.

Sin embargo, y por mucho que el de Rabasa lo pretenda, los seguidores albinegros no van a querer aguantar demasiado tiempo un equipo que tenga como única aspiración alcanzar los 50 puntos, sobre todo porque el que ha jugado este año ha estado luchando por el ascenso hasta la penúltima jornada.

Lo mejor es vender precaución, para que nadie les exija luego responsabilidades y puedan salir ilesos si se da una temporada mediocre.

A pesar de todo, Buitrago y Martínez están trabajando para tratar de componer un grupo más estable y pasar de ser un novato en la categoría a uno de los posibles aspirantes al ascenso a Primera División.

La tarea no es nada fácil, porque apenas ha habido solución de continuidad cuando el objetivo vuelve a ser máximo.

A lo largo de esta semana el club dará la lista definitiva de los que se quedan, los que tienen contrato pero son transferibles y aquellos con los que se negocia para su renovación. A poco que se haya seguido los gustos de Juan Ignacio Martínez, se podrá saber con qué jugadores de los que acaban contrato quiere el preparador que renueven -Mariano, De Lucas, Txiki, Pablo Ruiz-, pero luego todo estará pendiente de que oferta y demanda se expresen en los mismos términos económicos.

Hasta diez jugadores tienen contrato: Rubén, Expósito, Chus Herrero, Clavero, Longás, Lafuente, Víctor, Toché, Tato y Quintero. Algunos no van a continuar -Tato tiene todas las papeletas- y de otros se rumorea que han sido tocados por otros clubes, algo que desde el club se desmiente categóricamente.

Una vez arreglado el asunto de renovaciones y liquidaciones con los que han estado en esta temporada que ha tocado a su fin en el club, empezarán a negociar con aquéllos que están por venir, y el asunto será más peliagudo.

El director deportivo no es de los que suele aventurarse a fichar al primero que se le pone a tiro. Cuenta a su favor que habrá más puertas que se le abran tras esta temporada, que muchos más jugadores escuchen su proyecto y que pueda hablar con futbolistas de más caché que la temporada pasada. Por contra, el riesgo es que algunos con los que negocie puede que quieran aprovechar la coyuntura para sacar un buen contrato, por lo que el presupuesto será mayor que el de este año, porque el FC Cartagena se va a tener que rascar el bolsillo un poco más, tanto para retener alguno de los que quiera que sigan como para fichar a algunos de los futbolistas que hayan destacado esta temporada en la categoría.

Desde el club avisan que no van a tener prisa alguna, que en estos momentos es demasiado osado hacer propuestas en firme porque los que están en el mercado son demasiado caros y que lo mejor es tener paciencia para que las exigencias de los futbolistas vayan descendiendo conforme avance el verano y las prisas actúen en contra de los interesados.

La suerte es que la mitad de la plantilla la tendrán hecha, aunque el gran desembolso será para incrementar la calidad y compensar un plantel con demasiadas diferencias esta pasada temporada.