El Cartagena recuperó el liderato de manera provisional gracias al exiguo y sufrido triunfo en la tarde-noche de ayer ante el Huesca. Necesitaba como el comer una victoria que engordara el ego de la afición y el equipo albinegro, aunque le costó mucho y tuvo que defenderse con uñas y dientes, solventó la difícil papeleta ante el Huesca y ya acumula 26 puntos, la mitad a los que aspira su entrenador para mantener la categoría.

Como bien indicaba Juan Ignacio al final del partido, el equipo se colgó del larguero para mantener ese resultado, pero hay que destacar la gran labor defensiva del bloque albinegro.

El triunfo servirá de bálsamo, porque el empate o la derrota habrían hecho mirar el futuro de otra manera y los seguidores habrían empezado a asimilar que hay otra liga. Sin embargo, los pupilos de Juan Ignacio destacan por mantener la intensidad y la actitud durante muchos minutos y con los 90 de ayer aprendieron a contemporizar y a ser conscientes de que no les van a regalar nada y que se han empezado a convertir en uno de los rivales a batir por su gran trayectoria.

La gente no tuvo tiempo para aburrirse en la primera parte, porque ambos equipos ofrecieron llegada y ganas de marcar. Como anunció Juan Ignacio, el Huesca ofrecía una versión parecida a la de su equipo, con una salida rápida del balón, apertura por las bandas y llegada, mucha llegada, más incluso que los locales.

Asustó desde el primer segundo, porque en la primera acción anotó el Huesca un gol que anuló el colegiado al ver posición antirreglamentaria de Rubiato. Le costó al Cartagena asimilar este percance defensivo, ya que en los diez primeros minutos el conjunto oscense fue mejor hasta que Longás trató de controlar el balón y darle un poco de sentido al juego local.

Dominó entonces el equipo albinegro y el Huesca se cerró atrás para salir a la contra. Desde el minuto 15 hasta el 30 el Cartagena fue mejor y pudo anotar en una clara ocasión que gozó De Lucas, pero su disparo se marchó muy alto cuando estaba solo ante Doblas, gracias a un inteligente pase de Víctor.

El bloque azulgrana no se amilanó y se echó hacia arriba, porque Rubiato hacía un gran trabajo de desgaste en la delantera, lo que provocó que Mariano Sánchez retrasara su posición a casi la de defensa central.

Dos claras opciones para anotar de Vicente Pascual y Rico acabaron en nada, aunque la sensación que ofrecía el rival de los albinegros era muy buena.

El Cartagena no sabía cómo hincarle el diente a este indigesto contrincante. Toché se volvía a encontrar demasiado desasistido, puesto que lo que le llegaba era casi siempre en superioridad de la defensa del Huesca.

Pero el Cartagena probó hasta que al borde del descanso y se encontró con la fortuna de un gol en propia puerta de Rubiato, tras una falta botada por De Lucas. Los de Juan Ignacio se llevaban el premio en un momento de los llamados psicológicos en el desarrollo de un partido.

En el segundo tiempo el Huesca salió enchufado mientras que el Cartagena perdió de manera incomprensible el control del partido. Se echó atrás y siempre llegaba tarde al balón. El medio campo era un eral en el que campaban a sus anchas los futbolistas del equipo visitante. Esto provocaba una sensación de desasosiego para la afición, muy nerviosa por lo ajustado del marcador. El Huesca lo probó desde lejos y aunque su presencia en el área rival era mayor, el Cartagena se mantuvo firme, con una zaga bien situada y dominando el juego aéreo. Bien es cierto que se echaron muy atrás, pero en una contra Tato pudo hacer el segundo. No lo consiguió, tocó sufrir hasta el final, pero la recompensa es el liderato, aunque sea provisional.