Ya lo decía De Lucas al concluir el partido. Ni en el mejor de los guiones posibles se podía esperar que el derbi acabara de esta manera. En el minuto 20 los seguidores del Cartagena se atrevían a corear ¡eo, eo, eo, esto es un chorreo!; verlo para creerlo. Más de uno nos mirábamos tras el primer gol de Víctor -segundo para su equipo-, con cara de incredulidad y sorpresa. ¿Nos habíamos perdido algo esta semana?

Los seguidores del otro lado del Puerto de la Cadena se frotaban las manos pensando lo que iban a disfrutar ¿cómo osaban a desacreditar a su eterno enemigo así, y en su propio campo?

Y es que la afición del Cartagena, alrededor de 8.000 espectadores, también ganó ayer por goleada a su homóloga de Murcia. Fue el mayor desplazamiento de la historia de un club de Cartagena. Casi dos horas antes de que comenzara el encuentro estaba en Nueva Condomina coreando a su equipo. El fútbol tenía su máximo exponente en las gradas del joven estadio grana.

Los habituales cánticos del Cartagonova se trasladaron a la capital, para poner colorado a más de uno. 'Murciano el que no bote', 'A Segunda B', y gritos de 'olé, olé', antes de reivindicar con cánticos lo que no habían podido expresar con pancartas 'Cartagena no es Murcia'.

Mientras tanto, Paco Gómez, presidente del Cartagena, parecía jugar en casa, repartiendo saludos, abrazos y suculentas declaraciones como si del propio Samper se tratara. Por cierto, que el propietario grana se ahorró la humillación que le infligió el Cartagena al encontrarse de viaje de negocios.

Los demás lo tuvieron que ver con sus propios ojos. La fiesta va por barrios y esta temporada le ha tocado sufrir otra vez a los de la capital del Segura.

Pero la celebración no acabó ahí y se alargó más de las dos horas que duró el partido, porque todo el mundo quiso que lo de ayer se circunscribiese única y exclusivamente a lo que ocurría en el rectángulo de juego. Los mensajes lanzados durante la pasada semana desde todos los lados llamado al civismo, la prudencia y la deportividad calaron en las dos aficiones, que demostraron en el día de ayer que han madurado y que, a pesar de las eternas rencillas entre unos y otros, saben mantener el tipo.

Creo que fue la mejor noticia de la jornada. Unos se fueron a casa apesadumbrados o, probablemente, resignados, y otros, a la suya, con un subidón que durará mucho tiempo, pero no tuvimos que lamentar incidente alguno, peleas o malas formas de nadie. La declaración de alto riesgo, decretada por la Delegación de Gobierno facilitó mucho las cosas. El amplio despliegue policial, con cerca de 200 efectivos, sirvió para prevenir; ésta era una de las premisas fundamentales para los cuerpos y fuerzas de seguridad que habían preparado el dispositivo. Los autobuses llegados desde la ciudad portuaria no tuvieron problema alguno, ni a la llegada ni a la salida, por lo que hay que poner un sobresaliente a la policía por su trabajo de ayer.