El dirigente ha aducido unos problemas de salud para dejar el cargo, que será ocupado por Agustín Morera, hasta ahora vicepresidente ejecutivo del club.

Soler accedió a la presidencia el 5 de octubre de 2004 y durante estos tres años y medio el Valencia no ha ganado un solo título, ha tenido cuatro entrenadores y cinco directores deportivos, y se ha embarcado en la construcción de un lujoso nuevo estadio.

Tras dos horas de reunión del consejo de administración, Soler compareció ante los medios para hacer pública su "decisión irrevocable de dimitir como presidente y consejero" porque su estado de salud no le permite "dedicarle al Valencia el tiempo que su proyecto requiere".

El ya ex presidente y máximo accionista con alrededor de 70.000 títulos afirmó que garantizará "la paz accionarial para dar tranquilidad al proyecto deportivo y al del nuevo estadio".

"Como máximo accionista velaré para que todos los proyectos iniciados sean una realidad", señaló, al tiempo que garantizó que respetará "la autonomía de gestión de los consejeros del club".

Soler reconoció que había cometido errores durante su gestión y que éstos "nunca fueron intencionados y sólo pensando en lo que en ese momento era bueno para el Valencia".

Además, recalcó que durante su gestión "se ha empezado a dotar al Valencia de una estructura empresarial de la que carecía y se han iniciado proyectos muy interesantes como el de la futura ciudad deportiva y el futuro estadio".

En este sentido, subrayó que la operación para la construcción de la nueva ciudad deportiva fue "un éxito de gestión que ha permitido acabar con el déficit". "He preferido vender solares y mantener a las estrellas", resaltó.

El máximo accionista del Valencia aseguró que se marcha con varios recuerdos malos, entre los que destacó "ver a quienes han querido que Soler no pudiera hacer realidad sus proyectos y me refiero a ex presidentes, ex directivos y a algún medio de comunicación".