Robredo, undécimo favorito, es uno de los siete jugadores españoles que este año parten como cabezas de serie en el primer Grande de la temporada. Sus resultados en el comienzo de la sesión no habían sido muy esperanzadores para el de Hostalric, que había caído nada más empezar en Doha y Sydney. Un pobre balance para comenzar con esperanzas en Melbourne, donde el año pasado logró la mejor de sus actuaciones al alcanzar los cuartos de final.

El jugador español no cae en la primera ronda de un grande desde Wimbledon en 2005, pero hoy estuvo a punto. Robredo se vio sometido a un desgaste inesperado ante el zurdo Zverev, 85 del mundo, de 20 años, un rival de 190 centímetros que calza un 48,5 y con quien no se había enfrentado hasta hoy.

Tommy había encaminado bien el partido cuando tuvo 4-2 en el primer set, pero luego fue siempre a remolque ante el juego de saque y volea de su rival, un jugador cuyo padre compitió en Copa Davis por Rusia y que se trasladó a vivir a Hamburgo en 1991 cuando contaba solo cuatro años, y que se siente cien por cien alemán. De hecho, Zverev se ha entrenado con Boris Becker ocasionalmente y mantiene contacto telefónico habitual con el tricampeón de Wimbledon.

Los 88 golpes ganadores de Robredo le salvaron de una prematura derrota en una semana en la que ha sido desplazado al puesto número 12 de la clasificación mundial. Ahora se enfrentará al estadounidense Mardy Fish, que venció al serbio Boris Pashanski por 6-2, 6-3, 3-6, y 6-3.