"El equipo no ha arrancado como esperábamos, es cierto, pero hay tiempo para reaccionar como ya se ha hecho otras temporadas. Creemos que hay equipo para hacerlo, así que dentro de esa preocupación mantenemos la tranquilidad", señaló el pasado viernes el presidente del club, Carlos Mouriño.

Tranquilidad que parece haberse evaporado apenas tres días después, pese al ya mencionado triunfo sobre los jerezanos, y cuando el equipo celeste se encuentra a seis puntos de los puestos de ascenso, con todavía treinta y cinco jornadas de Liga por disputarse.

El ex seleccionador nacional búlgaro consideraba este tiempo más que suficiente para enmendar el irregular arranque de temporada de los gallegos, convencido de que el paso de los partidos serviría para acabar de conjuntar una plantilla que cambió por completo este verano con la llegada de dieciséis nuevos jugadores, algunos de los cuales recalaron en Vigo con la campaña ya empezada.

Esta circunstancia, unida a las constantes variaciones en el once que ha introducido Stoichkov en todos y cada uno de los encuentros ligueros, junto con el castigo a pilares de anteriores temporadas como el argentino Lequi o el Chileno Pablo Contreras, habían creado en el ambiente la sensación de que el búlgaro no tenía claro cuál era el plan a seguir.

Las especulaciones se acrecentaron con el importante papel que jugaba en el trabajo diario el segundo entrenador Antonio López, encargado de dirigir las sesiones, como ocurre en los clubes del fútbol inglés.

"Antonio López es quien ejecuta el trabajo del día a día, pero el responsable de los entrenamientos, de la planificación y de la alineación es Stoichkov", explicó a este respecto el pasado viernes el presidente del club.

Un modelo inglés, con un entrenador y un "mánager" de larga duración, del que siempre se ha mostrado partidario el presidente celeste Carlos Mouriño, que, no obstante, desde su llegada al cargo en mayo de 2006 ya ha cesado a dos técnicos, Fernando Vázquez, y en estos momentos a Hristo Stoichkov.

Stoichkov ha tenido un efecto más mediático que deportivo desde su fichaje por el Celta, ya que si bien arrancó su andadura en el banquillo celeste con una esperanzadora victoria sobre el Deportivo de La Coruña (1-0) en Balaídos, las cinco derrotas consecutivas que encadenó en las siguientes jornadas, obligaron a los vigueses a jugarse el todo por el todo en la última jornada.

En esa cota el Celta de Vigo, pese a su victoria por 2-1 sobre el Getafe, se vio abocado a la Segunda División, como consecuencia del triunfo del Betis en Santander con dos goles de el ex céltico Edu en los últimos once minutos.

Los cambios producidos en la dirección deportiva del equipo gallego a la conclusión de la pasada campaña con la salida de Félix Carnero y la llegada de Ramón Martínez, así como los cambios en la gestión de la cantera, pretendían dotar de nuevos aires al Celta, que confiaba plenamente en la capacidad de Stoichkov para conducir al equipo a Primera.

Pero el mal arranque de los gallegos, con tan sólo un punto en las tres primeras jornadas, tras caer ante Castellón (2-1) y Eibar (0-1) y empatar con el recién ascendido Córdoba (1-1) encendieron todas las alarmas.

Las alertas parecían haberse apagado con las tres victorias -Poli Ejido (0-1), Las Palmas (2-0) y Xerez (3-1)- en las cuatro últimas jornadas, si bien hoy, nuevamente, el Celta volvió a sumergirse en la incertidumbre con el cese de Stoichkov, al que con toda probabilidad suplirá el ex entrenador del Real Madrid Juan Ramón López Caro.