La marcha de Coutts al equipo del magnate suizo Ernesto Bertarelli, que lo contrató a base de talonario para llevar la caña del ´Alinghi´ en la bahía de Auckland en 2003, fue un acto de "traición" para sus compatriotas y más cuando les arrebató el trofeo que había ganado con el equipo austral las dos ediciones anteriores.

Por contra, Coutts, que había entrado en la leyenda de la Copa al igualar los registros de legendarios patrones como Charles Barr o Harold Vanderbilt con tres Copas del América seguidas, se convirtió en un héroe en el país helvético al dar el triunfo a ´Alinghi´ en su debut y permitir que el trofeo regresara a Europa, donde se creó y no había vuelto en sus más de 150 años de historia.

A la caña del ´Black Magic´ neozelandés, Coutts venció en las ediciones de 1995, ante el ´Young América´ estadounidense, y 2000 frente al ´Luna Rossa´ italiano, lo que convirtió a Nueva Zelanda en el primer sindicato no estadounidense en renovar su título, un hito para un país con tanta tradición en vela como es el austral.

Su ´deserción´, junto a la de otros tripulantes neozelandeses hacia el equipo suizo, dio al debutante ´Alinghi´ una experiencia inusual y decisiva, que le llevó a ganar por un contundente 5-0 al ´Black Magic´ en la bahía de Auckland.

Sin embargo, la andadura de Coutts, de 45 años, por el sindicato suizo ha sido efímera, de apenas quince meses, pues a finales del pasado mes de julio fue despedido de forma fulminante, según justificaron en el seno del defensor, por incumplir reiteradamente con sus obligaciones.

El campeón olímpico neozelandés, según el comunicado que emitió el Alinghi, rechazó colocarse al mando del barco en la regata UBS Trophy en Newport aunque fue reclamado para hacerlo e igualmente se negó a navegar con la tripulación del equipo en otras citas como Marstrand (Suecia), Trieste (Italia) o Lisboa.

Esta situación fue calificada de "insostenible" y Bertarelli despidió a Coutts, que inmediatamente anunció medidas legales por lo que consideraba un despido contrario a sus derechos.

Se abrían las puertas a un ´culebrón´, sobre todo, porque recientemente se había modificado el protocolo de la Copa del América y Coutts tenía todas las papeletas para quedarse fuera de la trigésimo segunda edición de la Copa del América al no poder fichar por otro equipo.

Tras ganar en Auckland, Alinghi flexibilizó la regla de la nacionalidad para facilitar la libertad de movimientos de marinos entre equipos pero poco antes de que Coutts fuera despedido, se estableció la prohibición a todo regatista que hubiera trabajado seis meses con un equipo participante, cambiar a otro en la siguiente edición.

Coutts acusó a su ex patrón de "violar su contrato" y afirmó que esa nueva reglamentación, con carácter retroactivo a marzo de 2003, apuntaba directamente a su persona y le ponía fuera de juego para la siguiente edición.

A finales de marzo de 2005, Coutts y Bertarelli llegaron a un acuerdo de conciliación de la demanda del regatista neozelandés contra el sindicato suizo, en el que se recogía una cláusula por la que el ex patrón del Alinghi no formaría parte de ningún sindicato ni competiría en la Copa del América de Valencia 2007.

Valencia perderá un mito de la Copa del América pero como el propio Coutts afirmó en plena vorágine de su despido, la leyenda sigue viva porque él "continuará siendo un personaje importante del mundo de la vela".