Ganar la final de la Copa Davis es "un sueño que Argentina todavía no pudo alcanzar", declaró Nalbandián, de 24 años, en vísperas de la final que se disputará del 1 al 3 de diciembre en el pabellón Olimpíiski de Moscú, con aforo para casi 11.000 espectadores.

El número uno de Argentina aseguró que tanto él como sus compañeros del equipo -José Acasuso, Juan Ignacio Chela y Agustín Calleri- "aportarán su grano de arena para tratar de ganar" a Rusia.

Para el equipo, dirigido por Alberto Mancini, el duelo con Rusia supone una oportunidad extraordinaria para conquistar la ensaladera, ya que en su primera oportunidad, en 1981, fue derrotado por Estados Unidos (3-1).

Al equipo ruso, integrado por Nikolay Davydenko, Marat Safin, Dmitry Tursunov y Mikhail Youzhny, tampoco le falta motivación, ya que una victoria le permitiría repetir la hazaña de 2002.

En esa ocasión, el equipo, también capitaneado por Shamil Tarpíschev, obtuvo su primera Copa Davis al derrotar a Francia a domicilio por 3-2.

Otra peculiaridad de esta final es el hecho de que se disputa sobre la moqueta del Olimpiiski, el mismo estadio en el que en dos ocasiones anteriores Rusia fue víctima de la famosa presión que conlleva la única competición de tenis por naciones.

En 1994 Rusia cayó en la final frente a Suecia (1-4) y en 1995 ante Estados Unidos (2-3), final en la que Pete Sampras sumó los tres puntos.

Para esquivar el maleficio del Olimpíiski, el equipo ruso eligió en 2002 para las semifinales de la Copa Davis frente a Argentina el Palacio Deportivo "Luzhnikí", escenario de lo que fue el primer choque de ambos en tierra rusa.

Cuatro jugadores de los actuales finalistas, los rusos Safin y Youzhny y los argentinos Nalbandián y Chela, participaron en aquella eliminatoria que Rusia ganó

Esas semifinales inscribieron un récord en la historia de la Copa Davis: el partido de dobles, que disputaron Nalbandián y Lucas Arnold frente a Safin y Yevgueni Káfelnikov, duró 6 horas 22 minutos y terminó con triunfo argentino en cinco sets.

Precisamente tras aquella victoria sobre Argentina los rusos triunfaron en la final de París, donde Safin y sus compañeros alzaron la ensaladera de plata aplaudidos y abrazados por el ex presidente de Rusia, Borís Yeltsin, gran aficionado al tenis, que presenció los cinco partidos de aquel frenético duelo.

La primera victoria rusa en la Copa Davis hace cuatro años fue en gran medida obra de su jugador reservista Youzhny (entonces de 20 años y número 38 en el mundo), quien sustituyó al lesionado Káfelnikov para derrotar en el decisivo quinto partido a su coetáneo francés Paul-Henri Mathieu.

La actual final de la Copa Davis será el cuarto choque ruso-argentino en esta competición, con dos victorias para los rusos y una para los sudamericanos.

Además de las semifinales de 2002, los dos equipos se enfrentaron otras dos veces en Buenos Aires.

En 1985 Rusia echó del Grupo Mundial a Argentina al ganar por 3-2 como visitante.

El último choque entre ambos equipos se produjo en el estadio del River Plate en 2003, cuando los locales arrasaron al entonces campeón del torneo con un rotundo 5-0 en los cuartos de final.

En esa serie los jugadores argentinos fueron Nalbandián, Gaudio y Mariano Zabaleta y los rusos Youzhny, Davydenko y Káfelnikov.

En opinión del capitán de Argentina, el duelo de dobles será crucial en la definición del ganador de esta final.

"Obviamente, lo ideal sería terminar la primera jornada dos puntos arriba, pero un empate no estaría nada de mal, pues tenemos un dobles muy competitivo", dijo Mancini en declaraciones a Efe.

Mancini destacó que la fuerza de su conjunto es su "unidad" y recordó que es "el mismo equipo que comenzó la clasificación y llegó a la final de la Copa Davis".

El capitán del cuadro argentino dijo sobre la pista sintética RuKortPro, montada sobre madera en el pabellón Olimpíiski para esta final, que no es de sus preferidas, "pero tampoco es tan rápida" como esperaban.

Su colega ruso Tarpíschev, por su parte, afirmó que la elección de este tipo de superficie se debió al deseo de crear condiciones óptimas para ambos equipos.

"Si la cancha fuera demasiado rápida, esto supondría una desventaja no solo para los argentinos, sino también para nosotros", explicó Tarpíschev, el también presidente de la Federación rusa de tenis.