El Real Murcia empató en su desplazamiento a Jerez de la Frontera en un trepidante duelo que enfrentaba a primero y segundo de la categoría y que se resolvió con tablas merced a dos acciones polémicas que supusieron los dos goles del encuentro. Con este empate, el conjunto grana que ya encadena tres partidos sin ganar, se coloca cuarto con 25 puntos y sale de la zona de ascenso.

Después de un primer tiempo en el que apenas existieron ocasiones de gol, el partido se decidiría en una segunda parte en la que los acontecimientos se precipitaron como el árbitro en sus decisiones, ya que dos de ellas marcaron el resultado final. El tanto de Yordi, que adelantaba al Xerez, y el empate de Samuel desde el punto de penalti nunca debieron subir al marcador. El primero porque hubo falta del delantero xerecista a Notario, y el empate porque el agarrón de Moreno a Iván Alonso, que propició la pena máxima, sólo existió en la mente de un colegiado que terminó de complicarse el partido añadiendo cuatro minutos de descuento para acabar concediendo seis.

El encuentro comenzó con un Real Murcia valiente, respetando al líder pero mostrándole las garras; tanto que el cuadro grana fue el dominador del primer tramo del encuentro, que concluyó a los quince minutos cuando ambos equipos comenzaron a repartirse palos y a enfangar el juego que, por otra parte, tampoco había sido gran cosa. Fue un cuarto de hora en el que Peña y Pedro Ríos se sacudieron de lo lindo, imitados poco después por Ramón y Arruabarrena en un duelo al sol con cabezazo incluido.

El encuentro no se podía decidir de otra manera que no fuera en acciones de estrategia. Los dos equipos igualaban en intensidad, tenían las fuerzas muy equilibradas, las dos defensas muy adelantadas y se jugaba en un espacio de 60 metros como máximo. Así era difícil conseguir opciones de gol, y como muestra queda que el primer saque de esquina a favor del Murcia no llegaría hasta el minuto 22, mientras que el primer disparo a puerta llegaría rondando la media hora de partido cuando el local Pedro Ríos engatilló fuerte pero el balón se le marchó junto al poste.

La réplica estuvo en los pies de Abel, que en los instantes finales de la primera parte falló un par de ocasiones, una de ellas claras, y frenó un ataque peligrosísimo cuando desde la posición de media punta no cedió a Iván Alonso cuando le hubiera dejado solo ante el cancerbero Chema.

Aún antes del descanso llegaría un disparo de Camuñas que Notario envió con apuros a saque de esquina, y un fallo de Francis que Abel aprovechó para cabecear pero se tropezó con las manos del debutante Chema.

Ese equilibrio de fuerzas se comenzó a romper con el tanto de Yordi a los ocho minutos del segundo tiempo. David Prieto bota una falta, Notario sale a por uvas y Yordi acaba cabeceando a gol. Aparentemente la jugada está clara, pero comienza a complicarse cuando Notario se queja de un fuerte golpe del delantero xerecista. A pesar de las protestas de los jugadores de Lucas Alcaraz, Teixeira y su asistente se mantuvieron firmes y dieron por válido el gol. Pero no todo había acabado ahí, porque la brecha abierta en la frente de Notario dejaban una cosa clara: que Yordi había cometido falta en el salto; y otra más oscura: la conciencia del colegiado.

Si bien oficialmente la jugada concluyó en el momento en el que el Murcia puso el balón en juego desde el centro del campo, en realidad no acabaría hasta un cuarto de hora más tarde, de nuevo con una jugada a balón parado pero esta vez a favor de los granas. Cuando el balón iba por el aire el colegiado cántabro se fue al punto de penalti. La razón: un supuesto agarrón de Moreno a Iván Alonso que Teixeira se inventó para recuperar el viejo recurso del trencilla de tirar de la compensación cuando creen, o mejor dicho saben, que han metido la pata con anterioridad. Samuel terminaría de enmendarle la plana al transformar la pena máxima y establecer el empate que a la postre resultaría definitivo.

Después del empate del Murcia, el encuentro entró en una dinámica de toma y daca en la que los porteros tampoco tuvieron demasiadas opciones para lucirse. Aún así, los dos equipos miraron más a la portería rival, aunque ambos se defendieron con acierto.

Aunque el Xerez tuvo un par de aproximaciones peligrosas en los últimos minutos, la ocasión más clara para haber roto el equilibrio en el marcador la tuvo el sevillano Paco Gallardo a falta de 4 minutos, cuando se quedó solo delante del guardameta y en lugar de disparar eligió ceder a Iván Alonso, pero el pase lo cortó David Prieto cuando el uruguayo sólo hubiera tenido que empujar. Y es que por algo en los delanteros no siempre está bien vista la generosidad.

En el tiempo de descuento el marcador ya no se movería y el resultado final puede considerarse justo, los dos equipos se respetaron y ambos tuvieron casi las mismas ocasiones de gol en un encuentro en el que la emoción superó al buen juego.