Ello, al menos, se puede entrever de las conclusiones de los fiscales María Cristina Palaia y Luca Palamara, que han investigado el caso, y que consideran que Luciano Moggi y otras dos personas más habrían creado la sociedad de representación "GEA" para ejercer una "función dominante" en el mundo del fútbol.

Las otras dos personas presuntamente implicadas son Alessandro Moggi (hijo de Luciano) y máximo dirigente de la "GEA", y Franco Zavaglia, uno de los máximos cargos de la sociedad.

Según los fiscales romanos, Luciano y Alessandro Moggi y Franco Zavaglia habrían sido los promotores de una "asociación para delinquir" al "adquirir el mayor número de representaciones deportivas y, trámites de las mismas, obtener un poder contractual en grado de incidir en manera determinante en el mercado futbolístico para condicionar la gestión de jugadores".

"Y de paso, la de varios equipos del campeonato futbolístico (Siena, Reggina, Messina, Crotone y Avellino", se añade en las conclusiones de os fiscales y que han sido dadas a conocer por varios medios informativos locales.

Para los fiscales romanos, todo ello lo conseguía Luciano Moggi "aprovechando el poder y la fuerza de intimidación derivadas de los métodos usados en su amplia experiencia en el mundo del fútbol y de la capacidad de dominio que siempre había adquirido sobre jugadores, sobre algunos dirigentes de club y sobre órganos de la Federación Italiana de Fútbol".

El poder ejercitado por la GEA, según los investigadores, se manifestaba también en las decisiones de "mercado" de los clubes "controlados" mediante presiones para su adquisición.

Todo ello para obtener renovaciones y adecuadas condiciones contractuales o para lograr el traspaso a otros clubes (sobre todo el Juventus).

Según los fiscales, en este objetivo y como "participantes" estarían también presuntamente implicados David Lippi (hijo del ex seleccionador nacional Marcello Lippi), Riccardo Callieri, Paquale Gallo y Francesco Ceravolo (todos ellos integrantes de la GEA) y que "ayudaban a Luciano y Alessandro Moggi y Zavaglia en la actividad de búsqueda de las representaciones de jugadores con métodos ilícitos".

En concreto, se lee, "Callieri, favoreciendo la fusión de dos sociedades que dieron lugar a la GEA, David Lippi y Pasquale Gallo como colaboradores de la GEA y estrechamente unidos a los dos Moggi, y Ceravolo, como hombre de confianza de Luciano Moggi, acercándose a los jugadores para inducirles a revocar los mandatos ya otorgados anteriormente a otros representantes".

Entre los nombres de futbolistas que aparecen en las conclusiones como presuntamente "obligados", a veces con amenazas, a dejar a sus representantes y dar el nuevo mandato a la GEA, están el francés David Trezeguet (Juventus), Nicola Amoruso, Ruslan Nigmatullin y Victor Budyanskiy. Asimismo, Davide Baiocco, Fabio Gatti, Manuele Blasi, Giovanni Tedesco, Giorgio Chiellini y Salvatore Fresi.

En el caso de Trezeguet, se indica que los Moggi habrían indicado al francés "la posibilidad de obtener una ventajosa renovación del contrato con el Juventus si le era conferida su representación deportiva a Alessandro Moggi y la imposibilidad, en el caso de no acceder a la propuesta, de obtener una prolongación del contrato".

Una prolongación del contrato que efectivamente no llegó estos años al rehusar Trezeguet a dejar a su representante Antonio Caliendo.

Entre las personas presuntamente amenazadas por Luciano Moggi, según los fiscales, también está Franco Baldini, actual secretario técnico deportivo del Real Madrid y en la época director deportivo del Roma.

Los fiscales señalan que desde que Baldini se había convertido en director deportivo del Roma, Alessandro Moggi y Zavaglia ya "no tenían facilidad para hacerse con la representación deportiva de jugadores del sector juvenil del Roma".

Así, Luciano Moggi, aprovechando la fuerza de intimidación del poder adquirido en sus años en el fútbol, en diciembre de 2000 presuntamente amenazó a Baldini con expresiones como "el trabajo en el mundo del fútbol es muy particular, un año se trabaja y otro no" en el intento de conseguir que facilitase la labor de Alesandro Moggi y Zavaglia.

Baldini, según apuntan los fiscales, se negó a interceder con los jugadores en favor de la GEA.

Los abogados de los implicados ya han empezado a reaccionar negando estas acusaciones de los investigadores.

Pero a las conclusiones de las indagaciones de la Fiscalía de Roma se pueden unir en los próximos días las de la Fiscalía de Nápoles, que también investiga el caso del fraude deportivo desde otra variante y que, según algunos medios, podría pedir en procesamiento de varios de los implicados.