Amenizado con una ceremonia en la que brilló la belleza de la modelo Heidi Klum y el ritmo del cantante colombiano Juanes, que tras interpretar "La camisa negra" aseguró que su selección volverá al Mundial dentro de cuatro años, el sorteo dejó, como todos, sensaciones agridulces.

Alemania, el país anfitrión, salió satisfecha de una primera fase en la que parece superior a Costa Rica, Polonia y Ecuador. Jugará el partido inaugural, el 9 de junio en Múnich, contra la selección "tica", un "regalo" para el conjunto que dirige Alexandre Guimaraes, que quería un cabeza de serie al que no se hubiese enfrentado nunca.

"Si hay alguna posibilidad de ganar al país anfitrión es en el primer partido", destacó.

En el grupo B, el emparejamiento de Inglaterra y Suecia alimenta el "morbo", porque Sven Goran Eriksson puede dejar en la cuneta a su país, en el último encuentro de la llave.

Paraguay aparece como el tercero en discordia y la debutante Trinidad y Tobago como la víctima propiciatoria. No renuncia a nada el seleccionador de los paraguayos, el uruguayo Aníbal Ruiz, que asegura que todo dependerá de la personalidad que muestren sus jugadores ante Inglaterra, en el primer partido.

El C se llevó el premio gordo. Con el recuerdo de la eliminación en la primera ronda de Corea-Japón aún vivo, la selección argentina se enfrenta a otro grupo complicadísimo, sin duda, el más difícil del Mundial.

Se temía a Holanda, una "desheredada" de los cabezas de serie, nadie quería a Serbia y Montenegro, que había sido desterrada a un bombo especial para no juntar a tres europeas, Costa de Marfil, con el delantero del Chelsea Didier Drogba como estrella, era el africano más peligrosos.

Todos le tocaron a Argentina, que por boca de Hugo Tocalli, su representante en el sorteo ante la ausencia de José Pekerman, no pudo más que tratar de levantar la moral.

"No negamos que será complicado, pero ahora ni lloramos ni nos quejamos y quiero que el pueblo argentino tenga la misma actitud y que confíe en nuestra fortaleza. Los rivales también tienen que estar preocupados por enfrentarse a Argentina", dijo.

México y Portugal parten como claros favoritos en el grupo D, por delante de Irán y Angola, pese a que el técnico del "tricolor" Ricardo Lavolpe afirme que "hay un poco de todo" y Luiz Felipe Scolari tema el primer partido ante Irán.

El grupo E tiene trampa. Italia y la República Checa parecen los más fuertes, pero Ghana siempre ha deslumbrado en las mundiales de categorías inferiores y Estados Unidos se quedó a un solo punto, el que sí tuvo la selección italiana, de entrar en el bombo de los cabezas de serie. Por algo será.

Brasil, la gran favorita del torneo, piensa en conquistar los 9 puntos en liza ante Croacia, Australia y Japón, en un grupo que Carlos Alberto Parreira definió como "medio". "Ni es el más fuerte, ni es fácil", indicó el entrenador de los campeones del mundo, tras recordar que han empatado contra japoneses y croatas, recientemente.

En el G, Francia y Suiza parecen muy superiores a Corea del Sur, que ya no cuenta ni con el técnico, ni con el apoyo "externo" que le llevó a las semifinales del anterior Mundial y la desconocida Togo, un novato imprevisto en la fiesta.

Pero el más agraciado, quizá, haya sido el equipo español que emerge optimista tras una dura fase de clasificación. Ni Ucrania, pese a que cuenta con Andrey Shevchenko, ni la selección tunecina, aunque esté dirigida por Roger Lemerre, ni mucho menos el conjunto saudí que entrena el argentino Gabriel Humberto Calderón debieran discutirle el primer puesto del grupo.

Luis Aragonés lo sabe. Por eso, tras el sorteo habló "de la dificultad de los cruces", que le enfrentarían a Francia o Suiza, en los octavos de final y, probablemente, a Brasil, en cuartos.