El líder Cartagena fue mejor en la tierra que vio nacer a don Santiago Bernabéu y por ello ganó 0-1, el mismo marcador de hace 30 años, pero con unas connotaciones distintas, porque esta victoria, la cuarta consecutiva del Cartagena, lo dispara en la clasificación y lo reafirma como líder indiscutible del grupo IV.

Venció gracias a un gol de oportunismo de Sabino a la media hora de juego y a la garra de sus hombres, que en esta ocasión se tuvieron que poner el 'mono de trabajo' para ganar tres puntos que pueden resultar vitales en el devenir de la competición.

El 0-1 con el que se llegaba al descanso marcó las diferencias que se vieron durante la primera parte. El Cartagena, sin hacer un gran juego, incluso por debajo de lo que normalmente ofrece fuera de casa, superó de principio a fin a un Almansa que quería pero no podía, ya que el único modo en el que podía llegar a las inmediaciones de Caballero era con balones largos, el típico fútbol total que se suele jugar en este tipo de campos pequeños.

Los blanquinegros siempre dominaron la situación y por si era poco le sacaron máximo rendimiento a sus oportunidades, ya que en el primer disparo a puerta entre los tres palos Sabino enviaba el balón al fondo de la red. El gol terminó de afianzar al equipo cartagenerista que, sin jugar todo lo bien que cabía esperar, fue el dueño del balón, mientras que el cuadro dirigido por Trasante bastante tenía por tener terreno y aguantar las acometidas cartagenerista, que casi siempre morían antes de llegar a las inmediaciones del meta Galisteo.

Cabe destacar en el minuto 10 un claro penalti en el área del Almansa, no señalado, por manos de Pepín tras un disparo de Conget.

Las únicas ocasiones manchegas, si se pueden llamar así, fueron un disparo alto de Manrique en el minuto 7, y otro de Pepín que salía por encima del larguero en el minuto 24.

En la segunda parte, el Almansa salió dispuesto a nivelar el partido de la manera que fuese. Pero la poca fuerza almanseña se diluyó en los primeros cinco minutos tras un disparo flojo y raso de Irazoki que apenas dio problemas a Caballero.

Una segunda mitad tranquila