¿Cuándo y cómo empezó con el ciclismo?

Pues fue gracias a mi trabajo. Hace cinco años empecé a tatuar a un muchacho que era ciclista y le pedía que no entrenara con el tatuaje fresco. Pero un día me hizo acompañarle a una ruta para que viera qué se sentía cuando él no podía salir. Me prestó su bici, salimos a entrenar y al mes siguiente me compré yo una y estaba corriendo.

Entonces le dio fuerte.

Sí que medio fuerte, fue todo muy rápido porque al año ya estaba compitiendo.

¿Y por qué se ha quedado pillada con el ciclismo?

Creo que fue descubrir que hay vida más allá del sedentarismo, porque hasta entonces siempre había sido de estar en casa, jugar al ordenador... Descubrí con el ciclismo que hay sitios maravillosos muy cerca como El Garruchal o el Cabezo de la Plata, por ejemplo.

Pero una cosa es empezar a hacer deporte y otra es ser triple medallista en un Campeonato de España.

Está claro, pero es que a mí me engañaron para dar el salto a la competición. Yo había hecho algún duatlón, pero en 2015 me metí en la prueba de la Copa de España de Roldán porque me engañaron. Conocí a Geoff Cox, de Biking La Manga, quien tuvo la intuición de que había algo en mí. Me animó a que hiciera la carrera y me dijo que no me preocupase, que era asequible para mí, pero lo que me encontré allí fue a gente que estaba compitiendo a nivel internacional.

¿Y pensaba ganar tres medallas en los últimos Campeonatos de España en pista

Esperaba hacerlo bien, aunque fui solo con el pensamiento de ayudar a mi compañera Gloria Rodríguez, que era quien tenía posibilidades, pero al final me encontré que las llevaba yo también en el cuello.

¿Y cómo saca tiempo para entrenar?

Realmente creo que tengo mucha suerte por el tipo que negocio que llevo y que no tengo obligaciones familiares. Dispongo de mi propia agenda y pacto con el cliente la cita, pero el resto del día no estoy en todo momento en el estudio de tatuajes. Eso me permite tener al menos la mitad del día libre.

Veo que ha hecho mountain bike, carretera, pista... ¿A qué no le da en el ciclismo?

Mira, también hice en invierno ciclocross. No sé si se me escapa algo, pero creo que no. Siempre me ha gustado probarlo todo y no me gustaría irme al otro barrio dejándome algo en el tintero.

¿Y una tatuadora ciclista lleva tatuajes?

Sí, bastantes, aunque los clientes me dicen que para dedicarme a eso, llevo pocos y ninguno relacionado con el ciclismo, pero como veo que hasta dentro de muchos años no me voy a dejar la bicicleta, alguno me haré.

¿Van a su estudio muchos deportistas a tatuarse?

Por suerte sí. La verdad es que tatúo a muchos.

¿Y qué le piden?

Desde su bici hasta rememorar algún éxito deportivo que han logrado, pero sobre todo muchas ruedas.

¿A quién le gustaría tatuar?

Por ejemplo, a mi compañera Gloria Rodríguez, que alguna vez me ha dicho que para rememorar su carrera en el ciclismo le gustaría hacerse algo. Y como imagino que eso siempre viene precedido de un gran logro, me gustaría porque será que ha cumplido sus sueños.

¿Ha cambiado mucho su vida con el ciclismo?

Muchísimo y espero que eso siga mucho tiempo así porque no concibo volver a mi vida anterior.

¿Y lleva bien eso de la alimentación?

Pues formo parte de un grupo de deportistas amateurs veganos y te puedo garantizar que no me falta fuerza. Hace año y medio empecé y ha sido algo determinante a la hora de ver mi rendimiento deportivo. La cuestión por la que empecé no tiene nada que ver con el ciclismo.

¿Qué come un deportista vegano?

Legumbres, cereales, pero sobre todo, que no haya ningún cadáver en el plato. La sensación de recuperación energética es muy positiva.

¿Hay muchos deportistas veganos?

Sí, por ejemplo, Serena Williams, Djokovic lo y Lewis Hamilton, pero hay muchísimos más. En el pelotón del Tour de Francia también había un ciclista vegano.

¿Cómo se hizo tatuadora?

Vas a creer que mi vida en pura improvisación, pero no es así porque viene de largo. Empecé a pintar y dibujar con 5 años, y después de trabajar como retratista y estudiar Bellas Artes, conocí a una serie de personas relacionadas con el mundo del tatuaje. Me animaron a empezar, pero me daban miedo las agujas. Entonces me dieron la oportunidad de probar en unas pieles sintéticas con una máquina, gustó y gente de mi entorno me pidió que les tatuara. Empecé casi por obligación, casi con la bici.

¿A quién admira en el ciclismo?

No tengo nadie especial, pero admiro a la gente que tengo cerca y que me ha enseñado, como Geoff Cox, quien procura ayudar mucho a la base, y a José, del CC Roldán, porque sin él el ciclismo regional sería distinto. De pequeña no estuve ligada al deporte y, de hecho, recuerdo a mi abuelo viendo el Tour y decirle que lo quitara, que era un aburrimiento porque no lo aguantaba.

¿Una ciclista no tiene envidia del reconocimiento que tienen los chicos o tiene asumido que eso es así?

Una mujer nunca está dispuesta a asumir que otra persona, por su género, valga diferente. Tanto dentro como fuera del ciclismo, es inconcebible. El público es lo que mueve a las empresas que patrocinan, pero lo que no me parece bien es que con la mitad del sueldo de un corredor, se haga el presupuesto de todo un equipo femenino.

¿Estamos avanzando hacia la igualdad o no?

Creo en el progreso y cada vez existe más igualdad, pero es un problema de educación. La sociedad es la que tiene la responsabilidad de cambiarlo, pero si las chicas somos más visibles y la gente hace más caso a los deportes minoritarios y al género femenino, se darán cuenta de que la igualdad es totalmente necesaria. Vamos en la dirección correcta, pero haría falta ir un poco más deprisa.