Lorena Fernández atravesaba probablemente el momento más complicado de su vida. No entendía cómo a sus 30 años le podía llegar un revés de esta magnitud. Los dramas casi siempre le tocaban a los demás. Ella lo puede atestiguar, porque ve pasar cada día, en el centro de salud del barrio cartagenero de Los Dolores donde trabaja, casos y casos que al final la embadurnan de un material resistente al dolor. Sin embargo, cuando una mañana nota un pequeño bulto en el pecho se convierte en actriz de una película de la que nunca hubiera querido ser protagonista. El cáncer había llegado y su mundo se tambaleaba.

En pleno proceso de diagnóstico, intervención y posterior tratamiento, Lorena, en casa viendo la televisión, observa cómo cinco mujeres se embarcan en una aventura inimaginable para muchos: atravesar el Artico a 54 grados bajo cero. Esas cinco protagonistas, que unos meses antes habían pasado por el mismo sufrimiento del cáncer que ella y consiguieron superarlo, tuvieron que enfrentarse durante 200 kilómetros caminando en el Ártico a grietas, hielo resbaladizo, lagos glaciares y temperaturas extremas o navegar en kayaks a través de icebergs.

Encarnación, Lorena, Esther, Ana Belén y Micaela agitaron la vida de la joven, que se prometió a sí misma que si era capaz de salir de ésta, cualquier cosa se quedaría pequeña.

Así fue como dio su primer paso para enfrentarse al Reto Pelayo Vida Annapurna Bike que inicia el próximo mes de noviembre. El reto consiste en recorrer más de 300 kilómetros en bicicletas de montaña a una altitud de 4.300 metros, cubriendo la distancia que separa las ciudades de Pokhara y Lo Manthang, capital del reino prohibido de Mustang.

Se apuntó a esta cuarta edición creada y promovida por el periodista Eric Frattini, y tras un proceso de selección con cerca de 300 mujeres, es seleccionada para sorpresa de ella y asombro y desconfianza de su pareja y su familia. «Ahora lo viven con mucha ilusión, porque me ven muy motivada, contenta y feliz, pero al principio no fue así. Sabemos que es un reto difícil y todos teníamos algún temor al hecho de embarcarme en esta aventura», señala la enfermera.

Lorena Fernández se encuentra recuperada del cáncer de pecho, pero aunque ahora hace una vida completamente normal, la enfermedad deja huella en todos aquellos que la padecen. La clave es cómo es capaz cada uno de afrontarla y superarla. La palabra resiliencia define muy bien a Lorena y a sus cuatro compañeras de esta aventura. Han hecho frente a una adversidad dura y han salido fortalecidas de esta amarga experiencia. «A los dos días de operarme estaba paseándome por el centro de Cartagena. Soy una persona fuerte y pronto me puse en movimiento» relata la protagonista de esta gesta en la que muy pronto se pondrá en marcha.

Esta etapa vivida por Lorena ha sido un aprendizaje continuo. Desde que el cáncer pasó por su vida reconoce que ha conseguido identificarse emocionalmente mucho mejor con sus pacientes. «Mi experiencia me sirve para hablar con las personas afectadas que pueden pasar por mi consulta, explico mi caso y ayudo a que superen la enfermedad. Más de una vez me he puesto a llorar con algún paciente que me explicaba lo que le sucedía», reconoce.

«El 2017 fue un año duro para mi y para todos los que me rodean. Este 2018 ha sido diferente. Tras caer al suelo me he levantado y en unos días espero estar acariciando las nubes», añade la joven deportista, que ha tenido que cambiar sus hábitos de vida para montar en bici de montaña y entrenar duro para llegar en las mejores condiciones al Valle del Annapurna. Tomás Moreno la ha acompañado en sus primeros pasos con la bici de montaña. Le ha enseñado la técnica, cómo subir y bajar caminos escarpados o sortear los obstáculos que encontrará.

Ha tenido tiempo de conocer a las integrantes que componen el reto, que, al igual que ella, han logrado superar el cáncer. Este desafío es una prueba de superación personal, fortaleza psicológica, valor y optimismo ante la vida a pesar de que se han encontrado con el cáncer de mama.

«Quiero transmitir a las mujeres que han padecido un cáncer de mama que es posible superarlo, que la vida es maravillosa y merece la pena pelear para curarse. Les envío fuerza, ilusión, valentía y esfuerzo. Y quiero que sepan que practicar deporte durante la enfermedad es muy importante para la recuperación», explica Lorena.