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Entrevista | Caries Arturo Casabuena, músico

"Me siento como si acabara de salir de una cueva: ahora quiero, y sé que puedo, hacer muchas cosas"

Miembro de la banda Perdón y del dúo Mireya, Caray!, hace unos días se alzaba con el primer premio del CreaMurcia de ‘Canción de autor’ con su proyecto en solitario

Actualmente se encuentra preparando su primer disco largo, ‘Volverán a casa’

Arturo Casabuena con su teclado y su sinte en una imagen promocional de su proyecto en solitario, Caries.

Arturo Casabuena con su teclado y su sinte en una imagen promocional de su proyecto en solitario, Caries. / L. O.

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Arturo Casabuena, que en los últimos años se ha ganado un nombre en el underground murciano de la mano de Perdón y Mireya, Caray!, ha dado recientemente un salto de gigante con su proyecto en solitario. Y no solo porque Caries se proclamara hace unos días como ganador del CreaMurcia en la categoría de ‘Canción de autor’, sino porque el reconocimiento del jurado le ha terminado de convencer de que lo que tiene entre manos es algo por lo que merece la pena apostar. Y es que, casi más que el fallo de los técnicos del popular certamen municipal, la entusiasta acogida del público a sus dos shows del pasado mes de octubre –la de las semis y la de la final– le ha dado alas. Además, el joven y polifacético músico, que en esta ocasión apuesta por un electropop intimista realmente cautivador, se encuentra trabajando actualmente en el que será su primer disco largo, Volverán a casa.

¿Qué tal, Arturo? ¿Ya ha ‘aterrizado’ después de la final?

Pues estoy bastante bien, pero todavía sigo un poco en shock. Creo que cuando terminó la final no era consciente de lo que acababa de pasar, pero ahora ya lo he asimilado y..., joder, qué guay. Cuanto más lo pienso, más contento me pongo.

¿Qué supone ganar este premio? Se había quedado a las puertas de hacerlo tanto con Perdón como con Mireya, Caray!, y en ‘Pop- Rock’ y ‘Otras tendencias’.

Sí, tanto con Perdón como con ‘Mireya’ nos quedamos segundos. Pero me alegra haber ganado con este proyecto porque es con el que más expuesto me he sentido siempre. Al depender solo de mí, lo de Caries me daba mucha inseguridad a veces, sobre todo porque no contaba con la perspectiva de otras personas. Pero ahora, con el CreaMurcia, puedo quedarme más tranquilo.

¿Cómo vivió la final?

Pues llegué justo de la universidad para ver a El Raspa y Río Rosa; de hecho les conocí allí (no habíamos coincidido antes). Y me lo pasé muy bien compartiendo nervios e impresiones con ellos, la verdad. Pero me sorprendió un montón lo diferentes que eran las tres propuestas. Murcia es un pañuelo, pero hay sitio para todo.

¿Impone tocar en el Teatro Circo? Los otros dos finalistas estaban arropados sobre el escenario; usted, en cambio, estaba solo.

Impone muchísimo. Me sentía minúsculo y eso me puso muy nervioso al principio. Pero, irónicamente, creo que eso acabó siendo una ventaja: verme tan diminuto me ayudó a encontrar la energía que quería transmitir. Al final, Caries tiene mucho que ver con sentirte pequeño, solo y perdido en un mundo gigante al que le importas poco.

Preparó un concierto con cierta narrativa, como un viaje. ¿Qué quería contar?

Quería profundizar en la idea de que la sensación de sentirte perdido y solo nunca desaparece, pero también en que eso no es nada malo. He estado muchos años esforzándome por pertenecer a algo y poder decir completamente convencido: "Mi hogar es este", pero cada vez tengo más claro que eso no va a pasar nunca; sentirte perdido, creo, es inevitable. A veces es un poco asfixiante, pero al menos a mí siempre me queda el consuelo de que la claridad llegará tarde o temprano.

¿Le gusta esta forma de plantear los directos? Quiero decir: ¿Era algo pensado específicamente dentro del régimen competitivo del CreaMurcia o es la forma que tiene de entender sus conciertos, casi como un relato?

Siempre he querido contar una historia, pero quizá por pereza o porque me abrumaba nunca había llegado a hacerlo del todo. Sin embargo, pensé que las semis eran una buena ocasión de llevar lo que yo tenía dibujado en mi cabeza al escenario. Actuar con Perdón y ‘Mireya’ me ha ayudado mucho en este sentido, porque –salvando las distancias– también planteamos nuestros directos como un relato completo. Así que los del CreaMurcia han sido los primeros conciertos que hago así, pero creo que los próximos que haga van a seguir ese mismo planteamiento porque me quedé muy contento con el resultado.

Uno de los momentos más sorprendentes de su actuación estuvo protagonizado por una canción que ya avanzó en las semis pero que presentó por primera completa en esta final del CreaMurcia.

La canción se la canto a un chico del que me enamoré un poco bastante este último mes. La escribí unos días antes de la semifinal y, aunque era cortita, yo pensaba que así ya estaba bien. La cosa es que después pasaron más cosas con ese chico y..., bueno, me vi muy reflejado en un texto de Barthes en el que decía aquello de «la identidad fatal del enamorado no es otra más que esta: yo soy el que espera». Así que tuve que añadir un par de estrofas que, si bien me dio un poco de pena escribir, creo que la terminaron de completar. Seguramente es la canción que más me remueve, pero imagino que hacer música va de eso.

Su proyecto como Caries es de esos a los que es fácil colgarle la etiqueta de ‘intimista’, pero esto es algo que va más allá del apartado sonoro; esta canción es un ejemplo, pero me vale cualquiera de las tuyas. Y es un cambio grande con respecto a Pedrón y ‘Mireya’. ¿Es difícil abrirse así, no da cierto pudor?

Caries es el proyecto en el que escribo lo que siento exclusivamente yo, sin inventar relatos. Y es cierto que da mucho pudor hacer públicas emociones tan viscerales, pero diría que antes me asustaba mucho más que ahora: cuando se lo enseñas a tus amigas o lo cantas delante de un público y recibes un buen feedback, el miedo desaparece porque, de alguna forma, ellos te acompañan en lo que sea que te pase.

En este sentido, ¿qué le aporta Caries como artista (y persona)?

La música siempre ha sido un medio de expresión imprescindible para mí: tocarla, hacerla, escucharla, bailarla... Y eso es algo que vivo con todos mis proyectos musicales. Lo que diferencia a Caries del resto, quizá, es precisamente esa posibilidad de abrirme en canal en mitad de un escenario. No soy una persona con demasiada facilidad para hablar de sus sentimientos con los demás (ni siquiera consigo mismo), y tener la excusa de subirme a una tarima a hacerlo es profundamente liberador. Este proyecto me ayuda a ordenar lo que pienso y siento, a hablar conmigo mismo y a contarle a mis amigas cómo estoy.

¿Hay una frontera que separa a Arturo de Caries?

Diría que ya no. Antes veía mucho más clara la diferencia, pero creo que la línea se ha difuminado poco a poco. Es cierto que en mi día a día vivo por y para el humor y que lo que ocurre en Caries tiene poco de cómico, pero no deja de ser también una parte de mí. Hasta hace un par de años, había tenido muy poco diálogo interno con cómo me siento, y ahora eso ha cambiado. Seguramente es porque ya vamos teniendo una edad, pero creo que Caries me ha ayudado tanto a saber cómo me siento que, por fin, lo he integrado en mi persona.

Con Caries el foco se centra en usted más que nunca, pero tanto en las semis como en la final demostró una capacidad casi que innata para enganchar al público.

Para mí, la interacción con el público es una necesidad. Saber que están ahí me da mucha paz. Cuanto más cómodo estoy con el público, mejor sale el concierto y, creo, mejor se lo pasan ellos. Que el público y el artista conecten en concierto me parece crucial y, aunque hay formas y formas de conseguirlo, interactuar con ellos y buscar su reacción es algo que yo no puedo evitar. En algunos conciertos intenté ser más ‘misterioso’, pero la experiencia se volvía impersonal y fría. Y lo que canto en Caries suele ser tan íntimo que es obligatorio estar cerca de quien lo escucha.

Por cierto: su actuación en la final fue merecedora del primer premio, pero la de las semifinales fue... especial.

Sí, justo lo estuve comentando con mis amigas después de los conciertos. Creo que en la semifinal me ayudó mucho el lugar en el que se hizo. Tener al público cerca y poder ver de primera mano su reacción es algo precioso, y en La Puerta Falsa era casi como tocar a su lado. Al ser un sitio más pequeño, todo tuvo un carácter mucho más íntimo: cada silencio se volvía casi mágico.

¿Y ahora qué? Creo que tiene alguna cosilla entre manos...

Pues sí. De hecho, tengo un montón de cosas entre manos. Todo está girando alrededor de Volverán a casa, un álbum que sacaré (si todo va bien) en febrero. Publiqué a principios de octubre el primer single y enseguida sacamos el segundo adelanto. Por lo demás, estoy ya terminando las últimas grabaciones con Guille Solano y barajando posibilidades para sacar algún videoclip, lo que me hace muchísima ilusión. Bueno, y también he empezado a ver con Grabaciones Vistabella si podemos hacer algo chulo para la presentación del álbum, aunque para eso queda mucho.

¿Cómo espera que este reconocimiento afecte a su carrera?

A nivel personal, me ha ayudado a poder, por fin, confiar plenamente en el proyecto. Cuando eres un artista pequeño es difícil tener un feedback real porque todas las opiniones vienen de tus amigas y..., claro, a ellas siempre les gusta lo que haces. Ahora creo que tengo una visión más general de que Caries está bien, y confiar de esta forma en el proyecto me va a ayudar a presentarme con mucha más seguridad. Me siento como si hubiera salido de una cueva después de hibernar durante años: ahora quiero, y sé que puedo, hacer muchas cosas.

¿Tiene alguna aspiración o su foco está en hacer canciones?

Creo que nunca voy a dejar de hacer canciones, y esa va a ser siempre mi gran aspiración musical. Pero las experiencias de la semifinal y la final, después de ver que el directo funciona y que la gente lo disfruta, y de ver que en Murcia hay gente increíble haciendo música, me han dado muchas ganas de tocar más y más. Ahora quiero hacer todos los conciertos que pueda, tocar y componer con gente a la que admiro y revivir lo bien que me lo he pasado en el CreaMurcia. Todo lo que venga a partir de ahí estará bien.

Oye, y ¿qué pasa con Perdón y Mireya, Caray!? ¿Cómo está eso?

Los dos proyectos siguen en marcha. El otro día estuvimos con ‘Mireya’ en Cehegín y el 12 de diciembre tenemos un concierto de Perdón con Hidrogenesse en el ‘Ciclogénesis’ de Ítaca. Además, estamos ya preparando canciones para ambos grupos, y vamos a ver si podemos ir sacándolas antes del verano porque son todas chulísimas. De hecho, seguramente hagamos alguna cosa por Navidad... Y es genial porque los tres proyectos me completan: al ser tan diferentes, me ayudan a aprovechar todas las posibilidades musicales que quiero explorar, y entre unos y otros me permiten expresarme prácticamente de cualquier forma. Pero, ante todo, somos amigas haciendo música y actuando juntas, y eso nunca va a cambiar.

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