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Literatura

Sergio del Molino «Estamos viviendo un momento de cambio casi civilizatorio»

El ganador del Premio Alfaguara 2024 visita hoy Caravaca de la Cruz para celebrar el Día de las Bibliotecas y charlar con sus lectores

El escritor Sergio del Molino

El escritor Sergio del Molino / Jeosm

Enrique Soler

Enrique Soler

Con motivo de la celebración del Día de las Bibliotecas, la Biblioteca Municipal de Caravaca de la Cruz acoge esta tarde, a partir de las 20.00 horas, un encuentro con el escritor y periodista Sergio del Molino, una de las voces más influyentes de la literatura española contemporánea. El acto, de entrada libre, hasta completar aforo, estará moderado por la periodista Lola Gracia.

Escritor y periodista con una sólida trayectoria literaria y mediática, Del Molino, desde sus comienzos hace ya más de una década con obras como Malas influencias y Soldados en el jardín de la paz, ha transitado sin fisuras entre el ensayo, la narrativa y la crónica personal. Se hizo ampliamente conocido por su obra La España vacía (2016), que impulsó el debate cultural y social sobre la despoblación rural en España y consolidó su posición como autor de referencia contemporáneo.

Entre sus obras destacan también las novelas La hora violeta, Lo que a nadie le importa y La mirada de los peces, y ensayos como Lugares fuera de sitio, Contra la España vacía y Un tal González. Pero, además de su actividad literaria, Del Molino colabora habitualmente en medios como El País (como columnista) y en programas de radio como La Cultureta, de Onda Cero.

Recientemente fue galardonado con el Premio Alfaguara de Novela 2024 por su obra Los alemanes, un reconocimiento destacado que pone de relieve su relevancia en el panorama literario hispano.

Este viernes se encuentra con sus lectores de Caravaca.

Tengo la suerte de tener muchos encuentros con lectores por toda la geografía española, incluso fuera de ella, y la verdad es que son muy gratificantes. Es muy bonito tener la oportunidad de charlar con quienes te han leído y descubrir qué es lo que les inquieta y preocupa, así como lo que les gusta y disgusta de mis libros.

"Vivimos tiempos de exaltación de lo autoritario, y mucha gente cree que ese es el camino para solucionar los problemas de la democracia"

Y más en un mundo en el que reinan las redes sociales, que aunque posibilitan esa comunicación, quizás lo hacen de una manera más fría.

Yo creo que ahora mismo tenemos la suerte de tener muchas posibilidades de poder montar este tipo de encuentros. También para discutir y para conocernos están las ferias, y sí, las redes sociales, aunque yo cada vez las uso menos (pese a haber sido muy activo). Creo que hay muchos canales para poder conocer al lector en persona y tener la oportunidad de conversar con él.

En este encuentro abordará algunos de los grandes temas que atraviesan su obra y el pensamiento actual, entre ellos la España vacía y la transformación del territorio.

Nunca me gusta tener un guion predeterminado para que vayan saliendo temas de manera más aleatoria, aunque La España vacía es uno de mis libros más importantes; además, trata un asunto que da para mucha discusión en todas partes y que siempre esta muy vivo. Bueno, quizás un poco menos últimamente, porque la actualidad lo ha relegado a otros espacios más secundarios. Sin embargo, sigue siendo una cuestión de enorme discusión en todos los foros, más allá de los titulares que puedan ser más o menos obvios. Y es que en estos debates literarios hay muchos más debates de fondo, que tienen que ver con la constitución de la identidad, con la relación que tenemos con el paisaje, el pasado, el territorio o el país. Siempre aprendo algo y me llevo algo de todos estos debates.

¿Por qué se han relegado a un segundo plano? Me refiero a este y a otros temas a los que ha prestado especial atención durante su carrera.

Se han tratado en el primer plano mucho tiempo, pero el problema es que están pasando cosas muy gordas en el mundo y las cosas que ocurren en España han pasado a un segundo plano o incluso a un tercero. Pero es que están ocurriendo cosas brutales; estamos viviendo un momento de cambio casi civilizatorio. De todas formas, aunque no estén en el primer plano de la discusión política siguen siendo cuestiones muy importantes para la gente. Cuando hablas en foros como el de Caravaca enseguida te das cuenta de que siguen siendo prioritarios para una parte importante de la población.

«En los debates sobre La España vacía siempre aprendo algo; no solo se habla del territorio, sino de quiénes somos, de nuestra relación con el paisaje, el pasado y el país.»

Vivimos tiempos muy complejos en los que antiguos valores han caído en el desprestigio; valores como la propia democracia.

Lo primero que hay que aclarar es que la democracia liberal es un sistema mucho más amplio que el Parlamento y que las instituciones formales y constitucionales; tiene que ver con la sociedad civil y la implicación de la gente en la conversación pública, así como con la pluralidad y la diversidad de opiniones, que es su principal característica y lo más importante de este sistema, el principal patrimonio que una democracia tendría que conservar. Pero sí, vivimos tiempo de exaltación de lo autoritario y mucha gente cree que ese es el camino para solucionar los problemas que la democracia tiene, que de hecho los tiene. Un sistema no quiere decir que por democrático sea perfecto, que no albergue corrupción, que no haya problemas de representatividad, de igualdad o que no haya injusticias, como efectivamente las hay. Pero, en lugar de más democracia, se plantea como remedio una autocracia. Hay mucha gente que por hastío o desprestigio de la democracia se está dejando seducir por unas opciones verdaderamente tenebrosas y que nos van a llevar a sitios terribles si no le ponemos remedio. Creo que lo fundamental ahora mismo es poner énfasis en que necesitamos más democracia, más pluralidad y que la discusión sea lo más abierta y lo más compleja posible.

Situación compleja que ya está afectando a otros países.

Sí, como Hungría y otros países del este de Europa. Lo estamos viendo también en Rusia, aunque lo cierto es que allí nunca han tenido una democracia... O en Estados Unidos. Pero algunos países del grupo occidental -los nórdicos e incluso Francia- están sufriendo también este tipo de tendencias. Es un fenómeno mundial que está llegando a España porque vivimos en un mundo hiperconectado y no podemos pensar que estamos aislados de las corrientes y de lo que ocurre en el resto del mundo. Nos contagiamos al vivir en una cultura global, y eso funciona para bien y, por desgracia, también para mal.

Volvamos a la literatura. El año pasado ganó el Premio Alfaguara con Los alemanes. ¿Cómo ha vivido este reconocimiento? ¿Qué ha supuesto para su carrera?

Pues, si te soy sincero, me ha traído mucho cansancio. Porque es un premio que te obliga a girar por catorce países en un año; de hecho, esta historia todavía colea y sigo yendo de vez en cuando a algunos sitios como ganador del Alfaguara. Así que estoy cansado, pero es precioso, porque lo bonito de este premio es que te amplía horizontes y llegas a Latinoamérica; es un premio que tiene mucha presencia allí, donde no es tan fácil llegar, a pesar de que hablemos y leamos en el mismo idioma y defendamos que somos una misma literatura. En realidad, en cada país se leen cosas distintas y es muy complicado que los escritores que triunfan en un país tengan necesariamente presencia en otro.

¿Y qué será lo próximo? ¿Tiene algún próximo trabajo entre manos?

Pues he terminado un libro que saldrá en el mes de marzo, pero de momento no puedo adelantar nada porque lo tiene que anunciar primero la editorial.

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