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Entrevista | Alen Ayerdi y Piñas Líderes de Ciclonautas y Malaputa

"Si podemos pegarnos el lujo de hacer esta gira es gracias a Marea"

El batería y el bajista de Marea regresan mañana a Murcia, pero lo hacen con sus otras bandas. Acompañados también, entre otros, por Kolibrí Díaz –ahora, también, en las guitarras de Malaputa– presentarán ‘Ecdisis’ y ‘De raíz’, respectivamente

Alen Ayerdi y Piñas: batería y bajista de Marea y líderes, respectivamente, de Ciclonautas y Malaputa.

Alen Ayerdi y Piñas: batería y bajista de Marea y líderes, respectivamente, de Ciclonautas y Malaputa. / L. O.

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Marea es tan grande –«la mejor banda de rock urbano de todos los tiempos», asegura su baterista– que ha dado lugar a todo un universo satelital. Y aunque ahora la banda de Berriozar se encuentra sumida en un meritorio descanso después de la gira de Los potros del tiempo (2022) –que pasó por Murcia y reventó La Fica–, mañana aterrizarán sobre el escenario de Garaje Beat Club dos grupos salidos de la madre: Ciclonautas y Malaputa.

El primero está comandado desde hace ya más de una década por Alen Ayerdi, capitán de El Dromedario Records y quien porta las baquetas en Marea; mientras, Malaputa es la banda de Eduardo Beaumont, ‘Piñas’, carismático bajista –y segunda voz– del quinteto navarro. Además, a estos últimos se ha unido en su regreso –tras más diez años de silencio– Kolibrí Díaz, guitarrista principal de los de Kutxi Romero. Vamos, que este viernes solo faltarán en la capital del Segura el querido vocalista y César Ramallo, que también toca las seis cuerdas en la nave nodriza.

Para conocer mejor ambos proyectos, hablamos con los propios Alen y Piñas, que llegan además con nuevo disco debajo del brazo. El baterista presentará Ecdisis (2025) junto al bajista Javier Pintor, ‘Txo’, y el cantante y guitarrista argentino Mai Medina, sus compañeros de batalla en Ciclonautas desde la formación del grupo en 2011. Por su parte, Piñas y los suyos –además de Kolibrí, le acompaña en los tambores Euken Ubasos– traen hasta la capital del Segura las canciones de De raíz (2025); ambos álbumes que seguro harán las delicias del numeroso ejército de fans de Marea.

Así da gusto girar, ¿no? En familia. Porque si los Marea son familia, supongo que Ciclonautas y Malaputa... también.

Eduardo Beaumont, ‘Piñas’: La verdad que sí. Ir con mis hermanos Kolibrí y Alen y con Mai, Txo y el Euken, que también son familia, pues imagínate... Lo estamos pasando muy bien, estamos disfrutando a tope.

Alen Ayerdi: Esa era un poco la idea, sí. Quizás estilísticamente no cuadramos tanto -aunque nos ha sorprendido que tenemos muchísimo público común-, pero priorizamos el buen rollo y, como dices, el que somos familia. Todos los que nos embarcamos en esta gira sabíamos de antemano que íbamos a ir siempre a una y que nos íbamos a cuidar los unos a los otros.

¿Hay muchas diferencias entre echarse a la carretera con Ciclonautas o Malaputa y hacerlo con Marea? Por lo pronto, esta es una gira maratoniana –cuando se juntan con Kutxi y César son mucho más selectivos– y, supongo, también viajan con un presupuesto más ajustado.

A. A.: Hombre, no tiene nada que ver. Con Marea, para empezar, ya no podemos hacer salas; al menos, en España: se quedaría muchísima gente fuera y habría problemas de todo tipo. Y nos encantan las salas, ¿eh? Pero cuando queremos hacer algo así nos tenemos que ir por Europa o a América. O, en mi caso, tengo a Ciclonautas, que es un proyecto minoritario y se presta a bolos más pequeños. Y la verdad es que mola muchísimo tener a la gente cerca...

E. B.: El calor de la gente... es la hostia. Son cosas distintas: con Marea tienes unos recintos y unos montajes impresionantes y con Malaputa, las salas. Y es una suerte poder vivir ambas cosas. Es cierto que en cuanto a infraestructura y medios es muy diferente, pero el ambiente es muy parecido. Al final, nos gusta lo que hacemos y nos lo pasamos bien.

Igual Alen –Ciclonautas, en general– tenían este tipo de experiencias más frescas, pero Malaputa llevaban unos cuantos años en standby... ¿Cómo se sienten? ¿Prefieren los grandes recintos o la intensidad del rock en salas llega de manera más directa?

E. B.: Sí, eso es verdad. Pues..., no sé, estamos cómodos en cualquiera de los dos escenarios, pero es cierto que llevábamos algún tiempo sin tocar en salas y... es un lujo. Es un lujo porque, uff, sales más rabioso, todo es más intenso.

A. A.: Yo no sabría comparar. Las salas tienen esa cercanía y comunión con el público, un contacto mucho más directo con la gente, pero los grandes recintos tienen la magia de la magnitud, de lo que se produce cuando hay tantísima gente conectada, en sintonía. Yo creo que la cuestión es saber adaptarse y disfrutar de cada bolo, del regalo que es tocar en directo, sea en el formato que sea.

¿Por qué ha resucitado a Malaputa, Piñas? ¿O simplemente hasta ahora no había encontrado el momento, entre la pandemia, Marea y demás?

E. B.: Pues..., a ver. Cuando sacamos el primer disco [Subió el telón, 2014] nos pegamos una gira guapa: hicimos por garitos por toda España y lo cierto es que fue muy intensa. Y, al terminar..., pues bueno, hubo distintos puntos de vista; o, más bien, Óscar [Sánchez, guitarra] quería hacer las cosas de otra manera. Así que la cosa no cuajó y, sin más, de puta madre: quedamos muy bien, pero ahí se acabó la historia. Sobre todo porque yo solo entiendo el rock and roll desde la perspectiva de una banda, que es lo que he vivido siempre en Marea (porque no he estado en ningún otro proyecto). Quiero decir: lo que no quería era meter a un desconocido en la furgoneta. Así que lo dejé pasar hasta que apareciera alguien. Y, nada, al final el Kolibrí, en uno de los parones de Marea, se me acercó un día y me dijo que le flipaba Malaputa, que no le gustaba ver el proyecto parado y que, si nos parecía bien, se metía él.

Un fichaje de lujo.

E. B.: Un puto lujo. Porque... ¿quién mejor que él? Quién mejor que un colega que te conoce, al que conoces y que además toca como un animal. Además, al Kolibrí le gustan los retos, y el formato trío lo es. No para de enredar con la guitarra y de estrujarse el cráneo y los dedos por Malaputa, y creo que puedo decir por él que se lo está gozando como un enano.

Y es el productor de De raíz.

E. B.: Mira, yo hacía dos meses que ya veía el disco terminado y él me decía: «Espera, espera, que me falta meterle una cosilla aquí, una historia por allí...». Pero mira cómo lo ha dejado, mira el pepino de disco que se ha currado. Ha sacado un sonidazo que alucinas. Me ha puesto pedales a mí, ¡con 50 años! En fin, lo que te decía: un puto lujo. No podía aparecer una persona mejor.

Pero aquí el que corta el bacalao es el Piñas. Y, por supuesto, De raíz es un disco que sigue apostando por un rock directo, contundente; lo que se puede esperar de usted, vamos. ¿Qué te permite este proyecto con respecto a Marea?

E. B.: Pues sí. Pero no es una cosa premeditada; simplemente yo soy muy así, directo, nervioso... ¿Y qué me permite Malaputa? Pues, por lo pronto, escribir, ya que la primera vez que puse letra a un tema fue para el primer disco; y la segunda, para este. No es algo a lo que esté acostumbrado, la verdad. Pero bueno, busco y rebusco hasta que encuentro las palabras con las que quiero expresar algo. Y la verdad es que es la hostia cantar algo tuyo; sobre todo porque sufro mucho en el proceso: igual le doy forma a algo una noche y a la mañana siguiente lo leo y me muero de vergüenza. Pero luego llega el momento de cantarlo y... es diferente, lo escupes como un animal.

Alen, ustedes están presentando Ecdisis, su nuevo disco, en el que le dan una vuelta de tuerca a su sonido: sin renunciar a su esencia, esta vez Ciclonautas suenan más pesados. ¿Querían probar cosas nuevas después de celebrar el aniversario o es producto de la evolución natural del grupo?

A. A.: Es producto de la evolución natural del grupo, como dices. Tenemos claro hacia dónde queremos ir evolucionando, sobre todo desde que Mariano tomó las riendas en Camping del Hastío (2022). Además, ha sabido transmitirnos muy bien lo que tenía en la cabeza tanto a Txo y a mí como a los productores con los que hemos trabajado, Iñaki Llarena y Adrián Vallejo.

¿Qué supone para usted Ciclonautas? ¿Es una forma de escapar de vez en cuando del gigante que es ya Marea y de la dinámica de El Dromedario –que supongo que también tiene lo suyo– o es una vía por la que dar rienda suelta a otras inquietudes artísticas, a cosas que quizá no caben en la banda matriz?

A. A.: Sí, desde luego que es una manera de dar proyección a otras inquietudes que tengo dentro del rock. Marea es Marea y es la mejor banda de rock urbano de todos los tiempos, y me siento muy feliz de todo lo que hemos conseguido juntos. Pero, al final, eso es algo que ya he hecho, ¿sabes?, y tengo un montón de cosas más a las que puedo dar forma con Ciclonautas.

Una última cosa: sé que para ambos Marea es sagrado, pero... ¿les molesta que siempre ‘aparezca’ cuando están con Malaputa y Ciclonautas? ¿Cómo llevan eso? Debo decir que es muy complicado hacer como que no son quienes son...

E. B.: No, hombre, no, para nada. ¿Cómo me va a molestar? ¿Cómo nos va a molestar que se hable de Marea? Además, es normal: es como si estás hablando de papá y sale mamá. Y claro que es sagrado: es sagrado porque es familia.

A. A.: Para mí no es ningún problema. Yo soy Marea y lo voy a ser toda la vida. Además, gracias a Marea existe todo lo demás. Quiero decir: si yo puedo pegarme el lujo de girar con Ciclonautas –pese a que, como dices, tiene ya entidad propia– es gracias a Marea. Bueno, eso y todo lo demás, hasta trabajar con Robe y con Extremoduro con El Dromedario; de ese universo ha salido todo lo demás. Así que no puedo hacer más que dar gracias de que un día Kutxi me llamara para tocar en el grupo.

EL CONCIERTO

Ciclonautas + Malaputa

Fecha: Mañana, 21.00 horas.

Lugar: Garaje Beat Club, Murcia.

Precio: 25/30 euros.

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