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Entrevista | Las Culpass: Martaé Martínez y Alexandra Cánovas Diseñadoras

"Lo punk no es el público al que va dirigido nuestro mensaje, sino las formas"

Las murcianas celebran el próximo sábado en el Párraga los quince años de su firma, que se ha convertido en referencia gracias a sus pistoleras. Presentarán su nueva colección en una gala en la que habrá performance, música y mucha ironía

Alexandra Cánovas y Martaé Martínez, responsables de la firma murciana Las CulpaSS.

Alexandra Cánovas y Martaé Martínez, responsables de la firma murciana Las CulpaSS. / La Opinión

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Lo de Las CulpaSS es un ejercicio de resistencia. Porque, pese a ser una referencia en lo suyo –sus pistoleras son un fenómeno que excede con mucho nuestras fronteras regionales–, Martaé Martínez y Alexandra Cánovas, las responsables de la firma, saben que nadan a contracorriente. Y llevan haciéndolo quince años, anteponiendo sus principios a las exigencias del sistema. Quizá hacer las cosas de otra manera les facilitaría el mal trago que les supone como autónomas la trimestral, pero seguramente el trabajo no sería tan satisfactorio (en lo personal) ni divertido. Porque aunque sigan tirando de regla y cúter para aprovechar al máximo los retales, no pierden el humor, el sarcasmo (ni la mala baba) que sintetizan sus colecciones.

La próxima, por cierto, la presentan el día 11 en el Centro Párraga, en un evento al estilo de las grandes ceremonias institucionales –se llamará Culpable, ¡qué hermosa eres!– que servirá, además, para celebrar estos quince años y que reunirá a artistas, diseñadoras, amigas y colaboradoras que han acompañado a la marca en este recorrido de más de una década. Habrá música, performance y lo dicho: una nueva colección de complementos con la firma de Las CulpaSS que es, dicen sus autoras, "un viaje por nuestra propia historia, pero también un guiño a todo lo que está por venir".

Quince años ya de Las CulpaSS. ¿Cómo se sienten, en qué punto está su relación con el proyecto ahora mismo? Que cualquiera que haya tenido entre manos un ‘juguete’ así, tan longevo, sabrá que en tanto tiempo da para pasar el amor al odio...

Martaé Martínez: Pues lo has descrito muy bien, porque quince años dan para mucho, incluso para sentimientos encontrados. Porque te levantas supercontenta de ir a trabajar a tu propio taller, el que montaste con una amiga hace ya un montón de años y que sobrevive gracias al amor de la gente –y a que somos unas máquinas en lo que hacemos, claro–, pero muchas veces te acuestas pensando en que no vale la pena tanto esfuerzo para tan poca recompensa (económica). En cualquier caso, cuando hago balance de estos años y pienso en todo lo que hemos hecho, en lo bien que lo hemos pasado y en las risas que nos hemos echado, todavía siento que son más las alegrías que las penas. Así que mis sentimientos hacia Las Culpass siguen siendo, sobre todo, de mucho amor y mucho orgullo.

Tengo entendido que empezaron con esto casi como un juego, sin demasiadas pretensiones. Pero la cosa fue yendo a más y... aquí están. ¿Cómo ha sido el camino? Imagino que habrá habido rosas, pero también espinas.

M. M.: Lo cierto es que seguimos encontrándonos un montón de piedras por el camino. Al principio fue una maravilla ver cómo nuestras ideas y nuestras ganas de hacer cosas eran alimentadas por un montón de gente a nuestro alrededor, pero también por algunos a los que ni siquiera conocíamos. Pero, por desgracia, resulta que elegimos un camino muy lento y complicado. Porque lo de emprender mola cuando piensas que no tienes un jefe o una jefa ante quien responder y que puedes organizar tu tiempo y tu trabajo como quieras; lo que pasa es que cuando lo haces trabajando desde lo local, artesanalmente, pensando más en tus valores que en el capitalismo, los números no salen. Y cada tres meses, cuando toca cerrar un trimestre y volver a quedarse a cero –o peor, a endeudarse con hacienda porque no te da para pagar los impuestos– es inevitable plantearse por qué anda una metida en esto en vez de haberse puesto a currar con una nómina, días de asuntos propios, trienios, baja laboral y cotización de paro. De hecho, hace poco me encontré una nómina antigua y me dejó en shock ver que ganaba más con 21 años trabajando como dependienta en una cadena de ropa que a día de hoy con casi 38, y a Alexandra le pasa lo mismo. Creemos que el sistema maltrata muchísimo a las autónomas como nosotras.

Aun así, el crecimiento de Las CulpaSS es evidente. ¿Cómo ha cambiado el trabajo diario desde aquellos primeros años –en los que todo era casi que artesanal– hasta ahora?

M. M.: En realidad, el día a día sigue siendo bastante artesanal en muchos sentidos, porque el tú a tú con los y las clientas que hay que afrontar a diario a través de las redes o el correo debería considerarse artesanía del marketing. Y luego está el hecho de que, aunque nuestras producciones sean mayores, las correas de las pistoleras se siguen cortando una a una y, en el caso de las de cuero, con regla y cúter, literalmente. Y lo mismo pasa con todos los artículos de piel que fabricamos y que cada día son más en nuestro catálogo. Además, intentamos aprovechar al máximo los retales, que además siempre tienen formas y tamaños totalmente diferentes, con lo que hay que romperse los cuernos para poder sacar de cada plancha el máximo de piezas posibles. Al menos, luego estas riñoneras –que, por ejemplo, rondan los 45 euros de venta, IVA incluido– le duran a nuestros clientes muchos años, por lo que no se ven obligados a comprar una y otra vez. Como decíamos, trabajando bajo ciertos criterios de sostenibilidad y artesanía, no nos salen los números, pero sí las cuentas con nuestra conciencia.

¿Y el discurso, ha variado en algo en estos años? ¿El espíritu punk, riot y DIY sigue inalterable, como cuando tenían veintipocos, o ha evolucionado (o se ha adaptado) de algún modo?

M. M.: El espíritu está ahí todo el rato porque es lo que nos motiva cada día a hacer lo que nos da la gana, con los recursos que tenemos y como podemos, que básicamente es lo que hemos querido hacer siempre. Pero también ha evolucionado igual que hemos evolucionado nosotras, porque cerca de los treinta y largos no eres la misma persona que con veintipocos, ¡y menos mal! Nuestros objetivos y prioridades han ido evolucionando también, pero siempre fieles al discurso original. Porque somos muy conscientes de lo importantes que son los valores que nos definen como personas y por eso Las CulpaSS están donde están.

Cuando empezaron, eran una firma que, aunque ambiciosa, parecía ir muy dirigida a la comunidad punk. ¿Hoy para quién hacen ropa (y complementos)?

M. M.: Creo que en realidad nosotras nos dirigíamos al mundo entero. Se trataba de eso, de colarnos en festivales, concursos o revistas de moda con nuestro discurso totalmente antiheteronormativo para decirle a la gente —a todos— que como mujeres y como diseñadoras no nos sentíamos identificadas con ese mundo. Lo punk no es el público al que va dirigido nuestro mensaje, sino las formas y el lenguaje explícito o sarcástico que queríamos usar; era escupir en la cara al establishment de la moda que nos asfixia y no nos representa, y sacudir el cerebro de quien leía ‘V de Vagina’ en una camiseta. Y creo que seguimos utilizando un lenguaje similar, aunque haya evolucionado estéticamente. Y, como antes, nos dirigimos a todo el mundo que nos quiera aceptar en su vida y en su armario. Porque, además, resulta que hacemos complementos que son la leche.

Me puedo imaginar lo que me van a decir —o la respuesta rápida, al menos—, pero, como en el colegio, lo interesante es que ‘justifiquéis la respuesta’. ¿Es la moda un terreno exclusivo para clases privilegiadas?

Alexandra Cánovas: Obviamente no. De hecho, las grandes marcas beben de los diseñadores emergentes y los pequeños proyectos. No existe el mainstream sin el underground, igual que no hay alta cultura sin baja cultura. Los grandes tiburones tienen los recursos, y las pequeñas sardinillas tenemos el talento. No es un juego justo, pero con esas reglas nos toca jugar.

Desde el momento de la fundación de Las CulpaSS, se han identificado como una firma combativa, comprometida socialmente y, sobre todo, feminista. ¿Cómo puede la ropa contribuir con según qué causas, como puede ser la igualdad de derechos entre hombres y mujeres?

A. C.: Pues es más sencillo de lo que la gente pueda creer. Se trata de llevar tus valores a cada rincón de tu empresa, ya sea en la elección de los proveedores y profesionales con los que trabajas y generas sinergias o con el lenguaje y la comunicación que usas, tanto en atención al cliente como en redes sociales o en las propias etiquetas de los artículos. Por supuesto, además, también es importante usar tu pequeño altavoz para decir y reivindicar lo que crees justo. En nuestro caso, no solo lo hacemos a través de las imágenes de campaña y lo que con ellas transmitimos, sino también aprovechando entrevistas como esta.

Corríjanme si me equivoco, pero tengo la sensación de que las pistoleras marcaron un antes y un después. ¿Sigue siendo el complemento estrella de Las CulpaSS?

A. C.: Por supuesto. Son cómodas, versátiles y para todos los públicos. A día de hoy nos sigue sorprendiendo la variedad de clientela con la que contamos, y nos encanta saber que mucha gente, viajando por el mundo, ve nuestras pistoleras y se siente cómplice entre ‘culpables’.

Estoy seguro de que no faltarán en su nueva colección, la que presentan en el Párraga en unos días y que, según dicen, es un repaso de su historia y un guiño al futuro, a lo que está por venir. Contadme.

A. C.: La base siguen siendo complementos hechos en Murcia con rabia y cariño. Hace años que dejamos de sacar colecciones de ropa; en pandemia, concretamente. Después de aquello, decidimos centrarnos en las pistoleras, riñoneras, carteras… Sinceramente, fue una muy buena decisión, ya que abarcar tantos productos nos resultaba muy difícil. Y aunque actualmente tenemos unos cien modelos disponibles, son piezas unificadas en tallas y patrón, lo que nos facilita la vida en el taller. Con todo esto, lo que sí decimos es que nuestro público esté atento porque el día 11 podrá verse el lanzamiento en nuestra web y no va a dejar a nadie indiferente.

Por cierto, han preparado para la ocasión una gran gala en la que habrá mogollón de invitados, performance, música en directo y... altas dosis de sarcasmo, porque la habéis titulado ‘Culpable, ¡qué hermosa eres!’. ¿Qué nos podéis adelantar?

A. C.: Es una gala en la que queremos premiar y reconocer el trabajo de grandes artistas murcianas y muy culpables, a las que queremos rendir un homenaje. Será un evento que toma como referencia el lenguaje de las grandes ceremonias institucionales para reescribirlo desde la creatividad, el sentido del humor y la memoria compartida.

¿Y de ese futuro al que hacéis un guiño en vuestra nueva colección? ¿Qué ven en el horizonte Alexandra y Martaé?

M. M. y A. C.: Que seguiremos cosiendo en nuestro taller de Ronda de Garay si un fondo buitre no acaba comprando el edificio y nos suben el alquiler por diez.

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