Entrevista
Arde Bogotá: "Nuestro principal miedo ahora mismo es perder la fantasía que vivimos"
El cuarteto cartagenero afronta esta semana dos conciertos «superespeciales»: en casa, con todo agotado y como cabezas de cartel de un festival con bandas de la ciudad que, en realidad, gira en torno a ellos (como no podía ser de otra manera). Y están emocionados: por fin podrán ofrecer ante sus vecinos el ‘show’ que estrenaron el año pasado en el Palacio de los Deportes de Murcia; incluso mejorado.

Los cartageneros Arde Bogotá / L. O.
El concierto en la Ría de Bilbao, con el que el BBK celebró su décimo aniversario, fue apoteósico (¿qué no lo es estos días para Arde Bogotá?), y aún tienen que pasar por el Mad Cool. Todo es antológico para la banda cartagenera. Lo de este disco es algo prodigioso. Dos nominaciones a los Grammy, un Ondas al fenómeno musical del año, dos premios Odeón y los seis galardones de la primera edición de los premios de la Academía de la Música. Arrasando absolutamente. Entre marzo y abril han estado girando por Latinoamérica y, por primera vez, han cruzado a Estados Unidos, presentando las canciones de Cowboys de la A3 (2023) que este mayo cumplía dos años. Cerca de un millón de asistentes ha tenido la gira desde su inicio. Este mes de julio volverán a echarse a la carretera, y han tenido que ampliar aforo en varias ciudades.
La gira española arranca este fin de semana en Cartagena, con dos conciertos los días 4 y 5 de julio en la Cuesta del Batel -debido a la alta demanda y a que las entradas se agotaron rápidamente, se añadió una segunda fecha-, dentro del festival Cartagena Suena, que acogerá también las actuaciones de Adiós Noviembre, Luvra, Los Recortables y Julia Cry, cuatro proyectos que representan el presente y el futuro del talento musical local y regional, además de Hoonine y Las Dianas. Arde Bogotá es hoy el grupo de rock más exitoso de España, y casi con toda seguridad el grupo español que ha alcanzado el mayor éxito de la historia («pero sabemos lo que es una sala vacía, que no te salgan las cuentas, pasar momentos difíciles....»). Los vientos les siguen siendo propicios. Hablamos con Antonio García, cantante de la banda, quien nos confirma que están aprovechando los huecos de la gira para meterse al estudio a grabar su tercer álbum.
Volvéis a casa para tocar en Cartagena Suena. ¿Qué se siente? ¿Hay algo especial en este festival que os habéis montado?
No es que haya algo especial, es que es superespecial. Es una oportunidad maravillosa de cerrar el capítulo de todo lo que ha ocurrido con nuestra banda desde que tocamos por primera vez en el puerto de Cartagena y no nos conocía nadie (ni siquiera teníamos el nombre que tenemos ahora), hasta el día de hoy, y decir: «Vamos a celebrarlo con los vecinos, con la gente de aquí que nos quiere, que cuando van por el mundo dicen ‘de Cartagena hay una banda...’». Pues tenemos la oportunidad de montar una fiesta para todos nosotros y para todos ellos. Creo que eso es superespecial. Además, con el equipo de Raw y toda la gente que ha organizado el evento, se está convirtiendo en algo un poquito más grande, un espacio también para otros artistas, para la diversión, la música, el disfrute... Todo eso junto las convierte en dos noches que recordaremos siempre.
¿Cómo van los preparativos de esta nueva gira que empieza ya? ¿Tenéis ganas de compartir cartel con algunas de las estrellas del Mad Cool (Iggy Pop, Muse...)?
Van bien. Si te soy sincero, es cierto que hemos hecho a la vez la preparación de la gira y la composición de lo que espero sea nuestro próximo trabajo, y esas dos cosas a la vez conviven regular... Porque de repente igual estás con ganas de ir a componer y tienes que empezar por hablar de si esto es verde o azul o de si va a venir no sé quién o no sé cuántos, pero agradecidos porque tenemos cada vez un equipo más grande de personas que hacen el trabajo más fácil, y eso hace que podamos centrarnos en lo que creo que es lo único en lo que somos ligeramente indispensables, que es en tocar nuestros instrumentos.
De espectadores a protagonistas. ¿Sentís que todo ha sido tan fulgurante que os habéis perdido alguna etapa por el camino?
Es una cosa que hemos reflexionado bastante, y tenemos la impresión de no habernos perdido ninguna etapa del camino, pero sí de haber pasado por algunas muy deprisa. Los cuatro tenemos la impresión de haber subido la escalera que comúnmente sube una banda como nosotros -desde el absoluto anonimato a la profesionalización- de una forma lógica, precisamente porque hemos pasado por todas las etapas por las que suele subir o pasar una banda. Pero por algunos sitios hemos pasado muy deprisa. Aún así, sabemos lo que es una sala vacía, que no te salgan las cuentas, pasar momentos difíciles... Pero sí, la mayoría han sido muy buenos gracias al apoyo del público.

El cuarteto cartagenero Arde Bogotá, en el Palacio de los Deportes de Murcia. / Israel Sánchez
Esta primavera habéis girado por Latinoamérica y Estados Unidos. ¿Cómo lo habéis vivido? Leí tu diario de gira... ¿Se goza y se sufre?
Lo hemos disfrutado, y además hicimos la reflexión los cuatro al final de: «¿Queremos volver a hacer esto?», y estamos de acuerdo en que sí, pero cambiando algunas cosas, como «si de vez en cuando no compartimos habitación, también está bien». Pero lo hemos disfrutado mucho, y hemos aprendido muchísimo, y hemos conocido muchas cosas de la música, de la cultura y del arte, pero también de la vida en general. Yo, personalmente, deseando volver vivir una cosa así y volver a hacer un diario sobre ello.
Supongo que a nivel físico debe ser agotador el ritmo que lleváis. Con estas vacaciones, ¿habéis conseguido recuperar vuestro tiempo, vuestras vidas? ¿Lo echabais de menos?
No sé si diría que hemos tenido vacaciones, porque hemos estado envueltos en otros muchos proyectos, pero es cierto que este año hemos tocado menos, y eso te permite tener una vida más ordenada en el sentido de que se parece más a la de la gente que te rodea. Antes me pasaba mucho a nivel personal que no podía compartir tiempo con mis amigos porque cuando ellos tenían tiempo libre yo me iba a tocar, pero afortunadamente este año hemos recuperado una rutina como más común, y creo que lo que ha ocurrido es que todos echamos de menos la rutina alocada de los años anteriores, así que no tardaremos en volver a provocarla.
Han pasado ya dos años desde el lanzamiento de Cowboys de la A3. ¿Qué balance hacéis del impacto del disco? ¿Ha superado vuestras expectativas? ¿En qué crees se sustenta el crecimiento exponencial de Arde Bogotá?
Desde luego, ‘Cowboys’ ha tenido una repercusión y una vida muy por encima de lo que nadie pensó que tendría este disco. Me gusta pensar que lo que ha ocurrido es lo mismo que fundamenta cualquier cosa que haya pasado con la banda: ese disco, o el repertorio del grupo, tiene canciones que son importantes para alguien que paga una entrada, que gasta su dinero en venir a vernos, que gasta su tiempo en viajar para escuchar nuestra música, que cuando va por ahí habla de nosotros, que cuando va a un bar le pide al DJ que ponga una canción nuestra, y de repente todo eso es lo que explica lo que ha ocurrido con nuestro proyecto; genera que cualquier cosa que habíamos pensado ocurra pero multiplicada por 750.
¿Qué es lo más importante que aprendisteis, también a nivel personal, durante el proceso creativo y la gira de Cowboys de la A3? ¿Cuál es vuestra mayor preocupación como banda, como una que ha experimentado un ascenso tan rápido?
Lo más importante que aprendimos haciendo este disco era ser la banda que queríamos ser. A nivel creativo nos enseñó a no pensar en cómo el disco o la canción se va a entender, o qué va a pensar nadie sobre esa canción, si se parece a una canción de una banda que nos gusta, etc. No. Simplemente aprendimos a decir: «¿Qué queremos decir, cómo es la banda que nosotros soñaríamos ser? Vamos a jugar a ser esos músicos», y de ahí salió ese disco. El principal miedo que tenemos actualmente es a perder la fantasía que vivimos; el miedo a que esto tan bonito que nos pasa, estas cosas tan chulas que vivimos -de viajar, dar conciertos, hacer canciones-, de repente desaparezcan. Es un miedo común para cualquiera que tenga la fortuna de vivir algo que valore, que considere preciado, y que creo que no nos coarta para seguir intentando ser la banda que soñábamos sin preguntarnos qué o qué no le va a gustar a alguien. Pero es un miedo que nos rodea, sí.
¿Hubo algún momento memorable o inesperado en la gira de Cowboys de la A3?
La verdad es que ya en mi cabeza se borra qué ha sido gira y qué no, y qué era La Noche... Ya tengo todo como un batiburrillo. Me vienen a la cabeza anécdotas de muchos momentos distintos. Cuando conocimos a Kase.O, infinidad de viajes en la furgoneta, el día que se rompió el aire acondicionado llegando al centro de Cintruénigo... Tengo un montón de vivencias, de momentos muy distintos, y casi todos tienen que ver con la diversión, con hacer el ganso por ahí, con sentirnos muy libres y muy vivos. Creo que eso es lo que seguimos viviendo. Hace nada que Pepe y yo salvamos a un gorrión del parking de mi casa; él se puso a tocarle el bajo para ver si así lograba salvarle la vida. Me parece una anécdota muy curiosa. He decidido en este momento compartir contigo, Ángel, que Pepe consideraba que tocando el bajo podría salvar la vida de un gorrión moribundo en una caja de zapatos, y creo que es una historia que resume bastante bien cómo es vivir en esta banda.
Los grupos que triunfan como vosotros seguramente tienden a plantearse entre insistir en lo que les funciona o arriesgarse con algo nuevo que puede descolocar al público. ¿Algún temor al folio en blanco? ¿Cómo lleváis el tercer álbum? ¿Hacia dónde apunta lo nuevo? ¿Flores de venganza marca el camino?
Hemos hablado mucho de esa dicotomía entre insistir en algo que ya se ha hecho o buscar algo que se aleje mucho, y a los cuatro nos gustan más los artistas que van por el segundo camino, que de repente van hacia un sitio nuevo y hacen cosas que uno no esperaba y que sorprenden al público; lo cual no quiere decir que tengamos la capacidad de serlo, por otro lado. Pero tenemos el deseo de ser ese tipo de artista, de dar algo que sorprenda al público y le siga emocionando. De momento, estamos muy contentos porque hemos tenido mucho tiempo para trabajar en canciones nuevas y tenemos muchas que nos gustan mucho y nos emocionan, y estamos trabajando para intentar convertirlas en eso, en algo que sea original. Creo que la palabra que sobrevuela el local de ensayo de Arde Bogotá es que ‘mole’, que sea original.
¿Mantenéis la costosa escenografía que estrenasteis en el Palacio de Deportes Murcia? ¿Habéis reajustado el repertorio? ¿Vais a soltar algún nuevo tema?
La idea para estos conciertos de este verano era tratar de llevar lo que hicimos a más público, llevar aquel show que montamos para el Palacio y para el WiZink Center de Madrid y el Sant Jordi Club de Barcelona a más lugares, a más público, hacerlo un poco más grande, más especial, y en eso estamos, en convertirlo en algo más emocionante, y creo que sí, que lo vamos a conseguir. Sigue siendo una celebración de lo que ha sido el repertorio de la banda hasta ahora, los dos discos, el EP, Flores de venganza, La Torre Picasso... Una culminación de todo ese viaje desde la oscuridad a la luz que hemos estado contando en nuestras canciones, pero retocado, ¡para que brille más!
Más allá de la música, ¿hay otras facetas creativas o intereses personales que hayáis estado explorando últimamente?
No sabría decirte, Ángel. Sé que Pepe se ha enfocado muchísimo en el deporte; Jota también, concretamente en el boxeo. Dani sé que ha estado trabajando su faceta como artesano, como electricista, incluso como fontanero, y yo sigo con mis cositas. No he aprendido a cocinar todavía, pero estoy bien, creo que estoy bastante sano. De momento nos mantenemos unidos y con vida, que no es poco.
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