Entrevista
Gallopedro: “En un disco, puedo tener 6 o 20 manos. En un directo, ni lo necesito ni lo quiero”
De la repentina disolución de Bigote Chino ha surgido este esperanzador trío que prevé el lanzamiento de su primer EP para después del verano. Sin embargo, ya han adelantado un par de temas con los que muestran de lo que son capaces: ‘Si te quedas cuando estalle el Sol’ y ‘Momias de animales’, que acaba de ver la luz

Gallopedro.
Gallopedro es el supergrupo murciano que han montado el ex teclista de Los Últimos Bañistas, Klaus & Kinski, Alexanderplatz o Bigote Chino Antonio Viwe (voz, guitarra y teclados), que se encarga de letra, música y producción junto al ex Bigote Chino Víctor Martínez (bajo) y el ex Diecinueve Miguel Navarro (batería): un “conjunto musical de corte moderno”, como dicen en su instagram. Se han liado la manta a la cabeza y debutan en el sello almeriense Clifford Records.
Hace año y medio se vieron sorprendidos por la repentina disolución de Bigote Chino, con un disco recién grabado y a punto de publicarse; así que, después de recuperarse, entre diciembre de 2024 y enero de 2025 grabaron en MIA Estudio con Antonio Illán (técnico de Viva Suecia) seis canciones, masterizadas por Mario G. Alberni en Kadifornia Mastering, para un EP de debut que saldrá después del verano en un 10” ya en fabricación. Imágenes potentes, sensibilidad demoledora, melodías inspiradas y arreglos de belleza psicoactiva que conmueven sin grandilocuencia ni pretenciosidad. Dicen que “montan un purasangre escocés”, y así lo sugiere la rapidez con la que se mueven.
Gallopedro se estrenaban en abril con «Si te quedas cuando estalle el Sol», de temática de ciencia ficción, apocalíptica, con el fin del mundo como protagonista. En su carta de presentación hablaban de “pop espinoso, garaje de roca, punk acuático y el 'sæcio sound' (que reivindica su raíz almeriense); una efervescente, promiscua catarsis celebratoria de rock-garaje- surf-pop-punk-and roll, que incluye una versión -o más bien una adaptación- de postín, de “Rain “ de los Beatles, “Champán en Trafalgar”, que también saldrá en el disco. Joie de vivre capaz de armonizar lo cáustico con lo salvaje, y la juerga con la melancolía.
Cien nombres familiares te asaltan mientras los escuchas; sin embargo, nunca beben de la misma fuente durante demasiado tiempo, o de forma excesivamente obvia. Hace unos día llegaba “Memorias de animales”, su segundo single, pero es tal su impacto que no se puede soslayar su indudable potencial. Hasta ahora Gallopedro se las han arreglado para mantenerse al margen del hype y desarrollar un estilo suma de las posibilidades de los grupos por los que han pasado y otras referencias. Estaremos muy atentos, pues, a una banda como Gallopedro, que se intuye de largo recorrido. Puliditos y todo, Gallopedro, como Brigitte -la prota de una de sus canciones-, es de otro planeta; mantienen un refrescante nivel de buenas canciones y nervio. Ellos dirán.
Gallopedro nace en Murcia a principios de 2024, tras la repentina disolución de Bigote Chino. ¿Qué sucedió? ¿Tuvisteis una pelea en el local?
ANTONIO: No, no fue tan espectacular. Alberto Charro se fue a vivir a Hamburgo. En un principio íbamos a seguir adelante con el grupo, pero finalmente no fue posible.
¿Quiénes componen Gallopedro y de dónde proceden sus miembros? ¿De dónde habéis sacado el nombre y cómo os representa?
A: Gallopedro somos Antonio Viwe, Víctor Martínez y Miguel Navarro. Víctor y yo (Antonio) venimos directamente de Bigote Chino. Anteriormente yo había formado parte de Los Últimos Bañistas y Nunatak, y también toqué teclados en otros proyectos, como Klaus&Kinski y Alexanderplatz. Por otro lado, Miguel había formado parte de Diecinueve, y también había tocado la batería con Loudly. En cuanto al nombre de Gallopedro, fue idea de Víctor. Teníamos banda, pero no teníamos nombre. Un día llegó Víctor con la idea, nos gustó y ahí se ha quedado.
Tras pasar por vuestros grupos, sobre todo tras el cese de Bigote Chino, ¿necesitabais un cambio?
A: Yo no diría que necesitábamos un cambio. Simplemente necesitábamos seguir tocando, y si ya no había grupo, teníamos que crear uno nuevo para poder seguir haciendo música.
¿Teníais claro el estilo y enfoque de la continuación? ¿Aquí hay otros derroteros? Para quienes aún no conozcan a Gallopedro, ¿cómo describirías vuestra particular mezcla de «garage A: Teníamos clara la línea general que queríamos seguir, pero después hemos ido concretando los detalles. Para quienes aún no conozcan a Gallopedro, les diría que no se dejen llevar por las etiquetas y que escuchen nuestra música sin ideas preconcebidas. Por ahí dicen que hacemos pop espinoso, garaje de roca, punk acuático… Bueno, al final es rocanrol.
Antonio, aunque ya habías compuesto algunas canciones en bandas anteriores como Los Últimos Bañistas o Bigote Chino, en las que te ocupabas de los teclados, este es el primer grupo en el que además tocas la guitarra y cantas. ¿Qué ha desencadenado este cambio precisamente ahora, después de una larga trayectoria?
A: Es verdad que en las bandas por las que he pasado me he ocupado principalmente de los teclados. La guitarra y el cante han quedado casi siempre para las sesiones caseras, hasta ahora. Y a pesar de que el piano es mi instrumento principal, yo compongo con guitarra. Creo que el hecho de no dominar el instrumento es lo que me empuja a buscar en la guitarra sucesiones de acordes, ritmos o melodías con más entusiasmo y curiosidad. Por otro lado, siempre me ha gustado escribir, y desde hace unos años he podido hacerlo para algunas bandas, aunque en directo mi lugar seguía siendo en los teclados. Hace un año y medio me encontré en una situación difícil: la repentina disolución de Bigote Chino, con un disco recién grabado y a punto de publicarse (ya había salido algún adelanto, pero no el disco completo), y con toda la maquinaria de la promo en marcha. En ese momento tuve que respirar hondo, hacer como si no pasara nada y afrontar la promo de un grupo que ya no existía mientras empezaba a idear un nuevo proyecto, porque cuando me di cuenta de que la ruptura era definitiva, con Alberto Charro ya en Hamburgo, decidí dar un paso adelante y montar algo nuevo con el resto de la banda. Así pasé de los teclados a la voz y la guitarra (alguien tenía que hacerlo), Víctor siguió al bajo, y Miguel entró a la batería (en aquel momento, Luiggi ya había retomado su actividad en Garaje Florida). Así nació Gallopedro.
¿Cómo fue la transición desde el final de Bigote Chino, la composición de las primeras canciones...?
A: A mí en concreto, el final de Bigote Chino me llegó en un momento en el que yo estaba muy a tope con el grupo: teníamos planes, un buen disco a punto de salir…, y yo tenía un puñado de canciones nuevas, aun sin grabar, preparadas para llevarlas al local de ensayo. Pero llegó ese final. Pocas semanas después, empezó a gestarse en mi cabeza la idea de un nuevo proyecto (aun sin nombre), y todavía pasarían algunas semanas más hasta que lo vi tan claro como para hablar de él. Esos primeros meses quedábamos Víctor y yo en mi casa, y con solo bajo y guitarra, empezábamos a ensayar esas canciones nuevas y alguna más antigua. Enseguida dijimos «hay que buscar un batería». Ahí es donde entra Miguel, que Víctor conocía por sus orígenes almerienses, y yo porque habíamos compartido escenarios cuando él tocaba con Diecinueve y yo con Los Últimos Bañistas. Por fin, en marzo de 2024, nos alquilamos un local de ensayo, montamos esas canciones con la banda ya al completo, y poco a poco fueron apareciendo más canciones, y también el nombre de Gallopedro.
¿Este disco ha sido como vuestra particular escuela para entenderos como banda? ¿Cuál ha sido la clave para haberos entendido tan bien?
VÍCTOR: Está claro que es lo primero que hacemos los tres juntos. Y ha salido bien, hemos hecho match. Quizá la clave está en ser realista y saber lo que somos y lo que queremos como banda.
¿A qué hacen referencia vuestras canciones? ¿Hay alguna intención escapista? «Si te quedas cuando estalle el Sol» podría referirse a la perseverancia, la importancia de estar juntos, o aferrarse a algo en un momento de caos. ¿Tenías en cuenta o hay alguna analogía con la canción de Skeeter Davis «The end of the world», o «De viaje» de Los Planetas?
A: En realidad, cuando escribí «Si te quedas cuando estalle el Sol», no tenía en la cabeza ninguna de estas dos canciones, pero es verdad que tiene un poco de ambas. Hablo de la llegada del fin del mundo, y, en medio de ese caos, el narrador se enamora precisamente de ese personaje que viene de otro planeta para anunciarle que todo ha terminado.
Antonio, te encargas de música, letra y producción. ¿De dónde surgen a nivel emocional y personal estas canciones? Cuando escribes estas historias, entiendo que hay mucho de implicación personal, pero ¿cuánto hay de autobiográfico y cuánto de cronista?
Cuando escribo, suelo crear personajes basados en la realidad, en personas y acontecimientos reales, a veces más cercanos y otras no tanto, pero siempre aderezados con ficción. Y sí, a veces también hablo de mí.
De momento lleváis dos canciones, «Momias de animales» y «Si te quedas cuando estalle el Sol». Más allá de otras bandas, ¿cuáles son algunas influencias no musicales que alimentan la creatividad de Gallopedro? (Por ejemplo, películas, libros, arte, eventos actuales).
A: En general, entre las influencias no musicales, la historia y la ciencia ficción tienen un peso importante a la hora de encuadrar mis historias.
¿Cómo es el proceso habitual de composición? ¿Todos aportan ideas? ¿Hay colaboraciones en el disco?
A: Por ahora, me he encargado yo de traer todas las canciones. Algunas son anteriores a la creación del grupo y llegan al local prácticamente terminadas. Otras cogen forma en el local de ensayo a partir de alguna demo grabada en casa. Cuando trabajamos sobre una demo en el local, tanto Miguel como Víctor aportan ideas. En la grabación de este primer disco no ha habido ninguna colaboración, pero sí en la composición de una de las canciones, «Momias de animales», cuya autoría está compartida con Manuel Gil (Los Últimos Bañistas).
Y cada una viene musicalmente de un lugar diferente. ¿Este es el disco con el que más libres os habéis sentido estilísticamente?
A: Teniendo en cuenta que en este disco soy autor y productor, no podía ser de otra manera.
En algunas de vuestras canciones los teclados tienen un peso importante. Pero de momento en concierto os presentáis en formato trío: guitarra, bajo y batería. ¿Os habéis planteado ampliar la formación para el directo?
A: Siempre he defendido que el disco es una cosa y el directo es otra. En un disco, puedo tener 6 o 20 manos. En un directo, ni lo necesito ni lo quiero.
«En su gabinete de curiosidades, David puede hacer que no haya sol, puede hacer que no lo veas y que nadie lo recuerde nunca más». Recuerda a «David y Claudia» de Los Planetas.
A: Correcto. Cuando me pidieron que escribiera unas líneas sobre el contenido de «Momias de animales», usé esas frases de «David y Claudia», porque el personaje principal de mi canción está basado precisamente en ese David capaz de manipular la percepción de la realidad y ejercer con ello un control total sobre las emociones y los pensamientos de los demás.
Estáis con el sello almeriense Clifford Records. ¿Cómo ha influido esa colaboración en el camino de la banda y en el lanzamiento de vuestra música?
V: De momento no ha influido mucho. Acabamos de empezar nuestra relación y esperamos muchas cosas buenas los unos de los otros. Pero esto son solo los primeros pasos. De momento, todo bien.
Creo que es un disco con el que pueden pasar cosas. ¿Qué expectativas tenéis vosotros depositadas en él?
Gallopedro al Mundial de Clubes.
«Champán en Tragalfar», una adaptación de «Rain» de los Beatles, ¿irá en el disco? ¿Os interesa la psicodelia? ¿Hay más versiones?
A: «Champán en Trafalgar» está en el disco. Nos encanta la psicodelia. En directo tocamos también una versión muy personal de «Come on» de los Atlantics, pero no está en el disco.
¿Qué da más miedo, un presente fatal con muchas cosas que cambiar o un futuro mejor que quizás no llega?
V: Dan miedo las dos. Preferimos un futuro mejor que tarde en llegar, pero que llegue.
¿Qué planes tienen Gallopedro para el futuro? ¿Podemos esperar un nuevo EP o álbum pronto?
A: ¿Planes? La inminente salida de un tercer sencillo, un disco en vinilo para después de verano, conciertos en otoño e invierno y vuelta al estudio en primavera.
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