Música

Ramírez Exposure: "El disco va de huir cuando el mundanal ruido de la ciudad nos separa de nuestra esencia"

El valenciano visita este viernes la Cooperativa Ítaca de Murcia para presentar su último trabajo, 'For Love of Things Invisible'

Ramírez Exposure

Ramírez Exposure / L.O.

Ramírez Exposure es el proyecto del músico y compositor valenciano Víctor Ramírez, un artesano que pinta de belleza sus canciones. Para anotar su nombre a nuestra lista de héroes ocultos y acercarse a disfrutar de su arte esta noche en la Cooperativa Ítaca de Murcia.

Su carrera está marcada por colaboraciones con Richard Lloyd, Ken Stringfellow y Marc Jonson, su mentor, con quien grabó el maravilloso Turning on the century, Vol. 1 (2022). Tras colaborar con él en varios sencillos y en un disco del norteamericano que vio la luz hace unos meses, publicó a principios de año un EP, 'For love of things invisible' (2025), con colaboraciones de Bart Davenport, Erica Shafer (que acompañó en directo a Weyes Blood), Miguel Sancho, David T. Ginzo (Tuya), Alfonso Luna ( Josh Rouse, Micah P. Hinson, The Excitements) y el propio Jonson. Se trata de otra perla de pop delicado y elegante repleta de homenajes a gigantes como los Beach Boys, cuyo título lo inspira un libro de poesía de Ray Bradbury: 'I live by the invisible'. La temática del disco gira en torno a la naturaleza y a nuestra relación intrínseca con ella.

Víctor Ramírez, que ha actuado en festivales como el SXSW y acompañado a Nada Surf, The Posies, BMX Bandits, The Pains Of Being Pure At Heart, Jacco Gardner y Luna, encarna la figura del artista inquieto a la búsqueda de la canción perfecta. Teje esmeradamente melodías impecables, sanadoras, en una suave sinfonía ininterrumpida de perezosa amabilidad, donde su voz amigable y cercana atrapa con canciones infalibles que reproducen el apacible sonido de la serenidad. Brilla como un faro en la noche oscura.

¿For love of things invisible evoca una sensación muy particular. ¿Cómo describirías este nuevo disco? ¿Había algo que querías conseguir o no repetir?

Todo esto gira en torno a generar sensaciones. Hay una cosa muy importante para mí a la hora de grabar canciones: trabajar solo desde mi estudio casero hace que me estrese muchísimo menos en el proceso creativo que si lo hiciese en un estudio profesional con un ingeniero y varias personas observando el proceso. Me gusta no tener miradas a mi alrededor esperando a que clave una toma. Particularmente me gusta más grabar solo, para posteriormente ir añadiendo otros detalles con ayuda de amigos músicos que me mandan sus pistas desde la distancia. Es un sistema al que me he acostumbrado y me funciona bien. Mi experiencia grabando en un estudio muy profesional es que las cosas nunca salen del todo como uno quiere, y eso me frustra. He encontrado mi propio método, porque no hay nada como cantar desde la intimidad del hogar sabiendo que lo que haces lo estás haciendo sólo para ti, y todo sale más natural y real de esta manera. Así que, en ese sentido, este disco no se diferencia mucho de la mayoría de mis trabajos, porque sigo ese método que te comento desde hace ya tiempo.

¿En torno a qué gira la temática? ¿Cuál fue el punto de partida creativo? ¿Alguna idea o sentimiento específico encendió la chispa?

La temática gira en torno a la naturaleza y a nuestra relación intrínseca con ella. He tenido temporadas en las que llegué a obsesionarme mucho con los escritos de Thoreau y Emerson. Y también me fascina la idea panteísta de que Dios está en la naturaleza. Tiendo a pensar en ello, hoy más que nunca. Me maravilla una puesta de sol o perderme en parajes desconocidos. El disco va de eso: de huir a ese tipo de lugares cuando el mundanal ruido de la ciudad nos separa de nuestra esencia. Es una especie de manifiesto en contra de la alienación.

La canción For love of things invisible da título al disco. ¿Cuál crees que es el mensaje principal de Bradbury en I live by the invisible? ¿Cómo se refleja en las canciones?

Tanto la canción como el disco no sólo se inspiran en el libro de poesía de Bradbury. Llegué al título gracias a una poesía de la poeta británica Vahni Capildeo, que se puede encontrar en la página web de la Forward Art Foundations. Justo por aquel entonces encontré en una librería el libro de poemas de Bradbury, que se llama I live by the invisible, y lo compré. Junté todo eso y la inspiración temática apareció de golpe. Me gusta que ambos escritores no pueden contener su habitual deleite por la maravilla sensual de la vida, y se nota que han sido personas que han vivido honestamente.

¿Cómo fue la experiencia, la idea de hacer un disco con Bart Davenport, Erica Shafer, Miguel Sancho, David T. Ginzo, Alfonso Luna y Marc Jonson, que repite de nuevo? ¿Sin ellos el trabajo habría sonado muy diferente? ¿Hay muchas miradas al pasado en este disco?

Siempre me encanta colaborar con otros músicos. No podría hacer un disco yo solo porque lo encuentro algo demasiado megalómano y agotador. Además, las aportaciones y visiones externas siempre sorprenden y enriquecen mi pequeño universo musical. Soy un poco anárquico a la hora de trabajar, y siempre mando un montón de pistas diferentes a los músicos que colaboran, para que ellos tengan varias posibilidades a la hora de afrontar las canciones. Eso al principio les puede volver un poco locos, pero luego comprenden las razones por las que tengo este modus operandi. Y las miradas al pasado en este disco son más que evidentes en cuanto a que tengo unas influencias muy marcadas. Aún así, creo que he cultivado mi propio estilo, y el mayor atractivo de mis discos no reside sólo en esa mirada de influencias de los años sesenta, setenta y noventa; creo que hay mucho más. Pero eso lo tiene que decir el oyente.

Das mucha importancia a las buenas melodías. ¿Es lo que más te impacta de las canciones? ¿Ha habido un cambio de tendencia en este nuevo trabajo respecto al estilo?

Sí, sin duda es el elemento de una canción que más me impacta. Piensa en canciones como I’d rather you leave me, de The Choir; It’s raining again, de Supertramp; Make your own kind of music, de Cass Elliot, o Blow away, de George Harrison. Todas tienen esa mágica cualidad de la canción perfecta. Siento que, con cada disco que hago, esa aproximación a lo que más me gusta es cada vez mayor. Se estrecha el cerco. Todo forma parte de una búsqueda y un aprendizaje que no cesan.

Después de haber escrito tantas grandes canciones, ¿has descubierto ya el secreto de cómo hacerlo? ¿Puedes tener un enfoque más intelectual sobre el proceso? ¿Cuál es para ti la canción pop por antonomasia? ¿Qué hace que un tema sea una canción pop perfecta?

Jo, gracias por decir eso de grandes canciones. ¿Sabes? No hay un secreto ni una fórmula para escribir canciones pop. En este sentido, me gusta mucho algo que le leí en una entrevista a Robert Forster, de los Go-Betweens: decía algo así como que un músico puede escribir cien canciones y, de esas cien, hablando de manera objetiva, saldrán algunas que estén bien, algunas que sean malas y otras pocas que sean totales obras de arte. Es con ese tipo de perseverancia a la hora de componer con el que me identifico. Creo que la clave está en eso, en no dejar de buscar y disfrutar en el proceso. Y especialmente no dejar de ser un niño a la hora de afrontar el trabajo de la creación.

Debes ser muy fan de Doctor en Alaska. ¿Tu nombre artístico está inspirado en la serie?

De hecho, tuve el enorme privilegio de viajar a Estados Unidos y visitar el lugar donde se rodaron las escenas exteriores. Atesoro ese día como uno de los mejores días de mi vida. Lo adopté porque Ramírez era difícil de encontrar en el vasto mundo de Internet y la complejidad de la red de ordenadores. Funciona como un guiño, pero también lo hace como una puerta a mi música. La traducción sería algo así como ‘Expuesto a Ramírez’. Lo encontré sugerente y atrevido, y decidí que ese iba a ser mi nombre artístico para siempre.

En el disco se cuelan dos versiones de tu admirado Marc Jonson: Ended y Love radiates around, dos baladas sobre la soledad y el amor. ¿Por qué las incluyes? ¿Cuál ha sido el proceso de trabajo al componer y grabar?

Las incluí porque Marc Jonson es una figura esencial en mi música. Es mi mentor, mi maestro. Todo lo que sea homenajearle es poco. La mecánica de trabajo a la hora de componer y grabar este disco ha sido la de siempre, excepto por estas dos versiones. Ended data de 2016, la grabé en casa de Marc, y no la llegué a sacar nunca hasta ahora. Y Love radiates around me pidió Marc que la grabara con su ayuda, porque decía que quería escucharla cantada por mí.

¿Qué prefieres, el estudio o tocar en vivo? ¿Hubo algún desafío particular durante la creación del disco? ¿Cómo lo superaste?

Sin duda me quedo con el proceso creativo en el estudio. Hacer conciertos está bien, pero lo siento como una especie de intento de reproducción de un cuadro ya pintado. Es diferente y estimulante, pero siempre tengo la sensación de que para llevar en directo todo lo que suena en mis discos tendría que disponer de una superbanda haciendo mil cosas al mismo tiempo. Eso cuesta dinero y no puedo permitírmelo.

¿Te sientes identificado con la etiqueta de sunshine pop, o mejor power pop? El sunshine pop tiene una cualidad melódica y optimista muy característica. ¿Cómo incorporas sus elementos en vuestro sonido, especialmente en un contexto de power pop?

Siento que las etiquetas en mi música están algo difusas. Lo de sunshine pop viene por lo soleado de las melodías y porque siempre hay algo de armonías vocales en mis canciones. Y de power pop hay algo en el sentido de que podría entenderse como influencia, pero no tengo nada que ver con grupos que tienen ese estilo muchísimo más marcado. Diría que me identifico más con esa corriente de cantautores olvidados de los noventa, tipo Billy Goodrum y Freedy Johnston, aunque nuestro sonido sea diferente. No deja de ser música de cantautor que trata de contar historias emocionantes y divertidas al mismo tiempo. Me gusta esa cualidad de la música autoral y la idea de que todo arte es una imitación mejorada de la vida.

El disco lo publica Hurrah! Música. ¿Está distribuido también fuera de España? ¿Qué sigue para Ramírez Exposure después de este lanzamiento? ¿Estáis ya pensando en nuevos proyectos?

Los amigos de Hurrah! se han encargado de la edición en vinilo, mientras que Kool Kat Music publicó el disco en CD para el mercado de Estados Unidos, Canadá y Japón. Después de este lanzamiento me tomaré un tiempo para componer con calma. Quiero hacer un disco más largo que complemente mis trabajos Young is the new old (2017) y Exit times (2021), ya que me gustaría considerarlos una especie de trilogía.

¿Cómo te planteas el directo? ¿Quién te acompaña?

En directo voy acompañado de mi buen amigo Miguel Sancho (Chesterton). Es un gran amigo y me lo paso genial tocando con él por ahí. Hemos decidido hacerlo así para los conciertos de fuera de la ciudad, pero haremos dos presentaciones con banda en Valencia. Una será el 11 de julio en el Loco Club y la otra, en Centro Excursionista el 13 de diciembre. Me acompañarán, además de Miguel, Alfonso Luna (Tachenko, Josh Rouse) y Juanma Pastor (Johnny B Zero). Tengo muchas ganas de eso.

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