Cine

La integración de los discapacitados auditivos llega a la gran pantalla con Eva Libertad y Míriam Garlo

El largometraje dirigido y protagonizado respectivamente por las molinenses tuvo ayer su presentación a nivel nacional tras pasar por la Berlinale

La directora Eva Libertad (c) junto a los actores Miriam Garlo (i) y Álvaro Cervantes en Málaga.  | DANIEL PÉREZ / EFE

La directora Eva Libertad (c) junto a los actores Miriam Garlo (i) y Álvaro Cervantes en Málaga. | DANIEL PÉREZ / EFE

EFE

Las dificultades que entraña con frecuencia la integración en la sociedad de los discapacitados auditivos, en este caso en el contexto de la vida en pareja, han sido retratadas por la cineasta murciana Eva Libertad en su primer largometraje, Sorda, que se estrenará en cines comerciales el 4 de abril.

Tras ganar el premio del público de la sección Panorama en la última Berlinale, la película ha sido bien acogida por la crítica este sábado en su presentación en la sección oficial a concurso del 28º Festival de Málaga.

«La película nace de algo muy cercano a mí, del vínculo con mi hermana, que es la protagonista. Cuando preparábamos la película en los ensayos, ella me dijo que llevábamos toda la vida preparándonos para contar esta historia sin saberlo», desveló la cineasta Eva Libertad.

Su hermana, efectivamente sorda, es Míriam Garlo, que interpreta a Ángela, que va a tener un hijo con Héctor (encarnado por Álvaro Cervantes), su pareja oyente, y que verá cómo la llegada de la niña genera una crisis entre ambos.

Según la directora, esta historia «parte del deseo de profundizar y pensar acerca de un vínculo entre el mundo sordo y el mundo oyente a través de esta pareja».

Para escribirla tuvo una fase de documentación en la que se entrevistó con madres sordas para conocer sus experiencias en el embarazo, el parto y la crianza, lo que le dio «cierto sustrato real» que le permitió «trazar la estructura en relación a la maternidad», detalló.

«En esta película, la pareja tiene la singularidad de que uno es oyente y la otra, sorda. Le podría suceder a cualquier pareja que, por mucho que queramos acompañarnos y querernos, hay un lugar al que no puedes acompañar a la otra persona. Hay un lugar al que él no puede acompañarla a ella, aunque quiera», explicó la realizadora, nominada a un Goya en el pasado por el corto del mismo nombre que fue el germen de este largometraje.

Por su parte, Míriam Garlo ha querido dejar claro que su opinión «no es la misma que la de todas las personas sordas, porque en la comunidad hay mucha diversidad».

«En la película hemos querido reflejar una situación en la que la integración entre el mundo sordo y el mundo oyente es posible, y solo se necesita trabajar. Con los cuidados necesarios es posible la integración», ha añadido Garlo.

En Sorda se ve cómo a la protagonista le presiona su entorno oyente para que utilice los audífonos, pese a que le resultan molestos, ante lo cual la actriz considera que «no se debería presionar para llevarlos».

«Es mejor intentar adaptarse evitando la tecnología, aprendiendo la lengua de signos o utilizando el cuerpo para comunicarte, pero cada persona sorda tiene una situación concreta. Lo de generalizar no lo comparto», ha señalado.

Los momentos de discusiones de pareja que refleja la pareja son «importantes» para ver que su personaje «necesita a un compañero para atravesar la situación, y que hay una violencia estructural que no le permite ser autónoma», ha analizado.

Álvaro Cervantes ha asegurado que se emocionó cuando leyó el primer tratamiento de guion, un resumen de solo veinte páginas de lo que más tarde sería el guion definitivo.

«Vi que debía aprender lengua de signos para saber cómo hacerlo, y porque quería tener la posibilidad de improvisar. Ha sido una oportunidad para entender el universo de la sordera, que para mí era completamente desconocido», ha afirmado el actor.

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