Arte

Una nueva atribución amplía el legado de Ramón Gaya

La obra, presentada recientemente en una exposición en el museo que lleva su nombre, muestra a la que se cree que es la madre del artista consiendo

La obra recientemente atribuida a Ramón Gaya. | FIRMA

La obra recientemente atribuida a Ramón Gaya. | FIRMA

Asier Ganuza

Asier Ganuza

El 2024 fue un año intenso y con varios hitos remarcables en la historia del Museo Ramón Gaya. Solo hay que repasar las últimas semanas de aquel, con noticias como la cesión de La maja vestida por parte del Museo Nacional d’Art de Catalunya o la donación que la viuda del artista, Isabel Verdejo, hizo al El Prado para que la Doña Mariana del Murciano colgara de las paredes de una de las pinacotecas más importantes del mundo. Pero es que, además, una exposición reciente en el espacio de la Plaza de Santa Catalina permitió sacar a la luz una obra inédita, sin firmar, que ha sido atribuida a Gaya después de un exhaustivo estudio comparativo.

Se trata de un óleo de 1927 que representa a una mujer cosiendo y que habría sido dedicado a la madre del añorado creador, Josefa Pomés. «El cuadro presenta evidentes similitudes con otras piezas del artista, como un óleo perdido (del que solo se conserva una fotografía) y una acuarela de la misma época. Estos paralelismos incluyen detalles como el peinado de la mujer, la línea de sus cejas, el colorete de los pómulos y elementos compositivos recurrentes, como fondos inacabados y puntos rojos en textiles. Además, detalles como la postura de la figura, las mangas remangadas, el escote redondo o los colores empleados refuerzan la atribución», apuntan desde el museo murciano.

La investigación se complementa con la opinión de expertos como Julián Grau Santos, Juan Manuel Bonet y Enrique Andrés Ruiz, mientras que Javier Bernal, director del Centro de Conservación de la CARM, también ha respaldado la atribución. En concreto, este último destaca que, aunque el análisis de materiales no es concluyente, el estudio comparativo proporciona pruebas suficientes para considerarla obra del pintor murciano. En cualquier caso, y debido a la falta de firma y documentación concluyente, ha sido incorporada al catálogo razonado como ‘atribuida a Ramón Gaya’.

Así lo afirma Rafael Fuster, director del museo que lleva el nombre del artista, que prefiere ser «cauteloso». No obstante, él también se posiciona del mismo lado que sus colegas: «Personalmente, considero que estamos frente a una obra de juventud del pintor murciano». Además, el experto recuerda la importancia que Josefa Pomés tenía en la vida del pintor; tanto que el propio Gaya la describió como un refugio emocional: «No era para mí una persona, sino un lugar seguro. Perdido ese lugar, uno va dando bandazos de un sitio a otro, sin sitio, sin dónde caernos muertos».

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