Festival
Cante de las Minas: una lupa cada vez más grande
La segunda noche de concursos sorprende con varios candidatos serios a los galardones del Festival

Mercedes Luján / Cante de las Minas
Marco Albaladejo
La puerta está cerrada, ¿quién la abrirá? Parece el comienzo de un famoso trabalenguas, aunque en este caso no lo es. La puerta a una nueva gala de los concursos del cante se abre, y tras oír las palabras de introducción de Lydia Martín, presentadora del festival, comienzan las actuaciones.
María Gracia entra, con su violín, al escenario. Le acompaña una formación de cuerda con otro violín, dos violas y un contrabajo, además de un percusionista. Abre con una taranta, muy apegada a armonías “clásicas”, aunque imitando en el violín el quejío de un cante por este palo. Predominan, eso sí, los tonos medios del violín principal, mientras en el acompañamiento lo hacen los violonchelos con un pizzicato (pellizcado de las cuerdas del instrumento). Realmente, María, aprovechando su formación en música académica, plantea su show como un micro concierto, que finaliza por tangos.
Es el turno de Clara Gutiérrez. La bailaora se desenvolvió con soltura, primero por taranto, y después por soleá. Al comienzo del taranto, entra decidida, y ataca las tablas con una imponente escobilla. La inercia de su cuerpo se remarca en cada uno de sus giros, ondulantes por la parte que a sus brazos corresponde. Las secciones lentas las protagonizan sus brazos, mientras que en las largas, se coge la falda para mostrar el taconeo que imprime sobre el tablao del Mercado Público de La Unión. Tras varios desplantes anticlimáticos, se produce un buen desarrollo junto al toque de la guitarra, que resuelve en un más que correcto desplante frente al público. La soleá no diferirá mucho en carácter ni en estilo, manteniendo la expresividad, el braceo y el tacón como principales ejes.

Clara Gutierrez / Cante de las Minas
Fran Heredia dio paso al cante, interpretando por tarantas, malagueñas, soleá y minera. Un desafortunado comienzo un tono por encima de la falseta de la taranta no le impidió redimirse en el cante por soleá, del que hizo su principal baza. La malagueña también pasó sin mayor complicación, destacando su voz soplada y su buen control de la proyección vocal. Acabando la malagueña y la soleá, le tocaba un cante por mineras. “La minera se desgarra”, recita la copla. El ayeo, más corto de lo normal, precede a incesantes melismas, aprovechando su falsete, lo cual desemboca en una esfera de puro intimismo.
Sobre las tablas encontramos ahora a Jesús Corbacho, uno de los artistas que, en mi opinión, tiene serias opciones de llegar a ganar la Lámpara Minera. Con su pelo largo y rizado, y su bigotillo, recuerda su apariencia a la de el maestro por excelencia del cante flamenco y jondo, Camarón de la Isla. Su voz, grave, retumba en toda la estancia. Acompaña con esta, a la falseta de la guitarra, estridente en ocasiones por los graves, muchas otras delicadas, brillantes, con una melodía perfectamente hilada. Concluyó Jesús con una guajira. Del principio hasta el final, la guitarra se mueve punteando las cuerdas suavemente. Corbacho, para este final juega con sus posiciones de voz, explorando todos los registros, incluso completa sus palos con una sección de palmeo y guitarra.

Isco Heredia / Cante de las Minas
A la guitarra salió Mercedes Luján. Un verdadero lujo ver tocar a esta mujer. El énfasis en los graves le aportó potencia sonora al comienzo de la taranta. La melodía principal no fue sino una mezcla, un mestizaje, entre graves y células melódico-rítmicas. En las consiguientes alegrías, a Luján se le notaba mucho más cómoda, teniendo el dominio absoluto del palo, y de los modos por los que pasó (mayor, menor, y frigio). Esto hace a Mercedes una más que probable candidata al Bordón de Oro del Festival del Cante. La nipona La Yunko bailó por tarantos y soleares, cerrando la gala con este último palo, no sin antes destacar el show de Iván Carpio, otro serio candidato a la Lámpara.
Cuanto más tiempo pasa, más grande es la lupa. Una lupa puesta en los participantes del concurso del Festival del Cante, que se acerca cada vez más, hasta que pueda ver, en primer plano, los premiados de esta edición.