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La Caja de la Rusa: Los baños de la Marrana

Los baños de la Marrana

Los baños de la Marrana / Javier Lorente

Javier Lorente

Javier Lorente

Cuenta la tradición que en algunas ocasiones del cerdo no nos gustan los andares. Esto se dice en Isla Plana, un bello rincón del Mediterráneo perteneciente al término municipal de Cartagena. Resulta, según la leyenda, que hace muchos siglos, una cerdita (marrana, como por aquí se dice también) tenía un problema en una de sus patas, que podría ser reuma, y por ello se las veía y se las deseaba para poder andar. El caso que es bajaba a diario a la playa, justo donde había un nacimiento de aguas calientes, y allí se revolcaba con harto entusiasmo y dedicación, hasta que un día los vecinos observaron que había curado por efecto de un poder milagroso de aquellas aguas.

Historias como estas han pasado de boca en boca y por eso hay tanta afición al poder curativo de los baños en ciertas aguas y barros de ríos, fuentes y mares. No es un invento de hoy, ya lo practicaban los romanos, que tenían toda una ruta de aguas termales y medicinales, incluso en nuestra Región. Lo cierto es que en Isla Plana se construyeron estos baños, con forma de bóveda de cañón, allá por el siglo XVIII y, justo al lado, se han excavado unos restos de la época romana que incluyen, según los arqueólogos, unas fábricas de salazones, que la afición a la hueva y la mojama nos viene de muy lejos.

La ilustración nos demuestra que estamos en un lugar conocido y popular a principios del siglo XX, está cerquita de una playa y de una coqueta ermita, bajo el patronazgo de la Virgen del Carmen, que fue construida en 1928 y cuya silueta se asoma al mar, como protegiendo a esta pequeñita localidad de pescadores que, con los años, ha ido creciendo con un turismo aún sostenible y familiar.

La piscina se utilizaba como baño comunal anteriormente a la construcción del edificio. La principal se construyó con grandes bloques de tabaire amarillo, siendo el resto de la obra de mampostería y ladrillo. Lo suyo sería que estos baños estuviesen abiertos al público, como el monumento digno de visitar por dentro que es.

El yacimiento arqueológico, entre los baños termales y la ermita, tiene una superficie de unos 15.000 metros cuadrados y podría datarse entre el siglo I a.C. y el siglo II. Han aparecido muchos restos cerámicos, muros, canalizaciones, piletas y hornos, con lo que parece que hubo actividades metalúrgicas, en relación a la minería cercana, actividades termales y actividades pesqueras.

Isla Plana pertenece a la diputación de Los Puertos de Santa Bárbara y consta en el patrón cartagenero que de sus cerca de 1.000 habitantes, la mitad de su población está formada por extranjeros que aquí han encontrado, sin duda, un buen lugar para pasar el resto de su vida. El nombre de la localidad es debido a una pequeña isla que está justo frente a Los baños de la Marrana.

La cueva del agua es otro lugar que atrae a los aficionados al espeleobuceo, un lugar tan mágico como peligroso, con una gran sima y unos recorridos laberínticos, bajo el agua, que ya se han cobrado varias vidas, pero de una belleza tal que no deja de atraer a cientos de aventureros. Isla Plana merece una visita, como así lo hizo aquella marquesa.

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