El Centro Párraga es un referente dentro de la cultura en cuanto a propuestas de arte contemporáneo se refiere, ya sean expositivas o escénicas, y dentro de este marco escénico encontramos ‘Movere. Ciclo Danza Experimental’, en el que se presentó Oro Negro de Poliana Lima el pasado viernes como inicio de temporada.

En ocasiones, un espectáculo perdura en tu memoria a lo largo de los años porque te impactó, ya sea porque lo consideras novedoso e impresionante o todo lo contrario; te resulta aburrido, tedioso, no ha cumplido las expectativas que llevabas, o simplemente no has entendido, o no te ha llegado el mensaje que el artista quería mostrar. Oro Negro podría ser perfectamente una obra de este calibre por los comentarios escuchados en los corrillos en la puerta del Centro Párraga, donde los espectadores estaban divididos en dos bandos claramente: unos entusiasmados y otros preguntándose si se habían aburrido.

Esta pieza es un dúo individual con música en directo donde Poliana Lima explora, a través de su cuerpo, la metáfora del petróleo y todo lo que gira alrededor de este oro negro.

Con un vestuario original y acertado de Carmen 17, la presencia solemne e inquietante de Miguel Ángel Chumo Mata, donde su caminar se hace imprescindible para contextualizar la obra; un diseño de iluminación que enmarca la idea del espectáculo con repetidas alusiones al cubo y una utilización del cuerpo que proviene de la danza a través de diferentes estilos, pero coquetea con el teatro físico y la perfomance, Poliana acerca al espectador su visión personal de ese mundo conocido, o no, que rodea la excavación del petróleo.

Ofrecer la posibilidad de ver distintos hechos artísticos con propuestas actuales que remuevan al espectador es importante en sí y tiene un valor indiscutible, independientemente de la estética o de la corriente artística en la que se enmarquen. Pero quizás, para este tipo de obras en las que a través del movimiento del cuerpo se quiere hablar sobre un tema determinado, un diálogo con el autor contextualizando la obra que se acaba de ver o un previo a la misma, enmarcarían la acción y darían la posibilidad al público de entender mejor aquello que el artista quiere comunicar. De este modo, se promueve en el espectador novel que se acerca a ver danza contemporánea la explicación de la existencia de muchas vertientes y variables que en la actualidad maridan dentro de los espectáculos de danza. Cuidar al espectador en este aspecto es importante, prueba de ello son los programas que se llevan a cabo en teatros tan conocidos como el Mercat de les Flors de Barcelona, entre otros.

Oro Negro, en esta ocasión, ha sido una propuesta arriesgada como apertura de la temporada de danza en el Centro Párraga, aunque indiscutiblemente tiene su público y prueba de ello es que quedaron pocas localidades libres y un sector del mismo aplaudió fervorosamente a los artistas.