Música | Santi balmés Cantante

Love of Lesbian: "Los Grammy, como decía Hugh Grant de los Oscar, son una hoguera de las vanidades"

Se han convertido en uno de los grupos más reconocidos de nuestro país, imprescindible en cualquier festival que se precie. Han anunciado que en Murcia ofrecerán una actuación de más de dos horas, con un espectáculo distinto al hasta ahora visto; otro paso más en la afectuosa relación que LOL mantienen con el público de la Región

Los componentes de Love of Lesbian, que actúan  este sábado en la Plaza de Toros

Los componentes de Love of Lesbian, que actúan este sábado en la Plaza de Toros / Ángel H. Sopena

Love Of Lesbian acaban de llegar de su gira por México. Los catalanes han recibido el cuarto disco de oro, esta vez por V.E.H.N. (Viaje épico hacia la nada), décimo en su carrera, grabado en La Casa Murada bajo la producción de Ricky Falkner y Santos & Fluren, por el que fueron nominados a tres Latin Grammys. Aprovechamos su visita este sábado a Murcia On para hablar con Santi Balmes de la actualidad del grupo, y de su gira con más de 100 conciertos por distintos países, que concluirá en Madrid en el WiZink Center el 4 de noviembre de 2023.

¿Qué tal, Santi? 2022 fue bueno, pero 2023 se plantea muy bien.

Va a ser un año realmente intenso. Vamos a combinar conciertos en España y Latinoamérica y la grabación del nuevo disco, con lo cual creo que vamos a tener que hablar con nuestras familias seriamente [risas].

Ahora os vais de nuevo a México. Parece que allí de vez en cuando tienen fijación con algún grupo, y esta vez os toca a vosotros. ¿Cómo es vuestra relación con el público mexicano?

Es una relación de enamoramiento mutuo, creo. Es algo que hemos cuidado desde que fuimos por primera vez para allá. Estuvimos muy conscientes de que algo estaba pasando con nosotros; lo estábamos percibiendo en las redes sociales de una manera continua. Empezó a haber cada vez más mensajes: «Vengan a México», «Vengan a México», y cada vez que íbamos nos decían «vuelvan a México», «vuelvan a México».

También habéis ido a los EE UU. Contasteis en una entrevista anterior que ibais por primera vez. Esta vez estuvisteis más tiempo.

Sí, EE UU es otra cuestión. Ahí el público que tenemos claramente es latino, incluso tiene las dos nacionalidades, está oscilando su vida entre el norte de México y la parte de Texas sobre todo. Y hemos ido a Los Ángeles, hemos estado en muchas otras ciudades, nos lo pasamos superbién, ahí ya es cuando ejercemos más de banda y de turistas a la vez. Son conciertos combinados. No paras de comprarte ropa, de pasar por bulevares, de vivir la noche americana, y luego, pues sí, también hacemos algún concierto de tanto en tanto [risas].

EE UU parece que sigue siendo para muchos grupos un baño de humildad.

Es un país muy complicado, no hay clase media, digamos, y donde las tasas que tienes que pagar… Esto ya es a nivel muy administrativo, pero acaba influyendo. Los visados que necesitas para poder tocar ahí cada vez están aumentando más de precio, y la cosa es mucho más complicada realmente.

Imagino que algo os ayudarían las nominaciones a los Grammys, hasta tres.

Sí, eso sin duda genera una brecha, un agujero de gusano que motiva que mucha gente que no había escuchado jamás el nombre le preste atención, eso está claro. No soy particularmente fan de unos premios que son más una hoguera de las vanidades, como decía Hugh Grant de los Oscars. Tampoco creo que sean el reflejo de la realidad, pero sí que es cierto que, una vez vas, comprendes todo el poder que está teniendo ahora la música en castellano en todo ese hemisferio. Es mucho más bestial de lo que nos podamos imaginar.

Tras volver de México, aquí os entregaron el disco de oro por V.E.H.N., un reconocimiento a vuestra labor. No es una ‘hoguera de las vanidades’, sino algo tangible.

Sí, es tangible, es el 4º ya Disco de Oro que tenemos; es una continuidad por parte del fan. Se agradece muchísimo esa fidelidad, esa manera de respetar el trabajo de la banda, y el saber que, en nuestro caso, en esta época donde lo que impera son las canciones sueltas, nosotros intentamos hacer un disco sin canciones de relleno, y cuidamos el diseño, lo cuidamos todo para que quien se quiera llevar un objeto, el disco, el vinilo, se lleve algo bello a casa.

¿Necesitabais un giro con V.E.H.N.?

Dentro del margen de maniobra que pueda tener una banda formada por las mismas personas durante 25 años. Puedes jugar a hacer ciertos quiebros, nunca vas a conseguir lo que conseguía Bowie con su carrera en solitario, que cambiaba todos los músicos de un disco a otro, cambiaba de ciudad, de sonidos, y conseguía que un disco no se pareciera nada al otro. En nuestro caso es una continuidad; yo creo que obedece más el cambio a las experiencias personales que hemos pasado en los años previos a la grabación del disco más que a un cambio ostensible, tangible en nuestra manera de tocar, de fluir entre nosotros.

Quizá fue el álbum más de grupo que habéis hecho.

Eso está claro. Lo hemos disfrutado mucho a la hora de tocar; estaba pensado por y para la banda.

¿Cómo queríais que sonase? Fuisteis a Casa Murada, un lugar emblemático, con Ricky Falkner y Santos Y Floren. ¿Qué idea buscabais con este disco?

Queríamos contundencia sobre todo. Que reflejara nuestro estado actual; estamos muy finos ya a la hora de tocar entre nosotros. Hemos adquirido esa manera de fluir, ese aceite que necesita la máquina cuando haces tantos conciertos, que hace que se note cuando estás tocando que realmente hay mucha comunicación entre nosotros, y también creo que todos hemos averiguado cuál es nuestro lugar en la banda. Cuando se empieza, a veces es muy complicado; todo el mundo quiere hacer de todo, y ahora aquí es la metaconciencia de quién es cada uno en la banda y quién tiene que dar dos pasos hacia atrás. Creo que hemos dado todos pasos atrás, en beneficio de la canción. La canción estaba siempre por encima del ego personal de cada uno.

Es un álbum con cierto punto de nihilismo desde el mismo título. ¿Es un juego o muestra además algún tipo de enfado?

Hay un enfado existencial, y es lo que pasó, que al final, por casualidades de la vida, se convirtió en un disco profético, porque cuando salió, de repente había empezado la pandemia, y de lo que estaba hablando en las letras muchas veces es de la claustrofobia. Parecía que hubiera estado hecho aposta, y no.

¿Cómo se hace cuando el consumo es tan rápido, la música tan fugaz, y cada viernes hay un ‘nuevos éxitos’?

Pretender no luchar contra eso, porque sería absurdo, sería perder las energías. Nosotros sabemos quiénes somos, cómo nos gusta hacer la música. Nos criamos escuchando a bandas que cuidaban mucho los discos, y el orden de las canciones en los discos era sumamente importante, porque querían explicar una historia completa. Respeto mucho a la gente que quiere hacer una canción o dos al año; a mí me parece perfecto, simplemente nosotros nos educamos en una manera de escuchar la música que era diferente. Ahora sí que es muy complicado, incluso nos afecta a todas las generaciones. Nos cuesta cada vez más escuchar un disco entero. Es innegable que tanta dispersión, tanta cantidad de información que recibimos todo el día, esa facilidad para desconectar mientras vemos una película porque has recibido un whatsapp o un mensaje en instagram, hacen que perdamos la capacidad de concentración a medio plazo. Tenemos que hacer tareas cada vez más cortas en el tiempo. ¿Tiene que afectar en la manera de componer? Yo creo que no, yo creo que hay que dejar las cosas ahí, y que cuando alguna persona tenga tiempo, las recoja y las escuche, y es muy interesante esa manera diferente que tiene alguien de escuchar un disco si se compra un vinilo y se sienta en el sofá, a escucharlo por las redes, por plataformas como spotify, que sí que hacen que te disperses muchísimo más.

¿Cómo reaccionáis? ¿Tenéis miedo al futuro?

Hay una resignación en sí positiva: saber que eres una banda que ya lleva tiempo, y que surgen cosas nuevas. Obviamente la gente joven se cría escuchando estas cosas. He visto bandas que me han gustado mucho, que tuvieron un momento de ‘hype’, luego parecía que estaban entrando en una decadencia, y luego volvieron a ser reivindicados. Para mí un caso claro es, salvando las distancias, The Cure: los he visto en sitios pequeños, o incluso un Bob Dylan que le costaba llenar salas hace 15 años, y ahora de repente vuelve a estar ahí. Hay que saber surfear encima de estas oscilaciones. Lo que nunca puedes es ir al revés del viento, porque si tus expectativas son poco realistas con la realidad que tienes en cada momento, eso sí que hace que lo puedas dejar o rendirte. Yo creo que nosotros a cada momento hemos sido capaces de tomarlo con la filosofía adecuada.

Leía en vuestras redes sociales que en 1999 lanzabais «poco conscientes», Microscopic movies, disco al que guardáis especial cariño, pero vuestro debut tuvo escasa repercusión. Imagino que ese tipo de historias, lejos de hacer que os rindáis ante las críticas, hacen que os concentréis en seguir adelante.

Fue bien recibido por la gente que lo recibió (eran poquísimos). No existía Internet; había una cultura en el indie que era Radio 3: Ordovás, Julio Ruiz y Fluido Rosa, y para de contar. La persona que quería descubrir un disco nuevo tenía que hacer un trabajo de espeleología. Fue bien recibido, pero a unos niveles tan mínimos que no servían absolutamente para plantearte una carrera profesional.

Mirando hacia atrás, ¿sentís nostalgia de esos tiempos en que llegasteis a telonear a The Cure, y que serían incluso más difíciles que ahora?

Bueno, teníamos ganas, pero, aparte de eso, no sé qué decirte. Ahora lo miras de una manera romántica, pero es como el síndrome de la edad de oro. Todo el mundo piensa: «¡Ah, si hubiera vivido en los 60, en la época hippy, hubiera sido más feliz!». En cambio, los que vivían en los 60 pensaban: «Si hubiera vivido en los 20, la belle époque…» Lo tengo muy desmitificado. Me excita lo suficiente el presente para no mirar atrás. No somos una banda excesivamente nostálgica. De hecho, cuando nos vienen con temas del aniversario de la banda o de tal disco, nos da mucho coraje, porque en realidad siempre estamos intentando mirar a lo próximo, mejor que mirar hacia atrás; algún día lo haremos, cuando estemos cansados, y haremos esos típicos conciertos de aniversario, pero ahora mismo no nos encontramos en esa tesitura.

Este año pondréis fin a la etapa de V.E.H.N. y en Murcia vais a ofrecer una actuación de más de dos horas con un espectáculo distinto al hasta ahora visto. ¿En qué va a consistir?

Va a tener más variación a un nivel audiovisual, pero también creo que sobre todo lo que va a importar es que se va a detectar esa diferencia entre esos conciertos pandémicos con todo el mundo sentado y la interacción que tendrá la banda en estos momentos con el público, gracias a Dios o gracias a la ciencia. La experiencia que tiene una persona del público después de un concierto es totalmente diferente a la cierta frustración que originaban esos conciertos al inicio de pandemia.

¿Vais a bajar el ritmo en algún momento?

Yo creo que sí, que este va a ser el último gran esfuerzo, y luego vamos a poner una velocidad de crucero, en el sentido de que también hay ganas de hacer otro tipo de proyectos más experimentales, quizás menos ambiciosos. Hay que apartarse un poco del epicentro de la banda. No quiero decir ni mucho menos que desaparezcan LOL, pero sí creo que vamos a necesitar probar nuevas cosas, más que nada por la salud de la misma banda, pero nosotros nos llevamos muy bien, somos superamigos, y no creo que nadie tenga ningún tipo de tentación de destruir algo tan bonito ahora mismo.