Exposición

La fotógrafa Silvia Marte da voz en ‘Vulnerables’ a las víctimas de violencia obstétrica

La artista murciana entrevistó y grabó a 33 mujeres "valientes" que contaron su experiencia

Una de las fotografías del proyecto ‘Vulnerables’ de Silvia Marte.

Una de las fotografías del proyecto ‘Vulnerables’ de Silvia Marte. / EFE

EFE

Cesáreas innecesarias, episiotomías rutinarias, falta de información o de consentimiento, prácticas desaconsejadas, prisas o palabras vejatorias son la realidad a la que se han enfrentado muchas mujeres que han sido madres a las que la fotógrafa murciana Silvia Marte retrata en su proyecto ‘Vulnerables’, con el que pretende dar voz a las víctimas de la violencia obstétrica.

La artista, que se define a sí misma como «fotógrafa, feminista, madre y activista», comenzó a gestar esta idea durante su primer embarazo, en 2016, al documentarse sobre el proceso fisiológico del parto y contactar con otras madres de su entorno, con las que comprobó que la vivencia generalizada había sido dolorosa no por el proceso en sí, sino por el trato recibido.

En noviembre de 2021 lanzó a través de sus redes sociales de internet una convocatoria en la que buscaba a mujeres que quisieran contar sus vivencias en torno al embarazo o al parto: en menos de 24 horas había recibido más de un centenar de historias, algunas dramáticas y complejas. «Colapsé. No esperaba esa respuesta, no sabía cómo gestionar el sufrimiento de esas mujeres», reconoce.

Decidió entonces iniciar una formación más profunda de la mano de ginecólogas, matronas y psicólogos perinatales, entre otros profesionales.

Aunque la OMS la reconoce y un 67,4 por ciento de las mujeres en España afirman haberla sufrido, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia rechaza de plano el concepto y lo tacha incluso de «ofensivo».

Silvia Marte quiere que nadie ponga en duda la existencia de la violencia obstétrica. | EFE

Silvia Marte quiere que nadie ponga en duda la existencia de la violencia obstétrica. | EFE / EFE

Por eso, Marte insiste en la importancia de que las mujeres que la han padecido puedan identificarla, ya que «la hemos normalizado de tal forma que muchas veces no la reconocen ni quienes la ejercen ni quienes la sufren. Nombrarla y que se reconozca es fundamental para que haya un cambio de paradigma», defiende.

La artista retomó el proyecto en abril de 2022 en su estudio de Murcia, La Cámara Roja, donde entrevistó, retrató y grabó a 33 mujeres que le contaron experiencias desde tratos humillantes con falta de información hasta graves secuelas físicas para la madre y el bebé.

«A Esther una episiotomía realizada hace 25 años le sigue produciendo dolor en sus relaciones sexuales. A Rebeca esa misma práctica le provocó un grave prolapso uterino que ha desencadenado en una incontinencia severa. A Conchi la ingresaron con madres que acababan de dar a luz tras sufrir la pérdida de su bebé en el último mes de embarazo», narra.

‘Vulnerables’ debe además recoger los casos menos graves y más difíciles de identificar porque no dejan secuelas físicas: «El de la violencia obstétrica es un problema global, estructural, sistémico, fruto de un sistema patriarcal capitalista que nos trata como un recipiente, con una falta de cuidado en la salud física y mental de las madres absoluta».

Por eso, insiste en que «la escucha a estas mujeres puede ser lo que active el cambio», para lo que es esencial reconocer que existe un problema, como ocurrió en su día, por ejemplo, con la violencia machista, antes normalizada y relegada al ámbito familiar, una realidad de la que no se podía hablar.

Marte insiste en que no está en contra de las habilidades obstétricas, que «es obvio que salvan vidas», ni de los profesionales sanitarios: «No creo que estén en el hospital con la intención de no asistir bien a las mujeres, sino que hay una importante falta de formación en la fisiología del parto, además de una priorización de los recursos. Hace falta un cambio de mentalidad».

Parte de este trabajo se puede consultar actualmente en su web vulnerables.info y el objetivo es una vez ampliado por el resto de España darlo a conocer con una exposición fotográfica, un vídeo documental y un libro.

«Mi deseo es generar un discurso tan amplio, tan devastador, que nadie pueda poner en duda que la violencia obstétrica existe y hay que acabar con ella. Que las mujeres no somos histéricas ni locas. Que el parto también forma parte de nuestros derechos esenciales a la salud y a la autonomía», reivindica.