Elena Sáenz: "La música es, sobre todo, emoción, y una necesidad de expresión"

La cartagenera Elena Sáenz posa con su flauta, quizá su instrumento predilecto.

La cartagenera Elena Sáenz posa con su flauta, quizá su instrumento predilecto. / Charlie Balibrea

La flautista cartagenera Elena Sáenz y su cuarteto Las Causas dieron inicio el año pasado a los conciertos del Cartagena Jazz Festival. Donde los dioses no escuchan (2022) es el nuevo álbum de esta artista ecléctica e inquieta; una propuesta inmersiva y envolvente de nu-jazz con músicos proceden tanto del jazz como del folk, donde juega un papel importante la improvisación, en un estudio de jazz fusión con músicas mediterráneas.

Experimentadora en varios campos del sonido, Sáenz ha demostrado ser una creadora poliédrica. Su ambiciosa apuesta por la variedad representa una aventura sorprendente, una sucesión de piezas con las que parece querer explorar todas sus inquietudes. En directo recorre y transforma los temas del repertorio de su primer disco, Escenas (2018), y los nuevos, presentándolos en formato cuarteto, como hará esta tarde en el Nuevo Teatro Circo de Cartagena. Además, en vivo se deja permear por el jazz rock, y este nuevo trabajo cuenta con sutiles tintes electrónicos de paisaje sonoro y de la world music. En definitiva, una propuesta que se aleja de lo convencional.

¿Qué conceptos visten y rodean tu música, tu forma de trabajar?

La apertura, la reinterpretación, el collage, la evolución... En mi obra prima el desarrollo de los materiales sonoros frente a lo estático e inamovible. Así es como yo concibo la música:como un material que evoluciona y que puede siempre dar lugar a algo nuevo.

¿Cómo se define musicalmente Elena Sáenz?

Como una habitante de espacios intermedios, como un improvisadora, una experimentadora. Me interesa la creación en tiempo real, la reutilización de materiales sonoros, la investigación artística, etc.

De hecho, en tu anterior proyecto primó improvisación, y con él giraste salas y festivales en formato one woman band (con loops en directo de flauta, guitarra, percusiones y voz). ¿Cómo se desarrolla en vivo ese formato? 

Sí. El público asiste en directo a la construcción de las diferentes capas de voces e instrumentos en un ejercicio de sincronización e interpretación musical. Todas las piezas las ejecuto yo sola en el escenario, sin grabaciones previas, grabando en directo de forma continua cada una de las pistas que forman la base de las canciones. Es muy plástico en directo, una experiencia diferente, de descubrimiento e inmersión para los espectadores.

¿Te has encontrado en alguna situación complicada?

Cada concierto es diferente y siempre pasan cosas. Todavía no he dado ningún concierto en el que no me haya sucedido algo diferente a lo que llevaba inicialmente en la cabeza o en el que no haya habido alguna cuestión técnica complicada: una cuerda que se rompe durante el concierto o algún resultado sorprendente con los loops… Pero supongo que esto es algo que va con ser improvisadora, con el propio concepto de ‘creación en directo’, así que no me resulta un inconveniente; cuento con ello de antemano y forma parte de la actuación.

Con tu disco Escenas arrancaste una gira con banda bajo el nombre Elena Sáenz - Cuarteto Las Causas. ¿Te sientes más constreñida creativamente hablando o todo lo contrario?

Todo lo contrario. Realmente la reelaboración de los temas con el cuarteto es uno más de los estadios del proceso: desarrollar los temas con otra gente, ver cómo llegamos a otro lugar partiendo de los mismos elementos... Es genial ver cómo toman nuevas formas según los integrantes de la banda. Además, con los músicos excepcionales que me acompañan en el cuarteto –ahora también quinteto– fluimos de forma muy natural sobre el escenario. Por cierto, ellos son Juan Antonio Hurtado, ‘Sopas’, guitarra y producción musical; Raúl Tortosa, bajo; Fernando José Gómez, ‘Chimi’, batería, y Antonio Mateo, el recién incorporado, al piano.

Escenas contiene música creada a partir de ideas extramusicales. ¿Cuáles predominan?

Son escenas sonoras evocadas a partir de sensaciones, ideas o imágenes no musicales. Se trata de desplazarse de la propia música para crear e improvisar desde otra perspectiva, desde la de la emoción o la de las sensaciones, sin pensar en música propiamente, solo en fluir, sentir y expresar. Las fuentes de estas imágenes van desde paisajes naturales a fuentes literarias, o a la evocación de experiencias vividas, y en las interpretaciones de estos temas se trata de evocar estas imágenes, estas sensaciones.

Llevas tiempo dando forma a tu proyecto personal. ¿Cómo te surgió esto de los loops?

El proyecto surgió de una necesidad de expresión en un momento de cambio en periodo de crianza. Me resultaba muy difícil quedar con otros músicos y músicas para ensayar y tocar, así que busqué la forma de hacerlo yo sola. Y a través de una loop station pude crearme bases e improvisar sobre ellas cuando tenía algo de tiempo. 

¿Te ayudó a expresarte mejor?

Cuando me juntaba con otros grupos, tenías un espacio limitado para improvisar, pero aquí se me abrió un mundo para desarrollarme musicalmente, sí. Hubo amigos músicos que me animaron a lanzarme a llevar al público lo que estaba haciendo, y ahí empezó todo.

¿Te sientes identificada en alguna escena? ¿Qué es el «poliestilismo» del que has hablado alguna vez? ¿La variedad era uno de tus objetivos?

Me siento identificada en todas las escenas relacionadas con las músicas improvisadas: el jazz, la fusión, el minimal, la world music, la experimentación... Pero la variedad no era un objetivo; más bien es el resultado de todo lo que llevo dentro, que es muy variado, y mezclándolo todo en una coctelera sale lo que hago, que no siempre es fácil de definir (lo que me gusta). Música instrumental, música que bebe de diferentes estilos, música abierta, música en definitiva... Y otras veces, instalaciones sonoras, obras mixtas… Por me gusta lo de ‘poliestilismo’, porque es una corriente en la que los creadores y creadoras utilizan múltiples estilos y medios para hacer en sus composiciones, y creo que se adapta bien a lo que hago.

¿Cómo ha sido tu crecimiento? ¿Dónde se han concebido y gestado estas nuevas historias?

Siempre he utilizado y me he interesado por todos los medios que me permiten desarrollar mis ideas musicales, y por conocer y entender la música por dentro, con un deseo insaciable de saber y entender. De esta curiosidad, y por el deseo de expresarme, me he formado y he estudiado la música en profundidad. Llegó un momento en que dije que ya era hora de hacer algo mío propio, porque sentía que interpretando música clásica o música barroca o tocando con otras formaciones no tenía bastante espacio para desarrollar lo que me nacía dentro, una necesidad de expresión que no cesa y que no creo que tenga fin (al igual que no tiene fin el aprendizaje de la música).

¿Cuándo nació tu vocación de cantante?

Creo que no tengo exactamente lo que se dice ‘vocación de cantante’, aunque lleve tocando y cantando desde pequeña. Yo lo que hago es utilizar todos los medios e instrumentos que tengo a mi alcance, y uno de ellos es la voz. Por supuesto, intento perfeccionar la técnica, pero como con todos los instrumentos que toco, porque para mí es como un instrumento más.

Este sábado te presentas en formato banda con Las Causas. ¿Cómo se define esta propuesta?

Es una propuesta musical que recorre y transforma los temas del repertorio del primer disco (Escenas) y de los nuevos temas de Donde los dioses no escuchan, en formato cuarteto de jazz fusión y músicas mediterráneas, con sonidos brillantes y una potente sonoridad. Los temas que se presentan combinan el formato tradicional de canción con la improvisación instrumental, fusionando estilos y registros: son músicas del mundo, es jazz, es canción y una experiencia inmersiva.

¿En torno a qué gira la temática de este nuevo disco?

La temática de este disco gira en torno a esos espacios intermedios ‘donde los dioses no escuchan’, donde solo estás tú y lo que quieras crear; al momento de la creación, a ese instante irrepetible y puro, despreocupados por compartirlo o contarlo. Es una reivindicación del disfrute del momento presente, donde solo importa estar. Tiene que ver mucho con mi forma de crear y mi forma de vivir la creación, ya que en ese lugar, en ese estado, me siento más feliz.

¿Te ha costado mucho grabar este disco?

Siempre me cuesta grabar, porque parece que cuando grabas las cosas ya ‘son’ y están acabadas, pero para mi la grabación es una parte más del proceso creativo que cumple una función. Me gusta pensar en las grabaciones como en que forman parte de la música que contienen, la cual siempre va a seguir evolucionando y en movimiento.

En el escenario, ¿das mucha libertad a los músicos?

Sí, muchísima. Y también en los ensayos a la hora de terminar de dar forma a los temas. En el proyecto con Las Causas, para los directos siempre partimos de una estructura clara, que suele corresponderse normalmente con la estructura de los temas standard en el jazz, y hay una organización estructural necesaria de partes, principios y finales, y de solos, propia de cualquier espectáculo dirigido al público. Si nos dejáramos llevar sin pensar en eso, seguramente los conciertos no acabarían. En los ensayos nos salen temas de más de diez minutos, pero para los directos lo hacemos muy ameno.

¿Te preocupa el control que pueden ejercer sobre nosotros los algoritmos, la inteligencia artificial o las aplicaciones de aprendizaje automático?

En lo referente a la creación musical, no me preocupa. Creo que la creación artística es exclusiva del ser humano. Iamus y cualquier ordenador o software productor de música o de arte no deja de ser un emulador de facultades humanas que aprende y realiza mecánicamente a partir de datos. Es mecánica, por tanto, y no lo considero ‘creación’, más bien, ‘combinación matemática’. En estos procesos creativos lo que falta es la emoción, y yo creo que fundamentalmente la música es emoción: parte de una necesidad de expresión.

Fecha: Hoy, 19.30 horas.

Lugar: Nuevo Teatro Circo, Cartagena.

Precio: 8/10 euros.