Bremen no existe (2022), título del nuevo disco de Biznaga, es una manera de decir que no hay futuro, pero que sí que hay camino, eliminando la supuesta meta de los punks ‘trotamúsicos’ que ilustran la portada, donde se lee –por si no había quedado claro– ‘Música para otra generación perdida’. Este cuarto álbum del grupo afincado en Madrid, el primero que graban para el sello Montgrí, es, efectivamente, el retrato certero de una generación perdida e irredenta –de otra más– que vive en una eterna crisis vital: «Hemos acabado con el pasado, y el pasado no ha acabado con nosotros aún».
Así, Biznaga vapulean conciencias con acritud punk-pop y abundantes guiños literarios (Conrad, Borges, Keats…), en ese diálogo intergeneracional de diez canciones que es Bremen no existe. La presentarán esta noche en la Sala REM de Murcia, dentro de la programación del Microsonidos 2023. Pero no estarán solos: les acompañarán Ave Alcaparra, estrenándose en directo, y Medalla, completando un frenético triple cartel. Para ir prevenidos, hablamos con Jorge Navarro, bajista y letrista de los madrileño.
¿Hay alguna intención de diálogo intergeneracional en vuestro disco?
Totalmente. A este respecto, nuestras intenciones son claras, y se ven refrendadas al comprobar lo generacionalmente heterogéneo de nuestro público. Estamos convencidos de que muchas de las cosas de las que hablan nuestras canciones no le resultan ajenas a personas de al menos tres generaciones distintas, todas atravesadas por el sin sabor de la expectativa no cumplida, la desafección consecuencia del desencanto y la precariedad casi como un contexto natural.
Y..., generacionalmente hablando, ¿dónde os situáis vosotros? ¿Dónde se sitúa Biznaga?
Pues, por edad, entre los nacidos a mediados de los ochenta y mediados de los noventa.
¿Es muy importante en vuestro disco la presencia del pasado en el presente?
Rotundamente, sí. En ese sentido es un disco de esencia hauntológica. Pretende establecer un diálogo entre pasado y presente para que los futuros que están por llegar no vuelvan a ser perdidos.
Líneas de sombra, la canción que abre el disco, ¿alude al libro de Joseph Conrad? ¿Resulta ahora más complejo discernir entre jóvenes y adultos?
Sí, alude al concepto de madurez que presenta el libro de Conrad. Lo que ocurre es que el paso a la edad adulta se hace más difuso en la actualidad, se asume más tarde que hace treinta años (si es que termina de asumirse en algún momento...). De eso habla nuestra canción. De ahí ese ‘otras’ líneas de sombra.
Para Biznaga, ¿el punk es un estilo de música, de vida...? ¿Sois más de Buzzcocks o de Discharge, o de ninguno de los dos?
‘Punk’ es una palabra de cuatro letras que puede significar muchas cosas. Si la identificamos como una energía iconoclasta o disruptiva o cuestionadora del orden establecido, existirá y ha existido siempre, incluso antes de que se usara esa palabra para definir una actitud o un sonido en los setenta. Si nos circunscribimos al ámbito del pop, está claro que su significado rebasa lo meramente musical, al tratarse de un movimiento subcultural que dejó algunas líneas maestras de suma importancia como pueda ser el DIY [el movimiento Do it yourself, ‘Hazlo tú mismo’]. En resumen, para mí el punk no es una única cosa. Ah, y yo soy más de Wire.
¿Cómo habéis vivido vuestro cambio de sello a Montgrí después de tanto tiempo con Slovenly?
Como en cualquier relación de cualquier tipo, después de tanto tiempo, necesitábamos un cambio. Y ahora no podemos estar más contentos con esta decisión.
Habláis de Madrid con frecuencia, grabáis Madrid nos pertenece en el bar Weirdo. ¿Qué significa para vosotros esta ciudad? Contiene la frase «Vienen tiempos nuevos y salvajes». ¿Un homenaje a Ilegales?
Madrid es la ciudad en la que vivimos, algunos desde hace más de una década, otros incluso han nacido aquí. La sentimos nuestra casa y, aunque a veces nos resulte agresiva o anodina por culpa de la deriva mercantil depredadora que padece desde hace años y que va en aumento, siempre hay algún rincón donde refugiarnos con los amigos. Contestando a la otra pregunta, sí, es un homenaje a Ilegales, grupo que nos gusta mucho a todo el grupo.
Se siente un anhelo de calle a lo largo del disco. ¿Tiene que ver con el momento en que se compusieron las canciones, tiempo de restricciones?
Sí, está bastante relacionado.
Para Domingo especialmente triste contáis con Isa, de Triángulo de Amor Bizarro. ¿Cómo surge esta colaboración?
Surge al necesitar una voz femenina para el estribillo, porque pensábamos que con esa melodía podría brillar más. Nosotros habíamos grabado una versión de una canción de Triángulo de Amor Bizarro para su disco Detrás del espejo: variaciones y ecos (2020), y a raíz de eso habíamos entablado relación con ellos. La admiración era mutua, y a Isa le iba estupendo el registro de nuestra canción, como demuestra el resultado final. Era de cajón.
Una historia de fantasmas parece como si apelara al pasado que vuelve. ¿Cuáles son vuestros temores?
Te diré uno: la imposibilidad de imaginar otros futuros posibles.
En la discografía de Biznaga siempre ha estado el desencanto. ¿Cuáles serían los puntos fuertes de este disco?
En lo lírico, el diálogo temporal que apela a un par de generaciones atravesadas por ese desencanto. En lo musical, el equilibrio entre la melodía brillante de las composiciones y la contundencia del sonido.
Os remontáis hasta el Espíritu del 92 («el castillo hinchable de la marca España hace tiempo que pierde aire»). ¿Lo tomáis como punto de partida de los males actuales?
Muchas de las lógicas y las dinámicas corruptas que afectan de forma estructural a la política institucional y, por ende, a la sociedad española, datan de esos mismos años en los que el telón de fondo eran los fastos de la Expo y las Olimpiadas.
¿A quiénes os referís en Filósofxs intempestivxs que citáis en la canción?
A nadie en particular, incluidos nosotros mismos.
En Contra mi generación decís: «Lo que no pudimos hacer aún es posible tal vez». ¿Hay esperanza? ¿No decía el punk aquello de ‘No future’? ¿Bremen podría simbolizar la promesa de un futuro?
Bremen simboliza que somos más fuertes unidos, y que lo verdaderamente importante es el camino.