Alfonso Albacete (Santiago de la Ribera, 1963) regresa mañana a la gran pantalla. Mucho ha llovido desde el estreno de su última película, Solo química (2015), pero es que..., ya se sabe: en los últimos años han pasado cositas... Además, el que tenía entre manos cuando nos golpeó la pandemia era un proyecto internacional, lo que condicionó todavía más la agenda del cineasta, que quería grabar (y grabó) en México; en parte, su nueva película dependía de ello. Porque en La novia de América (2023), el murciano habla de cómo no basta con hablar el mismo idioma para entenderse; de prejuicios, estereotipos y tolerancia (tanto en lo que respecta a culturas ajenas, como la del país azteca, como a formas de pensar y de entender el amor). Y todo ello con la ayuda de su familia, porque esta película está coescrita junto a su hermana Charo y sobre una experiencia personal: la de dos hijos que cruzan el charco para asistir a la boda de su padre con una mujer treinta años más joven que conoció por internet. Encabezan el reparto Miren Ibarguren, Ginés García Millán, Pol Monen, Eduardo Casanova y Pepa Charro, ‘La Terremoto’, junto con los mexicanos Diana Bovio, Maribel Guardia y Christian Vázquez.

A escasos días del estreno… ¿cómo se siente, Alfonso? Hacía siete años que no se enfrentaba a un momento así.

Siempre digo que el día más feliz de mi vida es ese en el que empiezo a rodar: es cuando mejor me lo paso; cuando, conseguida la financiación y superados los ensayos, dices «¡Acción!» y comienzas a disfrutar de verdad. Pero, sin duda, el segundo día más feliz es aquel en el que solo ese trabajo ve la luz por fin en pantalla grande. Así que estoy muy contento, sobre todo después de pasar por todo lo que hemos pasado para que esta comedia llegue a los cines a lo grande. Fíjate que ha tenido que meterse México de por medio para que así sea... En fin, que estoy deseando que la gente pueda verla.

Igual esta pregunta le resulta estúpida porque sacar una película adelante es algo muy difícil y muy costoso y, además, ya sabemos que los últimos años han sido especialmente complicados para trabajar en el sector, pero… ¿por qué ha tardado tanto tiempo en volver a la gran pantalla? ¿Ha sido cosa de la covid o hay algo más? Nunca había pasado tanto tiempo entre una película suya y la siguiente...

No; en esencia, ha sido eso. De hecho, teníamos que haber empezado a rodar antes de la pandemia, pero la cosa se retrasó y justo se nos vino el virus encima. Lo que le he pasado a tantos otros, vaya. Pero si es verdad que cada vez está más complicado eso de conseguir financiación en España... Aún así, aquí estamos; La novia de América es un triunfo.

Es un triunfo y... ¿hasta qué punto es una historia basada en hechos reales? Porque realmente suena a trama de película…

[Ríe] Es una historia real. A mí, hace quince años, me llama mi padre y me dice que ha conocido por Internet a una chica que es treinta años más joven que él y que se va a casar con ella en México. Y allí que fuimos mi hermana Charo –coguionista de La novia de América– y yo. Ya entonces, durante la ceremonia, decíamos: «Esto es una comedia», «Esto hay que contarlo». Era muy divertido ver el choque cultural entre mexicanos y españoles... 

Fotograma de la película

Un clásico (en términos de comedia, claro).

Sí. Pero, sobre todo, a mí toda esta historia (la boda de mi padre, el choque cultural) me sirvió como premisa para tratar temas que me interesaban particularmente, como los prejuicios y cómo si los eliminamos de la ecuación nos damos cuenta de que podemos entender mejor a la gente, de que podemos comprenderles y tolerar sus diferencias; incluso acercarnos a ellas. También, en este sentido, quería hablar –y así lo he hecho– de la gran diversidad de formas de amor. El personaje de Ginés, por ejemplo, no acepta la sexualidad de su hijo –interpretado por Pol Monen–, pero éste no entiende que su padre esté con una mujer, no solo más joven, sino, también, de otra cultura y clase social. 

Este es un tema que ya ha tratado, en mayor o menor medida, en películas anteriores. Me refiero a la reivindicación de lo que nos hace…, no diferentes, pero sí distintos; cuestiones como la cultura, la sexualidad y la manera tan particular que tenemos de pensar y de ver la vida cada uno. ¿Por qué le interesa tanto este tema?

Pues porque creo que estamos dando pasos hacia atrás en este sentido. Porque hay gente que lo está pasando muy mal porque los otros no aceptan esas diferencias. Y eso ocurre en Latinoamérica, pero también en España, donde hay chavales que sufren porque sus familias no toleran cómo son. En la película, por ejemplo, el personaje de Ginés llega a decir que él podría llegar a aceptar a una chica trans si no es su hijo.

Pero, todo ello, con mucho humor. Porque La novia de América es el perfecto ejemplo de que, efectivamente, a veces la realidad supera a la ficción, y de que no siempre ocurre en lo dramático, sino también en la comedia. Y es que, aunque últimamente nos cueste más, la vida también nos da momentos para reírnos.

Por supuesto. Además, el humor es un vehículo maravilloso para tratar temas... difíciles, complicados. Pero que nadie se confunda: yo con La novia de América he querido hacer una comedia con todas las letras. Y a lo grande, porque te aseguro de que ese choque entre españoles y mexicanos funciona tanto aquí como allí, donde lleva tres semanas seguidas en el número uno. Eso sí, el público se ríe en sitios diferentes... [Risas]. 

¿Cuesta más empezar una historia desde cero, digamos, o trasladar a la pantalla un relato como este, vivido, familiar, en el que supongo que todo es mucho más personal (aunque luego eso se traslade o no a la película)?

Bueno..., no lo sé. Es que esta película es pura ficción; no es un biopic. La historia de mi padre es simplemente una excusa para hablar de otras cosas y hacer un viaje a ese México colorista tan maravilloso. Al final, más que contar un episodio familiar, el objetivo principal de La novia de América era plasmar en la pantalla cómo, aunque aquí y allí hablamos el mismo idioma, no nos entendemos. Lo que da lugar a ‘encontronazos culturales’ muy graciosos que han quedado reflejados en esta película, como uno divertidísimo que protagoniza Pepa Charro, ‘La Terremoto’, en relación con la leyenda de La Llorona.

Fotograma de la película

Hablando del cast, el que se encarga de interpretar al ‘novio’, al personaje inspirado en su padre, es Ginés García Millán, con el que creo que tenías muchas ganas de trabajar…

Sí. Y ha sido un verdadero descubrimiento tanto a nivel personal –porque es un tipo maravilloso, entrañable y al que quiero tener cerca para toda la vida–, como desde el punto de vista profesional. Porque no estamos acostumbrados a verle en comedia: casi siempre, tanto en la tele y el cine como en el teatro, encarna papeles dramáticos, pero es un hombre realmente divertido y con un gran sentido del humor. Y ese es el Ginés que yo me he llevado a La novia de América y que me ha regalado un momentazo como es ese en el que su Pepe [en referencia al personaje que interpreta en la película] le canta a su amada un corrido mexicano con acento murciano. Para mí, esa escena debe pasar a la historia de la comedia [Ríe].

Hace un tiempo estuve hablando con él y le preguntaba si ya se quedaba en España, después de haber estado en México grabando una serie para Netflix durante la pandemia [¿Quién mató a Sara?], y me decía que no, que se volvía para allá para grabar con usted. Me quedé bastante loco, la verdad: dos murcianos sobrevolando el Atlántico para rodar una película al otro lado del charco (supongo que por exigencias del guion). No obstante, me chivan que La novia de América tiene muchos guiños a la Región...

Muchísimos. Los murcianos se lo van a pasar muy bien viéndola. Y la verdad es que fue bastante loco trabajar allí con Ginés, porque es que, nada más llegar yo allí –lo que es aterrizar y callejear por DF–, me di cuenta de lo conocido que era en México: ¡había carteles gigantes con su cara por todas partes! Con aquello de haber interpretado a un personaje importante de ¿Quién mató a Sara?, cuando salías con él, notabas cómo la gente le reconocía, y veías cómo se le acercaban, le pedían fotos, etc.

Por cierto (y perdón que me desvíe del tema, aunque sea puntualmente): en los últimos meses parece que se está haciendo un trabajo importante desde la Comunidad para impulsar la Film Commision de la Región de Murcia. Supongo que es una buena noticia, ¿no? Porque, siendo sinceros, no se rueda mucho por aquí…

Sí. Fíjate que intenté que la parte española de La novia de América se rodara en la Región, pero no hubo forma... Me tuve que ir a Pamplona. Imagínate: recrear a una familia murciana en el norte... [Risas]. Así que sí, ojalá esto cambie porque estoy deseando rodar en mi tierra, y no solo por trabajar en casa, sino que tenemos actores buenísimos y sitios maravillosos que merecen ser vistos en pantalla grande.

Vuelvo ya a La novia de América. Antes hablábamos de la familia, pero es que esta película no solo está inspirada en una historia de su padre, sino que la ha coescrito junto a su hermana Charo, con quien nunca había hecho un proyecto tan grande. Imagino que era la persona idónea para un trabajo así...

Sí. Charo y yo compartimos un sentido del humor muy parecido, con lo que sentarme con ella a recordar y a reírnos de todo lo que nos ha pasado para luego plasmarlo en el papel fue una experiencia maravillosa. Además, quienes la conocen se darán cuenta enseguida de que la protagonista, a la que da vida Miren Ibarguren..., es ella, es Charo; es su carácter.

Y quienes no la conozcan, tendrán la oportunidad de hacerlo este sábado. Porque La novia de América llega este viernes a los cines de todo el país, pero al día siguiente tienen un evento especial en Murcia...

Sí. Estaremos en los cines del Centro Comercial Myrtea introduciendo las sesiones de las 18.00, 20.00 y 22.00 horas, presentando la película, contando secretos y anécdotas, historias del rodaje... Los dos primeros pases ya han agotado localidades, pero para el último todavía quedan entradas.

Para finalizar: aunque La novia de América todavía no ha llegado a las salas, hace unas semanas anunció que está trabajando en una miniserie documental sobre Tino Casal y, además, me cuentan también que ya está tramando algo con Cayetana Guillén Cuervo…

La miniserie de Tino Casal, que he hecho para Atresplayer, ya está terminada. Ha sido fantástico investigar y redescubrir a una personalidad tan influyente como la suya, y estoy muy contento con cómo ha quedado el documental. Y sí, mi próximo proyecto es una película que he escrito con Cayetana y que ahora estamos moviendo para conseguir financiación (espero que esta vez no tarde siete años en salir adelante...) [Risas]. Es una dramedia, una historia más íntima; es otro giro, como Sobreviviré (1999), pero ahora. Y estoy deseando poder volver a dirigir a Cayetana, con la que empecé en esto del cine hace ya algún tiempo, con Más que amor, frenesí (1996) y Atómica (1998).