Entrevista

Diego Vasallo: "Mis obras, mis cuadros, son casi una corrección constante de procesos azarosos"

"Creo que el impulso creativo es siempre el mismo: una necesidad de comunicación, de expresión, de búsqueda... El lenguaje viene después"

Diego Vasallo, en su exposición.

Diego Vasallo, en su exposición. / Francisco Peñaranda

El Colegio de Gestores Administrativos de la Región de Murcia ha organizado el ciclo ‘Músicos pintores, pintores músicos’, centrado en la obra gráfica de artistas españoles actuales que, quizá, sean más conocidos por su desempeño sobre el escenario que ante el lienzo. Desde ayer y hasta el 4 de mayo, el protagonista de este programa de exposiciones es el donostiarra Diego Vasallo.

Músico, escritor y pintor, el guipuzcoano, inquieto exintegrante de Duncan Dhu, ha apostado siempre por el riesgo y los cambios, por la libertad creativa, y no solo en lo musical: es también virtuoso con el pincel (en realidad, fue la música la que se cruzó en su camino y no al revés, como podría parecer). Así que, mientras sigue girando con Caemos como cae un ángel (2022), expone también su obra pictórica, reunida en esta ocasión bajo el nombre Rastros y huellas: la mecánica del azar.

Compaginas la música con otra de tus pasiones, la pintura. Además, para ti fue primero la pintura y luego la música, que llegó por azar.

Sí, así es. Desde muy crío me han interesado las artes plásticas. Luego empecé Arquitectura y estuve en un par de academias de diseño gráfico; me gustaba mucho la ilustración, el cómic, la pintura..., todo lo relacionado con la plástica. Ese era realmente mi camino. Hasta que se cruzó la música por ahí en medio y formamos la banda. Eso digamos que me trastocó absolutamente los planes y me cambió la vida.

¿Eres más un músico que pinta o más un pintor que hace música?

Después de tantos años ya no lo sé. Yo me he dedicado más a la música por cuestiones profesionales, porque ha salido así, pero no estaba realmente planeado. También es cierto que nunca he dejado de pintar: siempre lo he hecho y siempre lo haré, es algo para mí como muy natural, imprescindible en mi vida. Así que trato de compaginar ambas cosas, aunque no es fácil porque tienen procesos casi antagónicos... La pintura es un trabajo introspectivo, solitario, de meter muchas horas, de constancia, donde los progresos se ven a largo plazo..., una actividad lenta. Y la música es casi todo lo contrario: una especie de torbellino donde trabajas con mucha gente, colaboras con otros músicos, sales de gira, viajas, estás en contacto con el público... Son actividades que tienen procesos distintos.

Aute, Manolo García, Carlos Tarque… Muchos músicos se dedican a la pintura.

Hay muchísimos artistas que practican distintos lenguajes para expresarse. Porque yo creo que, en el fondo, el primer impulso creativo es siempre el mismo: una necesidad de comunicación, de expresión, de búsqueda, y el lenguaje viene después, a veces basado en un talento muy evidente, muy natural. Hay gente muy dotada para la música que se expresa así porque es su herramienta más innata. A veces también depende de las circunstancias, de lo que se te haya cruzado en la vida, o a quién hayas conocido, como por ejemplo fue mi caso, con la música, pero yo creo que es bastante natural que un creador utilice varios lenguajes. También hay muchísimos pintores que escriben, y viceversa, escritores que pintan. En fin, yo creo que las artes se contaminan unas a otras.

Aquí vas a exponer Rastros y huellas. La mecánica del azar. ¿Qué recoge la exposición? ¿Tiene algo que ver con el ensayo de Jacques Monod?

Tiene que ver con el azar, efectivamente, porque por lo menos en mi trabajo ha sido algo fundamental. Yo creo mucho en los procesos azarosos dentro de la actividad constante, y en aprovechar el azar o, más que aprovechar, introducirlo en tu propio mecanismo. Es como un elemento más. Está la técnica, el material, la supuesta inspiración y luego está el azar, un elemento muy interesante, porque te lleva a sitios desconocidos si en ese momento lo puedes utilizar a tu favor. En mi proceso sobre todo pictórico es algo fundamental; mis obras, mis cuadros, son casi una corrección constante de procesos azarosos. Es algo que va surgiendo, y sobre lo que va surgiendo, vas corrigiendo y modificando. Para mí es la esencia.

Llevas exponiendo más de veinte años y tus obras, aunque no sean figurativas, parecen beber mucho del paisajismo.

Mis cuadros también han ido cambiando mucho a lo largo de los años. Empecé siendo más figurativo, casi te diría que con un dibujo cercano al cómic, que es un género que me parece fascinante. Y a partir de ahí fui experimentando, y la obra fue cambiando casi por sí sola hasta llegar a terrenos más abstractos. Y es verdad que, quizá, en los últimos tiempos, bebo mucho del paisaje, sobre todo el paisaje romántico, de los paisajistas norteamericanos, de los preimpresionistas...

¿En esta exposición vas a presentar tu obra más reciente?

Hay un poco de todo. Para esta exposición he rescatado cuadros de hace unos cuantos años y también hay cosas bastante recientes. He intentado hacer una especie de síntesis de mi trabajo de los últimos diez años.

¿Te interesa el color?

Es un elemento más, pero es verdad que en mi pintura ha ido desapareciendo progresivamente. Mis cuadros se han quedado casi en…, no monocromáticos, pero poco más. Actualmente, la verdad es que solo utilizo dos colores a la hora de pintar: un negro y un amarillo ocre, y, a partir de ahí esa es toda la paleta… El color no es mi mayor preocupación a la hora de la expresión. Me interesa probablemente más la textura, la composición, el grafismo, el collage… Pienso que puede tener que ver con el paisaje de mi tierra: aquí los cielos son bastante grises durante gran parte del año; el mar también es bastante gris y oscuro en invierno, y yo creo que ese paisaje de alguna manera se te queda un poco dentro, se te queda en la mirada para siempre.

¿Qué se puede observar dentro y fuera de los márgenes de tus cuadros?

A mí lo que me gusta que se vea no solo de mí, sino de cualquier artista, es una forma de ver la realidad. Y eso lo podría aplicar tanto a las canciones, a la escritura... Es lo que a mí me interesa también de otros artistas, su mirada personal. Y yo lo que intento comunicar es esa mirada, esa forma de ver las cosas.

¿Cuándo pintas es como cuando compones? La letra de Un metro de nieve, como las de muchas otras de tus canciones, tiene hechuras muy literarias, pero también se corresponde con la descripción de tus cuadros.

Ya digo que son procesos muy distintos, pero sí, ese ambiente paisajístico brumoso... Es que esa canción en concreto me parece casi como un paisaje... A veces parece como que he intentado hacer un paisaje con la música. Uno no siempre es muy consciente de lo que hace, por lo que tal vez sí los procesos tienen más que ver de lo que yo mismo podría haber pensado.

Además de la pintura y la música, también te manifiestas como escritor. Tu último libro, El porvenir no llega, el pasado no importa (2022), es un híbrido entre géneros.

Sí. Yo hasta ahora he publicado tres poemarios cortos: los dos primeros iban acompañados de dibujos y, este último, de fotografías; pero de fotografías a la manera más de un paseante que intenta atrapar el momento. Son libros, por tanto, un poco híbridos. Este último en concreto podría ser una especie de diario con forma de poemas en prosa. Pero sí, me gustan los libros que mezclan géneros: entre el ensayo, el diario, el poema... Es a lo que me lleva a mi escritura, que por otro lado es bastante poco premeditada. Me lleva a hacer esa especie de textos breves un poco dispersos que pueden tomar diferentes formas.

Sigue la gira de Caemos como cae un ángel. ¿En qué momento musical te encuentras?

Me encuentro casi a las puertas de empezar a grabar unas nuevas canciones que conformarán esta vez un EP de cinco o seis temas, y espero que salga a lo largo de 2023. Estoy en un momento muy activo musicalmente, con mucha curiosidad, probando cosas. Intuyo que se avecinan cambios también en mi lenguaje, en mis canciones, y son momentos para mí muy excitantes: cuando notas que algo está cambiando, pero todavía no sabes exactamente cómo se plasmará en el disco. Estoy ahora mismo en ese proceso de búsqueda, que es de los momentos de todo el proceso creativo que más disfruto.

En este país, has dicho, es complicado tener una carrera artística larga, pero tú la has tenido. De hecho, buena parte queda reflejada en el documental que está realizando Beatriz Echeverría, Diego Vasallo, la posteridad para más tarde.

Ella lo explicaría mejor que yo, porque al fin y al cabo es un trabajo de autora, de ella, pero creo que quiere plasmar un poco todo esto que estamos comentando, todos los procesos creativos tanto en pintura como en música, las influencias, de dónde vienen las cosas... Ha rastreado mucho en mis fuentes primitivas -como los primeros cómics que leía-, ha estado mucho tiempo conmigo, también con gente de mi entorno... Estoy muy agradecido a Beatriz por esta incursión en mi obra, y con muchas ganas de ver terminada la pieza.

¿Te consideras un outsider en este circo de la música?

No lo sé. Yo creo que al final uno está donde las circunstancias te ponen. Tú vas trabajando, vas haciendo lo que crees que tienes que hacer, lo que puedes hacer... y todo eso te pone en tu sitio. No sé, no me planteo mucho dónde estoy. Pero sí es cierto que siempre he intentado trabajar de la manera más libre posible, y no ceñirme a ninguna presión, ni corriente ni búsqueda del éxito, digamos, más comercial. Sobre todo hablo de mi carrera en solitario, por supuesto.