El Museo Cristóbal Gabarrón de Mula inaugura hoy su nueva colección permanente con una selección de más de cien trabajos del afamado creador murciano. Se trata, además, de una muestra compuesta en su mayoría por piezas pertenecientes a la última etapa creativa del artista, que ha evolucionado hacia la sencillez y la esencia tras una grave convalecencia por coronavirus.

«Tuve covid, estuve ingresado y sentí miedo», confesó este viernes en rueda de prensa el pintor y escultor, nacido en Mula en 1945 y afincado entre Valladolid y Estados Unidos. Ese contacto en primera persona con la enfermedad, que aún arrastra, y la incertidumbre por su futuro le llevó a iniciar un proceso de introspección que se tradujo en una reafirmación de su apuesta por el humanismo, un mayor compromiso con el entorno, una reivindicación de los grandes temas sobre los que ha girado su trabajo –como la infancia, la naturaleza, los valores humanos o la justicia– y a desarrollar una mirada más nítida hacia la filosofía y el misticismo.

La exposición, titulada Gabarrón sin límites y presentada por el propio autor en Murcia, ocupa parte de la planta baja, el primer piso, la escalera principal del torreón y los dos patios del emblemático edificio del siglo XVIII, conocido como la Casa Pintada de Mula. Bajo los epígrafes Donde vive el olvido, El nacimiento del tiempo, Barrio del color, Las palabras que se quedan en silencio y Nacidos para el olvido, entre otros muchos, el veterano creador plantea un recorrido por su producción del último lustro, especialmente la de los últimos dos años y medio.

También hay guiños a su trabajo de arte público a través de una pequeña muestra de su proyecto Universo de luz, iniciado en 2015 para conmemorar el setenta aniversario de Naciones Unidas y que desde entonces ha recorrido distintas ciudades de todo el mundo para reivindicar los valores humanos. Asimismo, la muestra reúne sus últimas investigaciones sobre el trazo y la mancha, con las series Viviendo en mi universo y Los demonios de Vincent; una pintura de muy reciente creación sobre la Elocuencia del silencio; doce pequeñas esculturas y pinturas reunidas en el título Poemas de la mar y una instalación en la que reflexiona sobre el misticismo a través de arena, sal y pieles de palmera a modo de máscaras.

El visitante también encontrará el lienzo de 27 metros cuadrados que sirvió de preparación de su proyecto ‘Ámbito’, iniciado en 2022 a través de acciones de arte en vivo junto a artistas de otras disciplinas en seis países distintos, y que le llevará en los dos próximos años a completar una especie de «vuelta al mundo cultural» por los cinco continentes.

«En los últimos años he modificado ciertas cosas en mi trabajo; no tanto en lo físico, que también, sino sobre todo a nivel mental», explicó el autor durante el encuentro con los medios, celebrado en la cafetería del Museo Arqueológico. Y es que Gabarrón siente un cambio «mucho más espiritual» en su obra y una experimentación hacia el sincretismo de las que se siente muy satisfecho, según comentó. 

«Cuando te encuentras en una situación en la que puedes morir, te planteas cuestiones vivenciales (...) y yo necesitaba darme respuestas a cosas que quería cambiar», explicó el muleño, que se refirió a su trabajo como «latoso»:«Primero la pienso (la obra), la pregunto, la veo mentalmente... y luego la ‘bajo’ a pequeños dibujos que desmenuzo poco a poco...».