Entrevista | Alberto Soler Poeta

Alberto Soler: "La poesía es uno de los últimos reductos fuera del utilitarismo imperante"

El cartagenero, técnico encargado del buen funcionamiento del Proyecto Mandarache, ha regresado a la poesía de la mano de la microeditorial murciana Ad Minimum. Ocho años después de publicar su primer libro, 'Los tigres devoran poetas por amor' (2014), publica ahora la ‘plaquette’ '¿Es que quieres que te llamen mariquita?'

Alberto Soler (i) firma ejemplares de su nuevo cuadernillo junto al  ilustrador Siddharth Gautam Singh.

Alberto Soler (i) firma ejemplares de su nuevo cuadernillo junto al ilustrador Siddharth Gautam Singh. / L. O.

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Alberto Soler (Cartagena, 1980) siempre está. La cosa es que habitualmente aparece en un segundo plano. De hecho, son ya casi veinte años haciendo literatura de la mano del Proyecto Mandarache, pero no frente al teclado y el folio en blanco, sino desde la sala de máquinas. Él es quien se encarga de que todo funcione en uno de los certámenes más particulares –e internacionales–de la Región, el que se encarga de «darle a los pedales». Pero él no es solo un técnico municipal; es un apasionado, un fiel creyente, un devoto de las letras. Por eso es la persona más indicada para desempeñar ese trabajo y por eso a nadie sorprende que en su interior ‘esconda’ una voz poética propia. Ya hace ocho años publicaba Los tigres devoran poetas por amor (2014), su primer libro, con el que salía momentáneamente de las sombras, pero, exceptuando pequeñas publicaciones en revistas, antologías y catálogos, no había vuelto a hacerlo hasta ahora. Pues recientemente ha visto la luz, de la mano de la microeditorial murciana Ad Minimum, una plaquette con cinco textos que llevan su firma y que ha titulado ¿Es que quieres que te llamen mariquita? (2022). Hablamos con él para conocer mejor esta obra y tomar su pulso literario.

Recuerdo que la última vez que hablamos me dijo que el Premio Mandarache se había hecho tan grande que le dejaba poco tiempo para otras cosas..., pero parece que al menos un ratito ha sacado para escribir poesía...

[Ríe] Bueno, a publicar cinco poemas en ocho años yo no lo llamaría «sacar tiempo para escribir poesía».

De hecho, le reconozco que en un primer momento me ha sorprendido esta faceta suya, aunque ‘googleándole’ veo que esta no es su primera incursión en la literatura como actor protagonista: en 2014 publicó con Balduque Los tigres devoran poetas por amor, y... ¿qué ha pasado con la poesía desde entonces?

Pues que no he escrito mucho. En los últimos años he vivido una fase intensa de cuidados familiares y de fuerte dedicación al trabajo. No soy ese escritor prolífico a quien leer le lleva a escribir y a publicar, pero sí que siento que lo creativo es una parte fundamental de mi estar en el mundo: produzco constantemente textos, ideas, iniciativas, discursos, proyectos... Y soy una persona muy relatadora. Todo lo tengo que poner en palabras. Es en ese relatar, en ese proceso creativo, es donde elaboro el sentido de lo que hago y de lo que soy. Yo no sé pensar sin palabras.

¿Y qué le ha llevado a publicar ahora estos textos? ¿Se lo propusieron las chicas de Ad Minimun o fue usted el que sintió que estos textos debían ver la luz y que esta era la mejor forma?

En realidad esta plaquette es el cierre feliz de una historia que viene de largo. Beatriz me propuso publicar hace tiempo uno de sus cuadernillos y llegué a escribir un borrador inicial que contenía, de hecho, otros poemas, pero el proyecto se enfrió por razones ajenas y no llegamos a publicarlo. Años más tarde, durante la pandemia, Bea me propuso retomarlo y el proyecto tomó una energía nueva. Le envié estos poemas, que no tenían nada que ver con los anteriores, y todo encajó muy rápido en nuestra cabeza. Detrás de este Ad Minimum hay mucho entusiasmo compartido. Ha sido bello.

¿La poesía solo es útil si se publica? Lo digo porque la sensación al leer estos cinco poemas es la de que para usted es, casi más que una herramienta de reivindicación pública (ahora hablaremos), un espacio para la reflexión personal, e igual esa función puede cumplirla aunque luego se quede en un cajón...

Yo creo que la poesía es mejor cuanto más inútil. Para mí la poesía es uno de los últimos reductos fuera del utilitarismo imperante. Por otro lado, en la poesía –y en la literatura en general– para mí no hay diferencia entre la descarga emocional o personal y la reivindicación pública, como dices. Todo forma parte del mismo torrente.

Por cierto, ¿se siente cómodo a este lado (en el de los autores) o prefiere su faceta como, digamos, ‘gestor cultural’? Al final, publicar es exponerse...

Me siento cómodo como poeta intermitente. Me divierte el coqueteo con la poesía y siento que no tomarme a mí mismo en serio como poeta –aunque me tomo muy en serio la poesía– me ayuda a escribir con más libertad y me da la suficiente osadía como para publicar. De todos modos, al final lo que me importa de publicar es lo que hay tras ese exponerse, la ola que vuelve tras la lectura por parte de otras personas. 

No creo que lo personal y lo político sean planos antagonistas; al contrario, creo que son complementarios

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En este sentido, me gustaría preguntarle por el título de este cuadernillo, ¿Es que quieres que te llamen mariquita?. ¿Qué pretendes decir con ello? ¿Hay alguna intrahistoria?

Se trata de una frase que desgraciadamente es bastante habitual que las personas que habitamos las disidencias de género escuchemos alguna vez durante la infancia. Sí, yo también la escuché. 

Los cinco textos editados giran en torno a esa diversidad de género. ¿Cuánto de personal hay en esta obra?

Casi todo lo que escribo es híbrido. En estos poemas, lo biográfico –el diálogo con mi niñez sobre todo– convive con un dar recorrido a preguntas y reflexiones en torno al género que vienen de un lugar más intelectual y más político. Pero de hecho no creo que lo personal y lo político sean planos antagonistas; al contrario, creo que son complementarios.

Todos tienen un regusto amargo. ¿Era inevitable por cómo vivimos hoy en día la diversidad de género?

Las violencias de la heteronormatividad siempre son amargas, aunque también es posible que estos poemas sean así porque soy una persona que se siente cómoda con sus tristezas.

Dos de estos textos se escapan al esquema habitual del poema. Son, más bien, prosa, pero de un lirismo indiscutible. ¿Qué aportan estas dos historias, anécdotas ajenas (pero entiendo que reales) al conjunto de esta obra?

Son dos textos que coquetean con el lenguaje científico o con la crónica. Trataba de enfrentar el mal uso de estos lenguajes, revestidos de crediblidad y legitimidad, a la poesía –y las humanidades– como lugar de indagación y como motor de conocimiento. 

¿Buscas alguna reacción particular en el lector?

Cuando escribo busco conmoción y deconstrucción. Lo mismo que busco cuando leo.

Creo que el formato de Ad Minimum le viene como anillo al dedo a esta pequeña serie de poemas (la concisión refuerza la potencia del mensaje, a mi parecer). ¿Qué opina del proyecto de Olivia Martínez Giménez de León y Beatriz Miralles de Imperial?

Yo estoy muy feliz de publicar este cuaderno con Ad Minimum. Admiro desde hace tiempo la iniciativa de Beatriz y Olivia y creo que deberíamos impulsar la visibilidad y la proliferación de este tipo de proyectos que se alejan de la urgencia editorial y que nacen bajo postulados anticomerciales con vocación de hacer algo cuidado y bello, pero pequeño y fuera de la lógica de la rentabilidad. Una ráfaga de microimpactos para detonar la nueva era.

Por cierto, la obra se completa con una ilustración del artista indio Siddharth Gautam Singh. ¿Cómo se ha gestado esta parte del cuadernillo? ¿Él trabajó libremente sobre sus poemas o hablaron y usted le guió a la hora de elaborar esta pieza?

Siddharth es un artista con un universo fascinante. Cuando Beatriz me pidió alguna propuesta de ilustrador no lo dudé un segundo. Además, le envié los poemas y le entusiasmó la idea. Hablamos y él me pasó varias ideas que al final se reunieron en una sola composición. El resultado es una ilustración de múltiples caras, una amalgama brillante, una mezcla entre un dios antiguo y Sailor Moon. Creo que la ilustración de Siddharth es una implosión que recoge la potencia de los cinco poemas. 

Alberto, ¿este proyecto significa algo en lo referente a su vis poética o simplemente es un momento puntual en su trayectoria? ¿Podemos esperar nuevos textos o publicaciones suyas?

Ahora mismo no tengo ningún proyecto de poemario, si es lo que me estás preguntando. Aunque me fustigo a menudo por no dedicarle más tiempo, también es cierto que la escritura llega (yo no puedo provocarla, hacer que suceda). Puedo estar atento a la poesía, pero no mando yo, manda ella, así que no sé si en los próximos ocho años escribiré cinco poemas o quinientos. Aunque me siento bien cuando escribo, así que ojalá sea la ‘B’.