El Adonáis vuelve a encumbrar a la poesía murciana con Luis Escavy

La poesía murciana goza de muy buena salud. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es que allá en el horizonte se divisa un futuro resplandeciente. Y el jurado del prestigioso Premio Adonáis –el más importante en lengua castellana para jóvenes autores– lo sabe. Ya el año pasado, Andrés María García Cuevas recibió un accésit por su poemario Las ciudades, e incluso eligió la Biblioteca Regional de la capital del Segura para celebrar un encuentro histórico en la larga trayectoria del certamen: la reunión, por vez primera, de los tres finalistas de una misma edición.

Pero lo de este año es la confirmación definitiva de que la cantera murciana es una de las más pujantes del territorio nacional. Y es que este viernes se falló en Madrid, en la Biblioteca Nacional, la septuagésimo sexta edición del Adonáis, que en este 2022 ha reconocido tres textos –como es habitual– de los cuales dos cuentan con firma de autores murcianos: por un lado, Lola Tórtola, de 25 años, ha emulado a García Cuevas y se ha hecho con el accésit por Los dioses destruidos, pero, además, Luis Escavy, de 28 años, se ha hecho con el primer premio gracias a Victoria menor.

La nómina de finalistas la completa la joven toledana Irene Domínguez, destacada por Pureza. Además, como miembro del jurado de esta edición se encuentra tal vez el murciano más ilustre que haya ganado este premio en sus casi ochenta años de historia (Ediciones Rialp convoca el Adonáis desde 1943).

Hablamos, por supuesto, de Eloy Sánchez Rosillo, que se dio a conocer a nivel nacional en 1978 con la publicación de Maneras de estas solo, obra ganadora pocos meses antes de la edición de 1977. Junto a él formaron el jurado Carmelo Guillén Acosta, Aurora Luque, Julio Martínez Mesanza, Enrique García-Máiquez y Amalia Bautista.

Ritmo y frescura

Curiosamente, los expertos han destacado de Luis Escavy «su respeto a los maestros», así como «su rechazo tanto de cualquier desgarro formal como de toda floritura innecesaria». De hecho, de Victoria menor –que definen como «un cancionero amoroso con timbres trascendentes»– subrayan en especial su «sentido del ritmo». Y en el caso del poemario de Lola Tórtola, llaman la atención sobre una «voz fresca, y sin embargo madura, con la que se enfrenta a los recuerdos recientes y a la conciencia de una crisis cultural europea, experimentada en sus viajes formativos».

Para el jurado, Los dioses destruidos es una obra «desmitificadora, cálida y libre». En su caso –en el de Tórtola–, este será su primer poemario (hasta el momento ha sido galardonada en algunos certámenes de relato corto y fue finalistas del tercer Premio de Poesía Joven ‘Tino Barriuso’, que convoca el Diario de Burgos, pero poco más).

Sin embargo, Escavy ya había dejado buena cuenta de su voz poética en revistas como 21versos, Estación Poesía y Anáfora y en certámenes como el décimo séptimo Premio Internacional de Poesía ‘Dionisia García’ de Cartagena y, muy especialmente, en el propio Adonáis de 2020, al que concurrió con Otra noche en el mundo, poemario con el que se convirtió en finalista de aquella edición y que vio la luz el año pasado de la mano de Sonámbulos Ediciones. Graduado en Filología Clásica por la Universidad de Murcia, donde también cursó el máster en Formación del Profesorado (así como un máster en Escritura Creativa por la UNIR), actualmente ejerce como profesor de Latín y Griego en un instituto, aunque también ha escrito artículos y reseñas para diferentes medios, entre ellos la revista Zenda. Por su parte, Tórtola es graduada en Medicina (ha estudiado en la UMU, en La Sapienza de Roma y en la Comenius de Bratislava) y trabaja como residente de Cirugía en un hospital de Madrid.