El Teatro Romea de Murcia recibe esta tarde la primera adaptación escénica de Los Pazos de Ulloa, la emblemática obra de Emilia Pardo Bazán. Eduardo Galán firma la adaptación y Helena Pimenta, Premio Nacional de Teatro y directora durante ocho años de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, la dirige. Los actores Pere Ponce y Marcial Álvarez encabezan un reparto que completan Ariana Martínez, Francesc Galcerán, Claudia Taboada y David Huertas.

La producción se estrenó en septiembre del año pasado en el Teatro Rosalía de Castro de A Coruña, tierra natal de Pardo Bazán (1851-1921), coincidiendo con el centenario de su muerte. La escritora gallega fue la introductora del naturalismo en España y una precursora por sus ideas sobre el feminismo y los derechos de las mujeres, a cuya defensa dedicó toda su vida, tanto en su trayectoria vital como en su obra literaria.

La versión para el teatro de Los Pazos de Ulloa, reconocida de forma unánime como la mejor obra de la de la autora gallega y una de las más destacadas novelas españolas del siglo XIX, es un alegato contra la violencia y la crueldad. La historia se centra en el enfrentamiento entre el deseo, la pasión y el amor, la violencia rural del mundo de los caciques y la cortesía, la vida culta y las buenas maneras –no exentas de falsedad–que predominan en la ciudad, en este caso, Santiago de Compostela. La puesta en escena –clásica y muy elegante, según la crítica–, el vestuario, la música… están concebidos con el fin de trasladar al espectador a la Galicia rural del siglo XIX.

Desfile de personajes

Por la obra desfilan un apocado curilla con pasiones contenidas, un cacique, una mujer enamorada, un terrible capataz..., entre otros personajes. Pere Ponce encarna al cura Don Julián, que en esta adaptación se convierte en el eje central alrededor del cual gira la obra. Marcial Álvarez es el cacique Don Pedro Moscoso, marqués de Los Pazos de Ulloa, un tirano rústico e ignorante con aires de gran señor; Ariana Martínez interpreta dos papeles, los de Sabel y Rita, criada y prima de Don Pedro, respectivamente; Francesc Galcerán se pone en la piel de Primitivo, el temible capataz de Los Pazos y del Señor de La Lage; Claudia Taboada es la frágil e inocente Nucha, prima y esposa del marqués, y el joven actor David Huertas interpreta al médico.

La adaptación de Eduardo Galán, un «excelente trabajo» al decir de los expertos, ha sabido plasmar la atmósfera que se respira en la novela y, lo más importante, el alma de los personajes. El responsable de la versión teatral destaca que Doña Emilia fue una mujer «adelantada a su tiempo y que muestra con absoluto realismo las miserias y contradicciones humanas y sociales». «Yo he intentado reflejarlo con la misma pasión», afirma, y añade que acción, conflicto, intriga, diálogos ágiles y mucha pasión han sido sus guías como adaptador teatral.

Por su parte, Pimenta explica así lo que vio en la novela y en Pardo Bazán para lanzarse a dirigir una adaptación tan compleja: «Una sensibilidad exquisita, teniendo en cuenta el mundo que la rodeaba; una sinceridad extraña, una belleza en su planteamiento sobre los sentimientos que atribuye a los personajes, un coraje enorme y una capacidad de expresión de un nivel extraordinario y muy teatral, mucho más de lo que yo imaginaba».