La Opinión de Murcia

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Entrevista

Goyo Jiménez: "Últimamente, salimos de una y nos metemos en otra peor; vivimos en una serie americana"

El humorista regresa a la Región para hacer un 'minitour' con la tercera parte de su exitoso show 'Aiguantulivinamérica', que hoy, mañana y pasado presenta en Murcia y que el viernes pasará por Cieza; el sábado, por Torre Pacheco, y el domingo viajará hasta el Auditorio El Batel de Cartagena

El cómico y actor Goyo Jiménez. L. O.

Goyo Jiménez es especialmente conocido por sus monólogos en los que parodia los tópicos de la cultura estadounidense. Actualmente se encuentra de gira con la tercera parte de Aiguantulivinamérica, y esta semana recorrerá con ella la Región. Hoy, mañana y el jueves estará sobre las tablas del Romea (20.30 horas), el viernes se subirá al escenario de la Plaza Capitol de Cieza (21.00 horas), mientras que el sábado visitará el Centro de Artes Escénicas de Torre Pacheco (20.30 horas) y el domingo tomará las tablas del Auditorio El Batel (19.00 horas).

 

¿Cuál es el leitmotiv del show ?

Está basado en que estamos viviendo cerca del fin del mundo: si no son pandemias son guerras o el cambio climático, y la broma es que necesitamos a los americanos para que nos salven de esto.

Humor negro, entonces. ¿Hay que reírse de lo que está pasando?

Ahora más que nunca. Salimos de una y nos viene otra peor, es como una serie americana en la que los guionistas ya no saben qué inventar para tenernos en tensión. No es humor oscuro, es humor necesario. La mayor parte de la gente estamos en una situación de indefensión e incertidumbre que provoca un estrés sostenido. La risa era en otros momentos necesaria, pero ahora es imprescindible para sobrevivir. Si no soltamos la tensión vamos a petar. Soltar unas carcajadas ayuda mucho; ya no es terapia, es supervivencia.

La mayor parte de su público no ha viajado a Estados Unidos, pero entiende las referencias.

Porque mis referencias no son del verdadero Estados Unidos, sino del de la ficción, y este es igual en Galicia, Albacete y Costa Rica. Estamos de acuerdo en que la realidad e Instagram no tienen nada que ver, ¿no? Pues Estados Unidos y su ficción se parecen, pero esa idealización del valor, la tenacidad y del patriotismo cuesta encontrarla en el día a día.

Pero las conocemos.

Nos reímos mucho de los topicazos americanos, pero vamos con vaqueros y sus zapatillas, y comemos sus hamburguesas y su pasta. Es una cultura idealizada, pero nos acaba gustando. Durante muchos años entendimos el mundo y la globalización a través de su cultura. Ahora parece que el resto del mundo estamos influyendo, pero todo pasa por su filtro. Para triunfar tienes que ir allí.

Usted estuvo hace poco de gira por Estados Unidos. ¿Cómo fue?

La experiencia fue maravillosa. Ha sido la antesala de lo que esperamos sea una gira larga en Estados Unidos: hay muchos hispanoparlantes y tenemos muchísimo público. Se agotaron enseguida las entradas, hicimos más funciones de las previstas... Con la democratización de la tecnología uno puede ser conocido en la otra punta del planeta. También hemos ido a Nueva Zelanda gracias a Internet.

Tras visitar otros países, ¿el humor español es particular?

No. Acabo de hacer dos temporadas de Un país para reírlo, hablando con humoristas de todas las tendencias, y puedo decir que vivimos un Siglo de Oro de comedia. Hay una cantidad enorme de humoristas, y con mucha calidad. Tenemos acentos, modismos, pero las mecánicas son las mismas y nos reímos de lo mismo: de las tonterías de Occidente, del absurdo humano, sea cual sea el acento.

También participó en programas de divulgación como Órbita Laika y El condensador de fluzo.

La cultura es la base del desarrollo fundamental de mi trabajo. He estudiado Física y Biología de manera autodidacta pero intensa: me gusta mucho la etología del primate para ver qué queda en nosotros de ellos. Y con la Historia tengo un enamoramiento desde niño.

Usted ha hecho también trabajos dramáticos. ¿Ayuda eso a la hora de hacer comedia?

He dirigido, escrito y actuado en proyectos muy diferentes, desde La Fura dels Baus a la Compañía de Teatro Clásico. Haberme formado ortodoxamente me viene de lujo: al fin y al cabo, lo que haces es un espectáculo, con dramaturgia, puesta en escena... Lo que hago está controlado todo, tiene un crescendo.

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